Se suele decir que los niños vienen con un pan bajo el brazo, pero seguro que muchos padres y madres preferirían que fuera con un manual de instrucciones. Y es que educar a un hijo, sobre todo a los niños problemáticos, no resulta nada fácil. Algunas situaciones, como por ejemplo la agresividad infantil.
A continuación te damos algunos tips de qué debes hacer en una situación así.
Nosotros somos el mejor ejemplo: Los niños aprenden por imitación, el ejemplo que le den a su hijo o hija será decisivo. Nuestros hijos deben de ver en nosotros un modelo, tenga en cuenta que su hijo les observa y escucha siempre.
Hablar con ellos: explicar que las conductas violentas como arañar o pegar son inadecuadas y las consecuencias negativas que tienen para los demás niños y para él mismo.
Evitar que presencien escenas violentas: evitar a toda costa que los niños presencien escenas violentas, ya sean en películas, videojuegos, espectáculos deportivos, etc. Los niños no distinguen entre la realidad y la ficción y tratarán de reproducir esas situaciones en su vida real.
Explicar que siempre hay otras opciones: siempre hay alternativas a su conducta, es decir, cómo puede resolver las situaciones de otra manera, puede ser interesante reflexionar sobre acontecimientos sucedidos en el colegio o en contacto con otros niños, por ejemplo, en la calle o en el parque.
No premiar los comportamientos violentos o agresivos: algunos padres y madres "premian" el comportamiento agresivo de sus hijos, con comentarios como "preferimos que él pegue a que le peguen". De esta forma están aprobando el comportamiento de su hijo o hija.
Valorar y premiar comportamientos asertivos y no violentos: si observamos que resuelve de forma positiva conflictos con otros niños o incluso con sus hermanos, debemos reforzar esos comportamientos, con frases como "muy bien, la próxima vez debes actuar igual".
Tomar medidas: cuando el niño pegue o agreda a otro niño, debemos tomar medidas para que ese comportamiento tenga consecuencias negativas, además esas medidas deben de ser inmediatas. En primer lugar reprobar ese comportamiento negativo, en segundo lugar forzar a la reflexión, y retirarle algunos privilegios como la Tablet, la tv etc.
Si todo lo anterior no funciona: y pasado un tiempo prudencial el niño o la niña continúa con una conducta agresiva, tenemos que solicitar ayuda especializada, ya que nuestro hijo pude necesitar un programa de mejora más personalizado.
martes, 2 de mayo de 2017
Proceso de la sexualidad en la adolescencia
Actualmente vemos que los patrones de conducta han ido cambiando en relación al comportamiento del hombre como de la mujer respecto a su sexualidad.
Puede ser por la influencia de programas televisivos o la publicidad, además de material literario, la difusión del uso de los anticonceptivos en sus diversas formas, que también han liderizado la responsabilidad sexual.
En nuestra sociedad se han eliminado sus normas rígidas y se han hecho más permitidas las relaciones sociales, especialmente en cuanto a la aprobación de la proximidad del cuerpo y las expresiones verbales de connotación sexual.
Lamentablemente el proceso de educación sobre la sexualidad no ha sido paralelo a estos cambios.
El hecho que la estimulación o deseo sexual esté presente, no significa que el individuo esté preparado física o emocionalmente para tener una relación a temprana edad, ya que para ello, es necesario tener una madurez mental y desarrollo físico.
Actualmente, es común observar en los hombres que embarazan a las jovencitas tienen un patrón de limitadas habilidades sociales para relacionarse con un grupo, los cuales manejan sus necesidades sociales mediante las relaciones que son de uno a uno en las cuales, debido a la formación de intimidad se acerca excesivamente utilizando el sexo como expresión de comunicación.
La necesidad de buscar su identidad en esta etapa es uno de los pasos importantes, reafirmando los jóvenes su género social, como resultado se establece su autoestima que es convalidada por el embarazo de su pareja.
En cambio, para la joven no es muy diferente, sin tener suficiente habilidad para establecer sus relaciones sociales duraderas y significativas. Se refugia emocionalmente en una relación que solo ofrece gratificación temporal intensa y ve su embarazo inicialmente como una prueba de su sexualidad y fuente de autoestima.
En esta etapa de trajines y movimientos, demuestran la presencia "egoísta", ya que sus necesidades internas son mayores que las oportunidades de protección y cariño que va a necesitar el recién nacido. La imagen de la joven irá en transformación por la maternidad que pueda ser una idea inaceptable para la joven.
La responsabilidad de los padres implica tener muy buena energía y por lo menos tener entre 25 a 35 años que sería lo ideal. Significa que al ser padres adolescentes tendrán un sinfín de dificultades.
