Los niños pueden desarrollar sus capacidades cognitivas desde el vientre materno hasta los 2 años de edad, mediante un proceso llamado psiconeuroacústica que utiliza diferentes frecuencias de sonido con el propósito de activar ciertas zonas del cerebro encargadas de almacenar información que será de mucha utilidad para los niños.
Se entiende por capacidades cognitivas aquellas que están relacionadas con el procesamiento de información, atención, percepción, memoria, resolución de problemas, comprensión, establecimiento de analogías, entre otros aspectos que son estimulados mediante la psiconeuroacústica.
“La psiconeuroacústica es una ciencia convergente que pertenece a las ciencias cognitivas, estudia el comportamiento del cerebro ante el estímulo de frecuencias de sonido que ayudan a aumentar las capacidades cognitivas desde el vientre, a partir de la semana 17 hasta los 2 años de edad”, explica el psiconeuroacústico Marco Antonio Ponce Díaz.
Según Ponce, al comenzar la terapia en la semana 17 de embarazo se analiza el estado anímico que tiene la madre porque muchas veces al tener cambios físicos y emocionales están nerviosas o estresadas y esto se detecta mediante la aplicación de test psicológicos, que son recabados en la primera visita al domicilio de la madre.
“Una vez trabajado el cambio del estado anímico de la madre. Recién se procede con la labor en vientre a través de frecuencias de sonido con el bebé mediante sonidos armónicos, que tienen las funciones de relajar y aumentar las capacidades. Incluso se puede controlar la etapa de sueño para enseñarle al niño cuándo debe dormir, con ondas alfa que relajan y jazz cuando queremos que esté despierto”, dice Ponce.
Sucede que cuando los bebés escuchan los cantos armónicos o vibraciones de cuentos tibetanos crean una especie de camino de información en el cual al escuchar una nota musical su cerebro enseguida busca la siguiente nota y al hacer esto ya se estaría produciendo un hecho fundamental para el cerebro.
RECIÉN NACIDO
Una segunda etapa del proceso psiconeuroacústico comienza después del nacimiento del bebé con la logogenización, que consiste en ingresar al cerebro cierto tipo de logos en rojo, blanco y negro hasta los 6 meses, porque los bebés ven borroso y en blanco y negro hasta esa edad.
“A partir de los 6 meses el bebé mira a colores y es cuando se aprovecha para mostrar los bits (unidad básica de información) de inteligencia que son imágenes reales, durante 15 segundos que es el tiempo de concentración que se tiene. En un día se puede enseñar 85 bits y hasta que cumpla un año tendrá una gran cantidad de información almacenada”, recuerda el psiconeuroacústico.
El especialista afirma que al aumentar estas capacidades cognitivas a temprana edad con una visión futura, asegura que el desenvolvimiento del niño será mucho mejor en todo sentido, por ejemplo en el campo de las matemáticas que para muchos resulta difícil, les facilitará en gran manera el haber estimulado esta inteligencia.
“El ser humano tiene múltiples inteligencias que se van potenciando. Y cuantas más capacidades almacenadas en la biblioteca interna (cerebro) se tenga será más sencillo el tomar una decisión en el momento preciso. Y en los niños esto es maravilloso porque están en un momento que absorben todo como esponjas”, dice Ponce.
El trabajo que el especialista realiza lo hace en la sala multisensorial del Centro Integral de Desarrollo Cognitivo, creado con el fin de estimular el desarrollo cognitivo en los niños de manera distinta mediante colores, formas, olores, texturas y desde luego con frecuencias de sonido específicos para cada caso.
“Hasta los 2 años se puede aumentar las capacidades cognitivas y hasta los 4 el proceso de aprendizaje. El ser humano cambia su estructura neural tres veces: del nacimiento a los 2 años, de los 3 a los 16 y luego de los 65 años en adelante”, asegura el psiconeuroacústico.
Ponce utiliza en su trabajo frecuencias y vibraciones de sonidos bineurales y sincrónicos mediante el uso de audífonos que tienen una lámina de grafeno, lo cual permite transmitir esa vibración que puede ser colocada en los oídos o en diferentes partes de la cabeza dependiendo de lo que se requiera.
“La aplicación de la acústica en los niños, por lo general, no pasa de los 15 minutos, pero en otros casos aumenta. Y como son pequeños se aprovecha la hora de la siesta para hacerlo, se les da una frecuencia de sonido específica para aumentar la actividad neuronal si es alfa de 15 a 20 minutos, gama de 60 a 90 minutos y beta hasta 2 horas, dependiendo de cada caso”, enfatiza Ponce.
Esta técnica también puede ser utilizada con niños con capacidades especiales: autistas, down y sordomudos, entre otros, quienes durante los primeros años están en el momento ideal para potencializar sus capacidades y para que tengan una mejor calidad de vida, en lugar de hacerlo tardíamente cuando el proceso está muy avanzado.
El Centro Integral de Desarrollo Cognitivo, dirigido por Martín Portocarrero, tiene el principal objetivo de estimular la actividad cognitiva de los niños mediante el proceso psiconeuroacústico y por esta razón ha creado un ambiente especial como la sala multisensorial destinada a lograr este propósito. Alli se aplica esta técnica.
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