miércoles, 5 de abril de 2017

Enséñale a tu niño a manejar sus emociones



La educación escolar del niño es una de las preocupaciones de los padres, pero se olvidan de un aspecto imprescindible: su educación emocional, esa que lo llevará a la inteligencia emocional y al crecimiento integral.

La educación emocional es la formación y el desarrollo de la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones.

Así “acceder y/o generar sentimientos (...), comprender la emoción y regularla”, dice Aracely Alvarado, neuropsicóloga infantil con especialidad en Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), quien impartió un taller de inteligencia emocional para niños de entre 6 y 10 años en Neurogym, en la ciudad de La Paz.

La inteligencia emocional se refiere a un pensador con un corazón que percibe, comprende y maneja relaciones sociales de forma asertiva, agrega Alvarado en una entrevista con mía.

La inteligencia emocional, según el autor del libro con el mismo nombre, Daniel Goleman, “es la capacidad de tomar conciencia de las emociones; por lo tanto, si uno es consciente de ellas también podrá manejarlas y comprender las de los demás”, parafrasea la psicóloga boliviana Eliana Aguilar.

De ahí la importancia de enseñarles a los niños a desarrollarla, a fin de que no solo aprendan cómo relacionarse afectivamente con otras personas, sino a manejar sus emociones, evitando futuros problemas en esta área, dice el psicólogo Juan José Vargas.

Por otra parte, ese conocimiento les permite un sano relacionamiento con su entorno y el desarrollo de su potencial. Además, les ayuda a identificar emociones y medir cómo está la persona frente a lo que le ocurre, cómo lo percibe y cómo establece una respuesta a lo que le sucede. “Conocer las emociones y aprender a gestionarlas marca la diferencia entre reaccionar y responder”, dice el psicólogo.

Ante lo valioso de este conocimiento, surge la pregunta inmediata de cómo enseñarle esto a un niño. Primero, haciendo que desde muy pequeño sea empático con todos los seres vivos, sobre todo con los animales y las plantas, enfatiza Vargas.

Seguidamente, hacerle ver el dolor de los demás y explicarle sobre los derechos ajenos, con conceptos acordes a su edad, mejor si es con ejemplos y experiencias, pero que no lo dañen ni física ni emocionalmente.

Otro paso importante es ayudarle a comprender sus propias emociones, por ejemplo a través de dibujos como caritas felices, tristes o enojadas. Es importante que el niño exprese su pena o enojo sin que los padres le digan ‘no llores’ o ‘no te enojes’. “Estas emociones son pasajeras y deben ser expresadas sin que generen un conflicto. Los padres no deben asustarse frente a estas emociones llamadas negativas, lo recomendable es respetarlas”.

La mejor manera de enseñarle inteligencia emocional, según Alvarado, es a través del reconocimiento de lo que le pasa, así personaliza la emoción y se hace cargo de ella: ‘estoy triste’, ‘me siento contento’, ‘tengo miedo’. “El niño debe aceptar lo que le pasa sin reprimir, rechazar, juzgar o castigarse por ello”.

Actualmente existen muchas técnicas y deben ser elegidas dependiendo de las características de cada menor, apunta la psicóloga. “Hay técnicas de respiración, relajación y mindfulness (concentración de la atención y la conciencia), gracias a la cual sabrán controlar la ansiedad o el estrés”.Adelante. Es mejor que desde ya empieces a enseñarle a tu niño a reconocer y a manejar sus emociones. De adulto te lo agradecerá.

Fuentes: Aracely Alvarado (neuropsicóloga infantil / araalvarado26@gmail.com), Juan José Vargas (psicólogo / jota2psycho@gmail.com), Eliana Aguilar (psicóloga / eliana.aguilar.aguilar@gmail.com)

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