Puede ser por la influencia de programas televisivos o la publicidad, además de material literario, la difusión del uso de los anticonceptivos en sus diversas formas, que también han liderizado la responsabilidad sexual.
En nuestra sociedad se han eliminado sus normas rígidas y se han hecho más permitidas las relaciones sociales, especialmente en cuanto a la aprobación de la proximidad del cuerpo y las expresiones verbales de connotación sexual.
Lamentablemente el proceso de educación sobre la sexualidad no ha sido paralelo a estos cambios.
El hecho que la estimulación o deseo sexual esté presente, no significa que el individuo esté preparado física o emocionalmente para tener una relación a temprana edad, ya que para ello, es necesario tener una madurez mental y desarrollo físico.
Actualmente, es común observar en los hombres que embarazan a las jovencitas tienen un patrón de limitadas habilidades sociales para relacionarse con un grupo, los cuales manejan sus necesidades sociales mediante las relaciones que son de uno a uno en las cuales, debido a la formación de intimidad se acerca excesivamente utilizando el sexo como expresión de comunicación.
La necesidad de buscar su identidad en esta etapa es uno de los pasos importantes, reafirmando los jóvenes su género social, como resultado se establece su autoestima que es convalidada por el embarazo de su pareja.
En cambio, para la joven no es muy diferente, sin tener suficiente habilidad para establecer sus relaciones sociales duraderas y significativas. Se refugia emocionalmente en una relación que solo ofrece gratificación temporal intensa y ve su embarazo inicialmente como una prueba de su sexualidad y fuente de autoestima.
En esta etapa de trajines y movimientos, demuestran la presencia "egoísta", ya que sus necesidades internas son mayores que las oportunidades de protección y cariño que va a necesitar el recién nacido. La imagen de la joven irá en transformación por la maternidad que pueda ser una idea inaceptable para la joven.
La responsabilidad de los padres implica tener muy buena energía y por lo menos tener entre 25 a 35 años que sería lo ideal. Significa que al ser padres adolescentes tendrán un sinfín de dificultades.
viernes, 28 de abril de 2017
Los Gen-Z toman la posta de los millennials
Den paso millennials. La generación Z, que se refiere a los jóvenes nacidos entre 1995 y el 2010 (esos que aprendieron a buscar un video en YouTube antes que a amarrarse los zapatos), está empezando a marcar la agenda de varias industrias por sus hábitos de consumo y a perfilar cómo serán los adultos del futuro cercano.
Mientras los más jóvenes acaban de dejar los pañales, los mayores terminan el colegio, o ya cursan estudios superiores, y toman decisiones que marcarán su vida.
Los Z son diferentes a la generación anterior (los millennials) y mucho más que la de sus padres, que crecieron en un entorno distinto. Estos son los ‘mandamientos’ que rigen su vida, según la revista Vogue.
Vivan los tutoriales
Son autodidactas y para ellos prácticamente no hay nada que no pueda resolverse sin un tutorial en YouTube. ¿Por qué ir a clases de guitarra si puedo ver un video en mi casa?
Multitasking
Crecieron haciendo varias cosas al mismo tiempo, y aunque eso reduce su capacidad de atención, pueden trabajar con varias pantallas a la vez mientras suben una foto a Instagram y ven una serie en televisión.
Ahora te escucho, ahora no
Su vida está interrumpida por notificaciones, por lo que su tiempo promedio de atención es menor a ocho segundos.
Antes muerto que tener un jefe
Los adolescentes actuales aspiran a tener un negocio propio y el vivir en un mundo tecnológico, los inspira a ser emprendedores y trabajar desde la comodidad de su casa.
Aquí y en la China
Crecieron conectados y el internet prácticamente está en su ADN. Según un estudio realizado por el Huffington Post, “los jóvenes de hoy tienen más cosas en común con otra persona de su edad de cualquier parte del mundo que con un adulto de su mismo país”.
Un emoji vale mil palabras
La Generación Z viene con un nuevo ‘abecedario’ y dicen todo con los íconos de las redes sociales.
jueves, 27 de abril de 2017
Maltrato infantil, 2 de cada 3 niños sufren algún tipo de violencia
l hogar, los centros educativos, las comunidades y las situaciones de emergencia humanitaria: estos son sólo algunos de los escenarios en donde, todos los días, miles de niños y niñas experimentan situaciones de maltrato en los países de América Latina y el Caribe. De acuerdo a datos de la Fiscalía General del Estado, en 2013 se tenía 500 casos de maltrato con lesiones graves en el país y 12 casos de infanticidio por año, cifra que se ha triplicado en 2016.
