Muchos padres han tenido que lidiar con una serie de dificultades al momento de ejercer la disciplina con sus hijos, en ocasiones con buenos resultados y en otras no. Frente a esto surge la disciplina positiva como una alternativa que ofrece una serie de herramientas para modificar dichas conductas en niños y adolescentes.
Al respecto, la psicóloga Ángela Hurtado explica que la disciplina positiva es un método no tradicional y respetuoso que incorpora la amabilidad y firmeza en la educación de los hijos. Una ayuda que permite llegar a la causa del mal comportamiento, a conocer los estilos educativos y lograr una comunicación eficaz, entre otras.
“Muchas veces los padres ven el mal comportamiento como la punta de un iceberg, pero no las causas profundas que las generan entre las cuales están: falta de habilidades socioemocionales, rechazo, rabia, dolor, sentimientos de inferioridad, celos, cansancio, hambre, resentimiento, inseguridad, sueño, abandono, tristeza, desilusión, frustración, entre otras”, afirma la psicóloga.
A ellas se suman los diferentes estilos educativos que manejan los padres con sus hijos, es decir, el comportamiento que tienen con ellos, como el estilo autoritario, estilo democrático y estilo permisivo.
Estilo autoritario.- Se caracteriza porque exige y no escucha. Tiene un nivel de exigencia alto, así como un excesivo control, sus normas se basan en pautas restrictivas con un mayor empleo del castigo que del refuerzo positivo, en cuanto a sus metas educativas estás fomentan la obediencia a las normas y la sociabilidad.
Estilo democrático.- Va de la mano con la disciplina positiva, porque utiliza como normas la disciplina inteligente que es inductiva y que va a invitar a los niños y adolescentes a desarrollarse en todo aspecto tomando las decisiones correctas y, en caso de equivocarse, sabrá cómo rectificarlo. Sus metas educativas fomentarán la responsabilidad y la autoconfianza.
Estilo permisivo.- Tiene la particularidad de tener un nivel de exigencia bajo, un control bajo, las normas de las pautas son mínimas e imprecisas. Además de fomentar la autodirección, autonomía e iniciativa. Sin una dirección clara.
TÉCNICAS
La disciplina positiva tiene ciertas técnicas que ayudan a comprender las etapas evolutivas del niño y el adolescente, y como poderlas aplicar a largo plazo. A continuación citaremos algunas de ellas:
1 Ayudar a los niños o adolescente a tener un sentido de conexión (pertenencia).
2 Tiende a ser respetuosa y alentadora (amable y firme a la vez)
3 Tiene su efectividad a largo plazo (el niño piensa, siente, aprende y decide sobre él mismo y sabe qué hará en el futuro para prosperar).
4 Enseña habilidades sociales y de vida (respeto, preocupación por los demás, solución de problemas y cooperación, entre otras).
5 Invita a los niños a descubrir sus capacidades.
HERRAMIENTAS
La idea al aplicar la disciplina positiva es que se entienda que para que un niño se porte bien no se necesita primero hacerle sentir mal. Sino por el contrario cuando este se siente feliz y motivado será capaz de realizar cualquier actividad de la mejor manera. Existen cerca de 50 instrumentos que son muy útiles al momento de aplicar la disciplina positiva entre los cuales están: las reuniones de clase, la rueda de las opciones, tiempos fuera en positivo, enseñarles cómo funciona el cerebro, enfocarse en las soluciones y el error como base del aprendizaje.
a- Las reuniones de clase son ideales para resolver conflictos de manera democrática. Debe ser una vez a la semana y la hora más conveniente. Las decisiones que se tomen deberán ser en consenso. Se debe tener un orden del día para la siguiente reunión y debe concluir con la planeación de una actividad de ocio.
b -La rueda de las opciones permite adelantarse al conflicto y buscar opciones para cuando este sobrevenga. Ser parte de hacer una lluvia de ideas (con los niños) de qué opciones se tienen frente a un conflicto. Se construye una especie de rueda y en cada arista se plantea una solución que puede decorarse con dibujos.
c-Tiempo fuera en positivo (pausa) consiste en aprender a calmarse antes de solucionar un conflicto. Está diseñado para hacer sentir mejor a los niños. Por ello, se debe evitar ordenar al niño cuando está molesto y, en su lugar, invitar a que se relaje para luego conversar.
d- Enseñar cómo funciona el cerebro cuando las personas se enfadan o tienen rabia. Que puede ser apoyado con un video.
e- Enfocarse en las soluciones, es decir, no buscar culpables y en su lugar enseñar a los niños a buscar soluciones. Para ello se debe seguir algunos pasos: identificar el problema, lluvia de ideas, evaluar y elegir, acción y seguimiento.
f- El error como base del aprendizaje, cuyo objetivo será ver que un conflicto es la oportunidad para aprender a resolverlo. Y de esta manera se reducirá drásticamente la frustración. Primero responder con amabilidad, segundo cuando sea apropiado ayuda al niño mediante preguntas curiosas y tercero invite a compartir un error que cometió en la semana y qué aprendió de este.
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