sábado, 23 de enero de 2016

El miedo en el niño

El miedo es un estado natural por el que todo ser humano atraviesa en algún momento de la vida, se puede llegar a tener miedo debido a la pérdida de personas queridas, fracasos, objetos, animales, etc. sin embargo, estos miedos pueden ser controlados e incluso en algunos casos perderlos.

El miedo se puede apoderar de las personas en cualquier momento y para una persona adulta es más fácil controlarlo, sin embargo, el miedo que pueden llegar a sentir algunos niños es diferente, los niños viven el miedo con mayor intensidad y tiene una duración más larga.

El miedo en los niños varía según la connotación y significancia que dan cada uno de ellos, además, se debe tomar en cuenta las experiencias que tuvieron que vivir para sentir el miedo, las diversas etapas en la niñez pueden caracterizarse por diferentes miedos.

Por ejemplo, en los primeros meses de vida hasta el año, el niño siente temor por los sonidos fuertes, alturas, objetos que le parezcan amenazantes y principalmente la separación del adulto con el que con más contacto se encuentre, pueden ser los padres o las personas que lo cuidan.

A medida que va creciendo los temores pueden ser los mismos, pero no con la misma intensidad o pueden aparecer otros, del año de vida a los dos años y medio aproximadamente los niños aún sienten temor cuando se separan de las personas a las que están acostumbrados.

Pero en esta etapa también siente miedo cuando conocen a extraños, a algunos animales o los sonidos que estos emiten, otros temen a las tormentas, cuando el niño empieza a ir a guarderías o se encuentran en etapa preescolar esto suele ser de 3 a 6 años, el niño teme a la oscuridad, no quiere estar solo, con algunos animales en específico o seres que ellos imaginan.

De los seis a los once, los miedos son escolares, temen a la muerte, en especial de seres queridos, problemas de salud, tienen miedos relacionados con su entorno social como miedo a perder a sus amigos, a quedar en ridículo, no ser aceptado por un grupo determinado.

De 11 a 13 años, se incrementan los miedos sociales y principalmente la autoimagen, el miedo a verse mal, con pautas precisas los miedos irán desapareciendo y los niños sabrán cómo afrontarlos en posteriores etapas y les servirá para el resto de su vida, pero si no se trabajan en forma apropiada pueden convertirse en fobias y perjudicar al niño.

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