El maltrato infantil puede incluir violencia física, psicológica, y sexual, así como también negligencia o cuando el niño o niña es testigo de la violencia que se da en el ámbito doméstico.
Todos estos son escenarios en donde los niños y niñas deberían sentirse seguros. Esto y el hecho de que a menudo quienes ejercen ese maltrato son personas conocidas por ellos, dificultan su detección y denuncia, ya sea porque se esconde por vergüenza o porque se naturaliza como un hecho común.
Existen circunstancias que propician las situaciones de violencia hacia los niños y niñas. La pobreza, la cual es producto de multiplicidad de factores como ser la inestabilidad política, la guerra y la discriminación, suele ser una de ellas.
Actualmente existen 70 millones de niños y niñas en la región que viven en situación de pobreza, de los cuales dos de cada tres sufren regularmente violencia física o psicológica.
Otros datos regionales indican que dos de cada tres niños y niñas menores a 15 años experimenta algún tipo de disciplina violenta en el hogar, mientras que tres de cada 10 estudiantes adolescentes de entre 13 y 15 años son acosados regularmente en sus centros educativos, según un informe de Unicef titulado "Niños y niñas en América Latina y el Caribe. Panorama 2017".
Violencia sexual
A nivel nacional, cada día 16 niños, niñas y adolescentes sufren algún tipo de agresión sexual. Bolivia supera las cifras mundiales de violencia sexual infantil y adolescente. Según la Red de Protección a la Niñez y Adolescencia, el 8 por ciento de niños en el mundo sufre agresión sexual antes de cumplir 18 años, pero en Bolivia el porcentaje es de 23 por ciento.
Las secuelas son duras
Las consecuencias del maltrato infantil son preocupantes. Estudios científicos de todo el mundo evidencian secuelas a corto y largo plazo en los niños y niñas, dependiendo de la intensidad y el tiempo de duración de la situación de maltrato.
La mayoría presenta sentimientos de temor intenso, baja autoestima, dificultades para el relacionamiento con sus pares, y conductas agresivas o extremadamente pasivas.
Asimismo, un niño o niña víctima de la violencia tiene menor capacidad para aprender y alcanzar todo su potencial personal, así como también para hacer contribuciones positivas a la sociedad.
En el marco del Día Mundial contra el Maltrato Infantil, según un comunicado de prensa de Aldeas Infantiles SOS, Bolivia ratifica su compromiso con la Convención sobre los Derechos del Niño para poner fin a todas las formas de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, y condena todas las formas de maltrato.
Agrega que éste es un problema urgente y, como sociedad, tenemos la responsabilidad de proteger a los niños y niñas de cualquier forma de maltrato. La visibilización de esta problemática es fundamental para su prevención y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
También señala que poner fin al maltrato infantil es el compromiso que Aldeas Infantiles SOS Bolivia asume como organización, y lo hace asegurando ambientes protectores y de cuidado familiar, así como evita que los niños y niñas se separen de sus padres y hogares a causa de este y otros motivos.
El maltrato infantil puede incluir violencia física, psicológica, y sexual, así como también negligencia o cuando el niño o niña es testigo de la violencia que se da en el ámbito doméstico.
Todos estos son escenarios en donde los niños y niñas deberían sentirse seguros. Esto y el hecho de que a menudo quienes ejercen ese maltrato son personas conocidas por ellos, dificultan su detección y denuncia, ya sea porque se esconde por vergüenza o porque se naturaliza como un hecho común.
Existen circunstancias que propician las situaciones de violencia hacia los niños y niñas. La pobreza, la cual es producto de multiplicidad de factores como ser la inestabilidad política, la guerra y la discriminación, suele ser una de ellas.
Actualmente existen 70 millones de niños y niñas en la región que viven en situación de pobreza, de los cuales dos de cada tres sufren regularmente violencia física o psicológica.
Otros datos regionales indican que dos de cada tres niños y niñas menores a 15 años experimenta algún tipo de disciplina violenta en el hogar, mientras que tres de cada 10 estudiantes adolescentes de entre 13 y 15 años son acosados regularmente en sus centros educativos, según un informe de Unicef titulado "Niños y niñas en América Latina y el Caribe. Panorama 2017".
Violencia sexual
A nivel nacional, cada día 16 niños, niñas y adolescentes sufren algún tipo de agresión sexual. Bolivia supera las cifras mundiales de violencia sexual infantil y adolescente. Según la Red de Protección a la Niñez y Adolescencia, el 8 por ciento de niños en el mundo sufre agresión sexual antes de cumplir 18 años, pero en Bolivia el porcentaje es de 23 por ciento.
