viernes, 15 de julio de 2016

Abuelos El paciente debe ser atendido por un equipo multidisciplinario

Un organismo que no hace actividad se enferma. Por eso es importante que los adultos mayores realicen tareas, pero no bajo protocolos rígidos, advierte el especialista en geriatría Alan Zapata.

“Por eso un médico debe ser especialista en geriatría para saber cuánto de ejercicio físico debe realizar un adulto mayor. Todos son diferentes y cada uno tiene particularidades y una regla biológica propia, diferente”, señala.

Agrega que cada paciente (adulto mayor) envejece de una determinada manera y para que se conserve en buen estado se requiere que el mismo sea tratado por especialistas en geriatría, de las diferentes áreas, “que conozcan toda su actividad biológica y bioquímica”.

“Bajo varias pruebas de valoraciones geriatras se puede programar las tareas que debe realizar el adulto mayor. Quien no hace actividad tiene mayor propensión a deteriorarse, a tener menos tiempo de resistencia a los factores agresores externos”.

SUPERVISIÓN

El geriatra ratifica que es importante que los adultos mayores practiquen ejercicios, pero siempre bajo la supervisión de un experto (en geriatría) porque sus organismos envejecen y pierden con el tiempo la masa muscular. “Ya no existe un ritmo de combustión para mantener firmes los músculos. Las arrugas se forman por falta de líquido”.

Zapata insiste en que los adultos mayores tienen que moverse, pero cuando puedan y lo necesiten, en el momento que estén cargados con sus baterías y alimentados de una manera adecuada.

El geriatra señala que los especialistas en fisioterapia deben trabajar en forma coordinada con médicos, nutricionistas y profesionales de otras áreas.

Complementa que el adulto mayor no puede ser manejado solamente por el médico geriatra, sino por varios especialistas que entienden el proceso de envejecimiento porque así será valorado en su conjunto.

“El geriatra es importante en el equipo, pero los otros especialistas saben cuánto ejercicio debe hacer (el adulto mayor), cuánto tiene que alimentarse, cuánto debe dormir, cuánto de expansión debe tener o qué tiempo debe quedarse en una institución”, apunta.

Zapata menciona que cada adulto mayor debe tener un programa individualizado, de acuerdo con sus características propias. En el centro que dirige (Ceregger) se tienen dos sesiones diarias de fisioterapia, una en la mañana y otra en la tarde.

EVALUACIÓN

La actividad que se programa para un adulto mayor depende también de cómo ha vivido en su juventud. “Cuidado que si él nunca ha sido deportista y tiene artrosis en las rodillas se lo someta a una terapia de varias horas en busca de que se rehabilite. Eso le puede hacer daño”.

El equipo multidisciplinario de profesionales debe, además, tener la posibilidad de encontrar el origen de por qué una parte del cuerpo empieza a degenerarse.

“No se debe solo calmar el dolor sino buscar el origen de ese dolor y cuál es el curso evolutivo de la enfermedad para que podamos, con ejercicio o alimentación suplementaria, mejorar su condición”.

El geriatra recomienda que el adulto mayor sea protegido todo el tiempo posible. “Un anciano puede caerse, en un segundo, o comer un alimento que le haga mal”.

“Su organismo está más frágil y cualquier agresión externa puede acabar con su vida”, advierte.

El apoyo de especialistas

Las familias que tienen adultos mayores en sus hogares deben llevarlos a centros que brinden atención multidisciplinaria, recomienda el médico geriatra Alan Zapata.

El adulto mayor debe ser evaluado, cuando tiene alguna dolencia, por este equipo multidisciplinario, porque no puede ser valorado por uno solo de los especialistas.

“Si una persona tiene un dolor articular, él debe ser revisado por varios especialistas para que observen todas las características de presentación del adulto mayor”, señala Zapata.

Asimismo es importante el apoyo de otras áreas como laboratorio, fisioterapia, terapia ocupacional, psicología, enfermería, auxiliares y técnicos, todos ellos con especialización en las ramas de la geriatría y gerontología.

La familia tiene que ser parte de la vejez del adulto mayor

Wilfredo Villarroel

Geriatra gerontólogo

Lo más recomendable, según mi experiencia de 25 años de especialidad, es que los adultos mayores sean atendidos en sus hogares. El geriatra debe trabajar con la familia para orientar la forma en la que se le debe administrar la alimentación, los medicamentos y qué tipo de ejercicios puede hacer.

Queremos que la familia se integre al envejecimiento del adulto mayor para poder darle una vida de calidad.

Por lo tanto, si un paciente adulto mayor no tiene problemas de salud crónicos no es recomendable internarlo en una casa de reposo (geriátrico), porque el viejito se siente como un estorbo para la familia.

Aconsejamos que los viejitos hagan ejercicio y que estén activos. Hay tres causas fundamentales para la muerte de los adultos mayores: la soledad, la viudez y la inmovilización.

Pero si el adulto mayor sufre de alguna enfermedad crónica como el alzheimer, lo aconsejable es que permanezca en una casa de reposo, debido a que esta dolencia produce alteraciones en el núcleo familiar, depresiones, separaciones y ansiedades.

La atención de un adulto mayor con la enfermedad del alzheimer es muy sacrificada y difícil de contener.

Otra alternativa para los ancianos es que se los pueda llevar a los centros de día, lugares que funcionan como una guardería.

Las familias que no pueden cuidar a sus adultos mayores en el día, porque todos trabajan, tienen esta opción. Los dejan en la mañana y los recogen a las cinco de la tarde.

En estos centros de día y en los de internación deben trabajar médicos especialistas geriatras y gerontólogos.

Las casas de reposo no son depósitos sino espacios en los que se debe brindar una atención integral a los adultos mayores que viven ahí.

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