miércoles, 4 de noviembre de 2015

Diez de cada 35 niños tienen dificultades de aprendizaje

Leonardo está aprendiendo a leer y escribir tras dos años de intentos y esfuerzo. Dos de las tres profesoras que tuvo no lograban dar con la razón por la que el menor “no rendía en el colegio”, hasta que la tercera sugirió a la mamá, Tania, llevarlo a un centro de ayuda psicopedagógica.
Allí dieron con la explicación del porque el pequeño, que era tranquilo y aparentemente atendía a la clase, no captaba los contenidos expuestos en clase: tenía dislexia.
La responsable del área de educación del Centro de Multiservicios Educativos (Cemse), Olga Ferreira, señaló que el problema de Leonardo es muy común en las aulas bolivianas, pues de cada 35 alumnos 10 tienen problemas de aprendizaje, aunque no todos se deben a condiciones neuronales.
Dislexia, dislalia, discalculia, disgrafia, transtorno de déficit de atención, hiperactividad, problemas conductuales y problemas de aprendizaje relacionados a situaciones afectivas y emocionales en el entorno del pequeño pueden afectar su rendimiento en el colegio, señaló Ferreira.
La profesional, que coordina el proyecto Aula Pankarita del Cemse, que brinda ayuda a niños de El Alto, La Paz y Oruro, señaló que entre el 60 y 50 por ciento de los casos de dificultades de aprendizaje se deben a problemas afectivos y emocionales del niño.
“El común denominador es el abandono, es decir que el niño no tiene quien le ayude enel aprendizaje, pues los padres generalmente están trabajando y en muchos casos hasta se descuida la nutrición de los niños”, explicó la profesional.
La otra mitad de los casos se deben a problemas neuronales, pues los procesos de aprendizaje del menor responden a otros parámetros, por ejemplo entender las cosas al reves (dislexia), escribir al reves (disgrafia), dificultades en el proceso lógico matemático (discalculia) u otros más complejos como la hiperactividad y el déficit de atención.
En este punto, Ferreira afirmó que es de suma importancia que el profesor del aula sepa identificar que es lo que sucede con el niño, y no lo catalogue como “bobo o tonto”.
Por ello, el Ministerio de Educación lleva adelante capacitaciones para profesores,a fin de que diagnostiquen los casos y orienten a los padres para que los niños hallen métodos de enseñanza acordes a sus situaciones.
La institución también desarrolla programas de apoyo a estos menores, además de hacer un relevamiento con datos oficiales sobre la recurrencia de estas condiciones.

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