Las secuelas son duras
Las consecuencias del maltrato infantil son preocupantes. Estudios científicos de todo el mundo evidencian secuelas a corto y largo plazo en los niños y niñas, dependiendo de la intensidad y el tiempo de duración de la situación de maltrato.
La mayoría presenta sentimientos de temor intenso, baja autoestima, dificultades para el relacionamiento con sus pares, y conductas agresivas o extremadamente pasivas.
Asimismo, un niño o niña víctima de la violencia tiene menor capacidad para aprender y alcanzar todo su potencial personal, así como también para hacer contribuciones positivas a la sociedad.
En el marco del Día Mundial contra el Maltrato Infantil, según un comunicado de prensa de Aldeas Infantiles SOS, Bolivia ratifica su compromiso con la Convención sobre los Derechos del Niño para poner fin a todas las formas de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, y condena todas las formas de maltrato.
Agrega que éste es un problema urgente y, como sociedad, tenemos la responsabilidad de proteger a los niños y niñas de cualquier forma de maltrato. La visibilización de esta problemática es fundamental para su prevención y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
También señala que poner fin al maltrato infantil es el compromiso que Aldeas Infantiles SOS Bolivia asume como organización, y lo hace asegurando ambientes protectores y de cuidado familiar, así como evita que los niños y niñas se separen de sus padres y hogares a causa de este y otros motivos.
martes, 25 de abril de 2017
Marthiña asegura que carga una “cruz”. Por tener el virus, fue discriminada, además perdió su empleo.
Delgada. Mide 1.76 de estatura. Su larga y gruesa trenza llama la atención cada vez que se la trae con su mano hacia su pecho. Marthiña así me llaman mis amigos, dice cuando se presenta y decide contar la “cruz” que carga desde hace dos años.
Era justo el mes de la primavera, septiembre, cuando comenta que sintió que el sol dejaba de irradiar su vida.
Fue precisamente un 22 de septiembre, un día después del Día del Amor y de la Primavera cuando descubrió que tenía el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Desde aquel día, la vida de Marthiña, una beniana de 27 años que radica en Cochabamba, se vio complicada, porque no solo fue abandonada por su pareja, sino que aquel hombre al que amó la delató ante sus compañeros de trabajo que ella tenía VIH.
Aunque ella pensó que encontraría solidaridad en sus compañeros tras que se enteraran, “solo sentí desprecio y hasta miedo, porque algunos creían que con tan solo tocarme o tomar agua del mismo vaso contraerían el virus”.
Mientras recuerda cómo sus compañeros se distanciaban de ella y ya no la tomaban en cuenta para algunas actividades, sus ojos se llenan de lágrimas. También cree que uno de los motivos por el que fue echada de su trabajo, fue precisamente por tener el VIH.
“No me echaron de frente, simplemente la empresa donde creí que podía mostrar mi talento y desarrollarme profesionalmente decidió no renovar mi contrato, pese a que cuando entré había destacado mi currículum y prometido incorporarme luego de los tres meses de prueba”.
PAREJA ¿Cómo los compañeros de trabajo de Marthiña se enteraron de que ella tenía VIH?
La joven nunca creyó que nada menos que el hombre que amó y con el que vivió unos años la delataría. “No podía creer que Jaime buscaría a mis compañeros para decir que tengo VIH, pero lo hizo. Fue una cruel venganza”.
Mientras se seca las lágrimas, cuenta que jamás imaginó que tendría el virus. Es más, hasta ahora no sabe si fue Jaime quien le transmitió o una anterior pareja que tuvo cuando tenía 24 años.
“Jaime también tiene VIH y él me culpa, porque dice que yo le transmití. Luego de que me detectaron, se hizo la prueba y salió positiva. Por ahí él ya tenía y fue quien me transmitió y yo no lo sabía”.
¿Por qué te hiciste la prueba del VIH?
“Hay empresas que para contratarte te piden una serie de exámenes de laboratorio, y aunque no solicitaban una prueba de VIH, decidí hacerme”.
Tras conocer el resultado, Marthiña dejó pasar un tiempo para luego contarle a su pareja que tenía VIH.
“Yo no podía ocultarle tal situación, porque yo pienso que fue él que me transmitió. Le pregunté si él sabía que tenía el virus, pero él negó”.
Tras la confesión, Jaime no solo la gritó, sino que la golpeó y acusó de infidelidad. Casi de inmediato acudió a realizarse las pruebas y ellas confirmaron que él también tenía el VIH.
“Pero su maldad llegó más lejos y contó mi drama a mis familiares, quienes también se alejaron y pocos fueron los que decidieron darme una mano para seguir adelante”.
