l hogar, los centros educativos, las comunidades y las situaciones de emergencia humanitaria: estos son sólo algunos de los escenarios en donde, todos los días, miles de niños y niñas experimentan situaciones de maltrato en los países de América Latina y el Caribe. De acuerdo a datos de la Fiscalía General del Estado, en 2013 se tenía 500 casos de maltrato con lesiones graves en el país y 12 casos de infanticidio por año, cifra que se ha triplicado en 2016.
El maltrato infantil puede incluir violencia física, psicológica, y sexual, así como también negligencia o cuando el niño o niña es testigo de la violencia que se da en el ámbito doméstico.
Todos estos son escenarios en donde los niños y niñas deberían sentirse seguros. Esto y el hecho de que a menudo quienes ejercen ese maltrato son personas conocidas por ellos, dificultan su detección y denuncia, ya sea porque se esconde por vergüenza o porque se naturaliza como un hecho común.
Existen circunstancias que propician las situaciones de violencia hacia los niños y niñas. La pobreza, la cual es producto de multiplicidad de factores como ser la inestabilidad política, la guerra y la discriminación, suele ser una de ellas.
Actualmente existen 70 millones de niños y niñas en la región que viven en situación de pobreza, de los cuales dos de cada tres sufren regularmente violencia física o psicológica.
Otros datos regionales indican que dos de cada tres niños y niñas menores a 15 años experimenta algún tipo de disciplina violenta en el hogar, mientras que tres de cada 10 estudiantes adolescentes de entre 13 y 15 años son acosados regularmente en sus centros educativos, según un informe de Unicef titulado "Niños y niñas en América Latina y el Caribe. Panorama 2017".
Violencia sexual
A nivel nacional, cada día 16 niños, niñas y adolescentes sufren algún tipo de agresión sexual. Bolivia supera las cifras mundiales de violencia sexual infantil y adolescente. Según la Red de Protección a la Niñez y Adolescencia, el 8 por ciento de niños en el mundo sufre agresión sexual antes de cumplir 18 años, pero en Bolivia el porcentaje es de 23 por ciento.
Las secuelas son duras
Las consecuencias del maltrato infantil son preocupantes. Estudios científicos de todo el mundo evidencian secuelas a corto y largo plazo en los niños y niñas, dependiendo de la intensidad y el tiempo de duración de la situación de maltrato.
La mayoría presenta sentimientos de temor intenso, baja autoestima, dificultades para el relacionamiento con sus pares, y conductas agresivas o extremadamente pasivas.
Asimismo, un niño o niña víctima de la violencia tiene menor capacidad para aprender y alcanzar todo su potencial personal, así como también para hacer contribuciones positivas a la sociedad.
En el marco del Día Mundial contra el Maltrato Infantil, según un comunicado de prensa de Aldeas Infantiles SOS, Bolivia ratifica su compromiso con la Convención sobre los Derechos del Niño para poner fin a todas las formas de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, y condena todas las formas de maltrato.
Agrega que éste es un problema urgente y, como sociedad, tenemos la responsabilidad de proteger a los niños y niñas de cualquier forma de maltrato. La visibilización de esta problemática es fundamental para su prevención y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
También señala que poner fin al maltrato infantil es el compromiso que Aldeas Infantiles SOS Bolivia asume como organización, y lo hace asegurando ambientes protectores y de cuidado familiar, así como evita que los niños y niñas se separen de sus padres y hogares a causa de este y otros motivos.
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