Existen muchas causas que interfieren en el rendimiento escolar de los niños, entre estas dificultades de aprendizaje están: problemas de comprensión de lectura, discalculia, dislexia, déficit de atención, disgrafía e hiperactividad.
Los niños que sufren de algún tipo de problema mencionado suelen tener un nivel de inteligencia normal, pero tienen dificultades para seguir el ritmo de la clase. Los niños hiperactivos, por ejemplo: son incapaces de estar quietos por un tiempo considerable, se distraen con facilidad hacia estímulos externos, no logran poner atención, lo que ocasiona que su rendimiento no sea el más adecuado.
A los niños que tienen dislexia o problemas de lenguaje también se les dificulta la comunicación con los de su entorno; ya que, la interacción con los demás no es la misma.
CAUSAS
Las dificultades de aprendizaje se deben a varias causas, algunas de ellas por falta de estimulación, falta de motivación, por problemas familiares o sociales, pero muchos consideran que los problemas de aprendizaje derivan de alguna dificultad del sistema nervioso que afecta la percepción, el procesamiento o la transmisión de información.
CONSECUENCIAS
Debido a que el niño presenta alguna de las dificultades de aprendizaje, él mismo, se esfuerza más por aprender, intenta nivelarse al ritmo de la clase, lo cual ocasiona que se frustre más y más ya que observa que no aprende igual que los demás.
En la actualidad son diversos los motivos que llevan a la desintegración del hogar y de ahí surgen las familias monoparentales, de un padre con su hija y una madre con su hijo o viceversa. Las causas son: divorcio, separación o viudez, quienes luego de un tiempo buscan reconstituir su núcleo familiar.
Femenina conversó con la psicóloga especializada en terapias de pareja, Mónica Pabón, sobre algunos consejos para formar una nueva familia entre ambas parejas, cuyos hijos provienen de relaciones anteriores. Sobre cómo abordar el tema con los propios hijos y cómo llevar adelante esta etapa con diálogo y comprensión.
De seguro muchos padres se preguntan cuándo es el momento adecuado para comunicarles a sus hijos que tienen una nueva pareja y quieren formalizar con ella y cuál es la mejor manera de decirles sin que les afecte emocionalmente en especial si aún guardan la esperanza que sus padres vuelvan a estar juntos.
“Si la pareja está segura de la nueva relación que tiene con la firme intención de rehacer su historia puede compartirla con sus hijos para dialogar con ellos y conocer su parecer. No existe un tiempo exacto, sino más bien un estado de ánimo, en el que la persona se siente segura, tranquila y estable”, explicó Pabón.
La psicóloga aseguró que no existe un tiempo preciso, sino que esto depende de cada persona y del tipo de relación que tenga con su pareja, si encuentra rápidamente estabilidad y compañía, esto puede suceder en meses e incluso años.
RELACIONES
Uno de los temas que deberían estar resuelto antes de iniciar una nueva relación de pareja es la desvinculación emocional con la anterior relación, el trato con la ex pareja será por los hijos en común que se tienen y la manutención o educación de los mismos.
“Muchas veces no se tiene resuelta la relación anterior y no se ha desvinculado emocionalmente de la otra persona sucede que pregunta a los amigos en común si está flaca, gorda o si sale con alguien o viceversa, cuando ya no es el foco de interés entonces se la verá como la ex pareja, amigo o como el padre o madre de sus hijos”, aseguró la psicóloga.
A causa de esta situación el niño desarrollará problemas emocionales, como por ejemplo: una baja autoestima debido a tantos fracasos, perderán la confianza en sí mismos, se sentirán incapaces de realizar alguna actividad, multiplicarán de alguna manera las dificultades que se presentan.
Por lo mencionado es necesario detectar a tiempo las dificultades y tratarlas, para evitar que el niño a medida que va creciendo pierda la confianza en sí mismo, ya que se aislará también del entorno social, será un niño tímido, introvertido, preferirá permanecer callado y sin movimiento, sentirá miedo a ser rechazado, puesto que no se considerará igual que los demás y el ritmo de aprendizaje lo verá diferente.
Del mismo modo será preciso estar atento en el desarrollo de los niños y si se observa alguna de las siguientes características, es importante tratarlas a tiempo.
Las señales más frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje son:
Dificultad para comprender y seguir instrucciones.
Difícilmente recuerda lo que se le acaba de decir.
No domina las destrezas básicas de lectura, dele treo, escritura y/o matemática, lo cual se refleja en su el trabajo escolar.
Tiene dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda.
Tiene verdaderas dificultades para identificar las vocales, o tiende a escribir una letra por otra, o insiste en escribir los números al revés.
Le falta coordinación al caminar, cuando hace deportes o simplemente al llevar a cabo actividades sencillas, tales como manejar bien el lápiz o amarrarse las agujetas del zapato.
Constantemente pierde sus cuadernos y libros y no recuerda si le dejaron tarea, o cuál era ésta.
No puede entender el concepto de tiempo; confunde el “mañana” con el “hoy” y el “ayer”.
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