Desde aquella vez, Marthiña dice que su vida no es la misma. A pesar de que sueña con ser madre y volver a amar, comenta que prefiere abstenerse para no volver a vivir el desprecio de un hombre.
“Tengo miedo que se enteren y huyan. Tener VIH es como tener un secreto que nadie debe enterarse, sino mueres en vida”.
Para tratar de aliviar esa “cruz”, dice que decidió cambiar de ciudad y dentro de poco anuncia que migrará a Santa Cruz.
Cree que allá será diferente, porque nadie sabrá su secreto para comenzar de nuevo.
“Desde que me despidieron he realizado trabajos temporales y he evitado por todos los medios que mis empleadores y compañeros de trabajo se enteren de que tengo ese mal. Hasta ahora he podido evitar vivir un similar episodio que el pasado. Sin embargo, temo que Jaime vuelva aparecer y me vuelva a delatar”.
Según Marthiña, su expareja habría migrado a España, “pero uno nunca sabe cuándo podría volver a atacarme porque cree que yo soy la culpable, la infiel, la traidora”.
Pese a la difícil situación que vive, asegura que desde que supo que en su cuerpo vive el virus no solo toma los antirretrovirales, sino que asumió todas las medidas de seguridad para no transmitir.
“No es fácil asumir que tienes el virus, así como tampoco adecuarse a todas las medidas, pero hay que hacerlo para seguir sobreviviendo en este mundo que es poco comprensible y solidario”.
Marthiña ahora sueña con comenzar de nuevo en Santa Cruz, donde ha tomado contacto con gente amiga e indica que ya tiene en puerta una posibilidad de trabajo.
“Debo seguir viviendo, luchando, pero guardando en secreto el VIH para no sufrir ni ser discriminada”.
Relaciones
Las mujeres con el VIH contraen principalmente en relaciones heterosexuales y, a menudo, dentro del matrimonio. Pese a ello, muchas veces son abandonadas.
1 Dato
Las mujeres constituyen aproximadamente la mitad de todas las personas con el VIH en el mundo.
Las mujeres sufren a menudo un efecto más agudo del VIH que los hombres, debido a una combinación de factores sociales, económicos y biológicos, según datos de la ONU.
Era justo el mes de la primavera, septiembre, cuando comenta que sintió que el sol dejaba de irradiar su vida.
Fue precisamente un 22 de septiembre, un día después del Día del Amor y de la Primavera cuando descubrió que tenía el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Desde aquel día, la vida de Marthiña, una beniana de 27 años que radica en Cochabamba, se vio complicada, porque no solo fue abandonada por su pareja, sino que aquel hombre al que amó la delató ante sus compañeros de trabajo que ella tenía VIH.
Aunque ella pensó que encontraría solidaridad en sus compañeros tras que se enteraran, “solo sentí desprecio y hasta miedo, porque algunos creían que con tan solo tocarme o tomar agua del mismo vaso contraerían el virus”.
Mientras recuerda cómo sus compañeros se distanciaban de ella y ya no la tomaban en cuenta para algunas actividades, sus ojos se llenan de lágrimas. También cree que uno de los motivos por el que fue echada de su trabajo, fue precisamente por tener el VIH.
“No me echaron de frente, simplemente la empresa donde creí que podía mostrar mi talento y desarrollarme profesionalmente decidió no renovar mi contrato, pese a que cuando entré había destacado mi currículum y prometido incorporarme luego de los tres meses de prueba”.
PAREJA ¿Cómo los compañeros de trabajo de Marthiña se enteraron de que ella tenía VIH?
La joven nunca creyó que nada menos que el hombre que amó y con el que vivió unos años la delataría. “No podía creer que Jaime buscaría a mis compañeros para decir que tengo VIH, pero lo hizo. Fue una cruel venganza”.
Mientras se seca las lágrimas, cuenta que jamás imaginó que tendría el virus. Es más, hasta ahora no sabe si fue Jaime quien le transmitió o una anterior pareja que tuvo cuando tenía 24 años.
“Jaime también tiene VIH y él me culpa, porque dice que yo le transmití. Luego de que me detectaron, se hizo la prueba y salió positiva. Por ahí él ya tenía y fue quien me transmitió y yo no lo sabía”.
¿Por qué te hiciste la prueba del VIH?
“Hay empresas que para contratarte te piden una serie de exámenes de laboratorio, y aunque no solicitaban una prueba de VIH, decidí hacerme”.
Tras conocer el resultado, Marthiña dejó pasar un tiempo para luego contarle a su pareja que tenía VIH.
“Yo no podía ocultarle tal situación, porque yo pienso que fue él que me transmitió. Le pregunté si él sabía que tenía el virus, pero él negó”.
Tras la confesión, Jaime no solo la gritó, sino que la golpeó y acusó de infidelidad. Casi de inmediato acudió a realizarse las pruebas y ellas confirmaron que él también tenía el VIH.
“Pero su maldad llegó más lejos y contó mi drama a mis familiares, quienes también se alejaron y pocos fueron los que decidieron darme una mano para seguir adelante”.
Desde aquella vez, Marthiña dice que su vida no es la misma. A pesar de que sueña con ser madre y volver a amar, comenta que prefiere abstenerse para no volver a vivir el desprecio de un hombre.
“Tengo miedo que se enteren y huyan. Tener VIH es como tener un secreto que nadie debe enterarse, sino mueres en vida”.
Para tratar de aliviar esa “cruz”, dice que decidió cambiar de ciudad y dentro de poco anuncia que migrará a Santa Cruz.
Cree que allá será diferente, porque nadie sabrá su secreto para comenzar de nuevo.
“Desde que me despidieron he realizado trabajos temporales y he evitado por todos los medios que mis empleadores y compañeros de trabajo se enteren de que tengo ese mal. Hasta ahora he podido evitar vivir un similar episodio que el pasado. Sin embargo, temo que Jaime vuelva aparecer y me vuelva a delatar”.
Según Marthiña, su expareja habría migrado a España, “pero uno nunca sabe cuándo podría volver a atacarme porque cree que yo soy la culpable, la infiel, la traidora”.
Pese a la difícil situación que vive, asegura que desde que supo que en su cuerpo vive el virus no solo toma los antirretrovirales, sino que asumió todas las medidas de seguridad para no transmitir.
“No es fácil asumir que tienes el virus, así como tampoco adecuarse a todas las medidas, pero hay que hacerlo para seguir sobreviviendo en este mundo que es poco comprensible y solidario”.
Marthiña ahora sueña con comenzar de nuevo en Santa Cruz, donde ha tomado contacto con gente amiga e indica que ya tiene en puerta una posibilidad de trabajo.
“Debo seguir viviendo, luchando, pero guardando en secreto el VIH para no sufrir ni ser discriminada”.
Relaciones
Las mujeres con el VIH contraen principalmente en relaciones heterosexuales y, a menudo, dentro del matrimonio. Pese a ello, muchas veces son abandonadas.
1 Dato
Las mujeres constituyen aproximadamente la mitad de todas las personas con el VIH en el mundo.
Las mujeres sufren a menudo un efecto más agudo del VIH que los hombres, debido a una combinación de factores sociales, económicos y biológicos, según datos de la ONU.
María se casó y se embarazó después de saber su diagnóstico
En un solo día, María (nombre que protege su identidad) recibió las dos peores noticias de su vida. El fallecimiento de su prometido y el diagnóstico positivo del Virus de Inmunodeficiencia Humana.
Meses antes de contraer nupcias con su enamorado de más de un año que había llegado de trabajar de Argentina, todo cambió de manera repentina.
Ella y su pareja deambularon por atención médica y un diagnóstico a las afecciones y debilitamiento que tenía su prometido. Las altas temperaturas subían y bajaban, pero nadie sabía lo que tenía.
Pero ya era demasiado tarde, el virus estaba en una etapa muy avanzada y pasó a ser el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA).
Pero no fue hasta el día del fallecimiento, 30 de octubre del 2011, de su pareja que ella se enteró de la transmisión.
“Perdóname”, fueron las últimas palabras que María logró escuchar de su prometido antes de que este falleciera en su seguro médico.
Atemorizada por su vida, María solamente alcanzó a contarle a su hermana lo que pasaba. Hoy en día su diagnóstico es conocido por sus tres hermanos, los médicos y su pareja.
Como sucede en todos los casos, la reacción de María fue de rechazo. La depresión, el miedo a morir y muchas preguntas sobre el síndrome rondaron su mente. Pensaba que nunca más se enamoraría y que menos llegaría a ser esposa o madre.
Pasado un año, conoció a otra persona, un hombre que hoy es su pareja y padre de su hija.
María se había informado de los deberes y obligaciones que tenía como persona con VIH y le contó de su diagnóstico cuando eran enamorados.
Pero sin poner etiquetas y perjuicios, su pareja le dijo que quería pasar el resto de su vida con ella.
María estaba preparada para el rechazo cuando de manera contraria su novio le propuso matrimonio.
“Le dije que nunca podríamos tener relaciones sin condón, que no sabía cuánto iba a vivir y que tal vez nunca le daría un hijo- A pesar de eso, él se quería casar conmigo. Es el mejor regalo que me ha dado la vida”, cuenta entre lágrimas María.
Cerca a cumplir 30 años, María ya estaba casada y en ese tiempo era una de las primeras mujeres que buscó tratamiento.
Los primeros meses, después de conocer su diagnóstico, no tomó nada porque los fármacos no habían ingresado al país.
En menos de un año bajó de peso y se puso muy mal. “Pensé que iba a morir, pero recuperé”.
En 2002, cuando se enteró que una donación del Brasil llegaba a Bolivia, viajó hasta La Paz para recibir el tratamiento.
Cuenta que fue discriminada y que los médicos le indicaron que no tenía la suficiente carga viral como para recibir los fármacos.
Después de varias intervenciones, finalmente obtuvo la donación. Pero, sus viajes a La Paz para recibir el medicamento eran frecuentes.
Desde ese entonces María no ha dejado de tomar el tratamiento ni un solo día.
Nadie que la conozca y no sepa de su diagnóstico puede saber si tiene VIH o no porque es bastante saludable y no aparenta tener problemas. No se ha internado nunca por el síndrome porque toma su medicamento una vez por día.
“Inventé mi propio método de embarazo sin transmisión”
La determinación y dedicación de María por tratar su enfermedad han hecho que se convierta en una mujer ejemplo para todas las personas que viven con el VIH.
A un principio, para ella era difícil pensar en traer un hijo al mundo. Pero, se fue informando cada vez más de la enfermedad hasta que asimiló que sí podía ser madre si cumplía con una serie de requisitos.
Conversó del tema con su pareja y decidieron tener un hijo.
Confiesa que no tenía el dinero suficiente para pagar por un tratamiento de reproducción asistida para poder concebir al hijo y no transmitir el VIH a su pareja, así que inventó su propio método.
Cada vez que su pareja eyaculaba, lo hacía en una jeringa que luego era introducida en el cuerpo de María para lograr la concepción.
Después de varios intentos, la pareja lo consiguió. María quedó embarazada de una niña que hoy ya tiene cinco años.
Su embarazo fue como cualquier otro, sin complicaciones muy graves.
Pero, tuvo que cambiar su medicación para no afectar al bebé.
Su hija fue sometida a los exámenes que corresponden para identificar la carga viral y salió negativa. Después de tomar algunos medicamentos para su protección, hoy se encuentra totalmente saludable.
María y su familia llevan adelante una vida normal; ella dejó su trabajo en el magisterio para dedicarse totalmente a su familia.
Su rutina empieza cada día a las 5:00 de la mañana para preparar el almuerzo y llevar a su hija al kínder. Durante la mañana pasa clases y resuelve diligencias para luego recoger a su niña de la escuela y pasar luego por su esposo.
Su método para poder quedar embarazada ha sido difundido entre las mujeres que tienen VIH que le han pedido que las instruya para poder quedar embarazadas sin transmitir el virus a sus parejas.
El ejemplo de vida de esta mujer ha servido de inspiración para la película “Algo más que vivir”, producida por el Instituto del Desarrollo Humano.
Meses antes de contraer nupcias con su enamorado de más de un año que había llegado de trabajar de Argentina, todo cambió de manera repentina.
Ella y su pareja deambularon por atención médica y un diagnóstico a las afecciones y debilitamiento que tenía su prometido. Las altas temperaturas subían y bajaban, pero nadie sabía lo que tenía.
Pero ya era demasiado tarde, el virus estaba en una etapa muy avanzada y pasó a ser el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA).
Pero no fue hasta el día del fallecimiento, 30 de octubre del 2011, de su pareja que ella se enteró de la transmisión.
“Perdóname”, fueron las últimas palabras que María logró escuchar de su prometido antes de que este falleciera en su seguro médico.
Atemorizada por su vida, María solamente alcanzó a contarle a su hermana lo que pasaba. Hoy en día su diagnóstico es conocido por sus tres hermanos, los médicos y su pareja.
Como sucede en todos los casos, la reacción de María fue de rechazo. La depresión, el miedo a morir y muchas preguntas sobre el síndrome rondaron su mente. Pensaba que nunca más se enamoraría y que menos llegaría a ser esposa o madre.
Pasado un año, conoció a otra persona, un hombre que hoy es su pareja y padre de su hija.
María se había informado de los deberes y obligaciones que tenía como persona con VIH y le contó de su diagnóstico cuando eran enamorados.
Pero sin poner etiquetas y perjuicios, su pareja le dijo que quería pasar el resto de su vida con ella.
María estaba preparada para el rechazo cuando de manera contraria su novio le propuso matrimonio.
“Le dije que nunca podríamos tener relaciones sin condón, que no sabía cuánto iba a vivir y que tal vez nunca le daría un hijo- A pesar de eso, él se quería casar conmigo. Es el mejor regalo que me ha dado la vida”, cuenta entre lágrimas María.
Cerca a cumplir 30 años, María ya estaba casada y en ese tiempo era una de las primeras mujeres que buscó tratamiento.
Los primeros meses, después de conocer su diagnóstico, no tomó nada porque los fármacos no habían ingresado al país.
En menos de un año bajó de peso y se puso muy mal. “Pensé que iba a morir, pero recuperé”.
En 2002, cuando se enteró que una donación del Brasil llegaba a Bolivia, viajó hasta La Paz para recibir el tratamiento.
Cuenta que fue discriminada y que los médicos le indicaron que no tenía la suficiente carga viral como para recibir los fármacos.
Después de varias intervenciones, finalmente obtuvo la donación. Pero, sus viajes a La Paz para recibir el medicamento eran frecuentes.
Desde ese entonces María no ha dejado de tomar el tratamiento ni un solo día.
Nadie que la conozca y no sepa de su diagnóstico puede saber si tiene VIH o no porque es bastante saludable y no aparenta tener problemas. No se ha internado nunca por el síndrome porque toma su medicamento una vez por día.
“Inventé mi propio método de embarazo sin transmisión”
La determinación y dedicación de María por tratar su enfermedad han hecho que se convierta en una mujer ejemplo para todas las personas que viven con el VIH.
A un principio, para ella era difícil pensar en traer un hijo al mundo. Pero, se fue informando cada vez más de la enfermedad hasta que asimiló que sí podía ser madre si cumplía con una serie de requisitos.
Conversó del tema con su pareja y decidieron tener un hijo.
Confiesa que no tenía el dinero suficiente para pagar por un tratamiento de reproducción asistida para poder concebir al hijo y no transmitir el VIH a su pareja, así que inventó su propio método.
Cada vez que su pareja eyaculaba, lo hacía en una jeringa que luego era introducida en el cuerpo de María para lograr la concepción.
Después de varios intentos, la pareja lo consiguió. María quedó embarazada de una niña que hoy ya tiene cinco años.
Su embarazo fue como cualquier otro, sin complicaciones muy graves.
Pero, tuvo que cambiar su medicación para no afectar al bebé.
Su hija fue sometida a los exámenes que corresponden para identificar la carga viral y salió negativa. Después de tomar algunos medicamentos para su protección, hoy se encuentra totalmente saludable.
María y su familia llevan adelante una vida normal; ella dejó su trabajo en el magisterio para dedicarse totalmente a su familia.
Su rutina empieza cada día a las 5:00 de la mañana para preparar el almuerzo y llevar a su hija al kínder. Durante la mañana pasa clases y resuelve diligencias para luego recoger a su niña de la escuela y pasar luego por su esposo.
Su método para poder quedar embarazada ha sido difundido entre las mujeres que tienen VIH que le han pedido que las instruya para poder quedar embarazadas sin transmitir el virus a sus parejas.
El ejemplo de vida de esta mujer ha servido de inspiración para la película “Algo más que vivir”, producida por el Instituto del Desarrollo Humano.
9 de cada 10 familias tienen niños que sufren violencia en Bolivia
Cada 25 de abril se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, una fecha en la que diversas instituciones hacen énfasis en sus labores a fin de concienciar a la colectividad sobre las consecuencias del maltrato en menores.
El fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés) señala que todo tipo de violencia hacia la niñez y adolescencia es evitable y se puede eliminar, pero que antes, es necesario cambiar nuestra cultura de la violencia, por una cultura del cuidado, buen trato y el respeto en el espacio familiar. Según datos que maneja esta entidad, en Bolivia, 9 de cada 10 familias admitieron vivir en medio de violencia.
“Si miramos el tema de la violencia vemos que de los datos de la encuesta de demografía y salud, nueve de cada diez familias admiten haber vivido en medio de violencia, y con niños y niñas que han crecido en medio de ella. Los entrevistados advierten que en sus hogares se ejerció violencia por diferentes razones”, expresó la representante de Unicef en el país, Sun-Ah Kim Suh, en una entrevista con EL DEBER realizada en la previa al Día del Niño.
Es imperativo invertir desde la sociedad y el Estado en las acciones de sensibilización y prevención, fortaleciendo aún más la capacidad de respuestas institucionales eficientes, para garantizar la protección de todos los niños y niñas. Solo así se podrá transformar la forma cómo la familia, la comunidad y el Estado se relacionan con los niños y niñas, más allá de la tutela, a una relación de respeto por sus derechos.
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