martes, 26 de diciembre de 2017
jueves, 21 de diciembre de 2017
¿Cenamos en navidad con tu familia o la mía?
Juan Antonio y Marta no saben dónde van a cenar en Nochebuena y en Nochevieja. Tienen claro que quieren cenar juntos, pero no saben si acudirán a casa de los padres de él o de los padres de ella. “Cenen cada noche en un sitio”, dicen sus amigos, como si a la pareja no se le hubiera ocurrido esa solución tan sencilla. Pero no es tan fácil.
La familia de Juan Antonio, primos, tíos y abuelos incluidos, se junta en Nochebuena. Nochevieja apenas tiene importancia. La dinámica se repite en casa de Marta. Y es el primer año que están juntos, así que no se puede recurrir al “este año toca en mi casa que el pasado fuimos a la tuya”. “Es un rollo”, dicen Juan Antonio y Marta. Con circunstancias diferentes y dilemas parecidos, miles de parejas afrontan la Nochevieja y la Nochebuena como un posible problema.
Hemos consultado a psicólogos expertos en terapia de pareja y relaciones para saber cómo salir de este enredo. No hay una fórmula mágica, pero en mayor o menor medida la solución que nos plantean siempre es parecida: ser generosos. “Tenemos que ser capaces de relativizar las cosas. De salir de nuestros intereses y analizar la situación fríamente”, dice el psicólogo experto en relaciones Raúl Padilla.
Es normal que lo que quieras hacer en Navidad no coincida con lo que quiere tu pareja. Hay tantas posibilidades de que no encajen sus tradiciones que lo raro es que ninguno tenga que ceder. Volvemos a Juan Antonio y Marta: Nochebuena es la gran cena para las dos familias y, además, la de él es de Sucre y la de ella, de La Paz, lo que les dificulta pasar las fiestas juntos.
EMPATIZAR CON EL OTRO
Si para cada familia es importante una fecha, pues se reparte así sin tener que turnarse. Y todos contentos. Si el día navideño central para cada familia de la pareja coincide, un año en tu casa y otro en la mía. “Es lo más habitual”, dice Padilla, pero, ojo, llevar la cuenta sin pensar en las circunstancias de cada año puede ser un problema: “Hay que valorar cada situación en el presente. Tenemos que ser capaces de empatizar con el otro”, dice la psicóloga especialista en conflictos emocionales, Sheila Estévez: “Si hay un familiar que podría faltar pronto, sería razonable acudir a esa casa”.
Otro escenario habitual es que la Navidad sea importante para un miembro de la pareja y que al otro le dé completamente igual. En ese caso, no pasa nada por repetir con la misma familia cada año. “Es una solución para el problema. Todas las navidades con una familia y, para la otra, ya se encontrará otra tradición”, opina Padilla, mientras que Estévez destaca la importancia de “valorar la importancia de las fiestas si le importan a nuestra pareja”.
También es importante dejar el tema hablado con tiempo. Según la psicóloga, no es una conversación que haya que dejar para el 23 de diciembre: “Hay que pactar con antelación qué tiempo pasar con cada familia, cómo organizarse, qué eventos haremos en casa de la propia familia y cuáles en casa de la familia de nuestra pareja”. Estévez apuesta por encontrar “el desencuentro más positivo”.
La psicóloga experta en relaciones Margarita Torra cree que este acuerdo debe resultar “sencillo” y que los posibles cambios de año en año “no tienen por qué ser dramáticos; todo depende del grado de flexibilidad de las personas”.
NO HAY MANERA DE ENCAJAR. ¿QUÉ HACEMOS?
“Si las tradiciones no nos sirven como queremos, son inútiles. Mejor evitar una tradición que nos imponga un conflicto en vez de un refuerzo de la pareja”, dice Padilla. Si juntarse en Nochebuena o Nochevieja es un problema, no pasa nada por celebrarlo separados, cada uno con su familia. “Es una posibilidad dentro de todas las existentes. No hay problema si ambos miembros de la pareja piensan igual”, añade Estévez.
“La Nochebuena y la Nochevieja (o la Navidad, año nuevo y Reyes) no tienen por qué ser la tradición compartida con tu pareja. Ya lo es con el resto de tu familia, pero tu tradición navideña con tu novio o novia puede ser otra”, indica Padilla. Procura que no coincida con otra tradición familiar. Si vuelve a pasar, ya es culpa tuya.
La Navidad tensa las emociones y crea problemas de pareja durante estos días. La Navidad, según Padilla, es “un acto político; se revisa todo el régimen familiar. Puede ser una fecha para el encuentro o el desencuentro. Mejor optar por lo primero”. “A ver, si nos cuesta ponernos de acuerdo en nuestro día a día, cómo no nos va a pasar en Navidad. Son días de mucho estrés en los que cuesta encajarlo todo”, indica Estévez.
En todo momento hemos abordado cómo repartir la agenda familiar de la pareja en Navidad, pero hay otra opción con muchos adeptos: pasar estos días en pareja sin la familia. “Una pareja puede organizarse unas vacaciones navideñas que impidan asistir a las fiestas familiares sin tener que sentirse culpables. ¿Tienen la obligación de sentir el mismo deseo de juntarse todos los miembros de una familia?”, se pregunta Torra. Pues no.
La familia de Juan Antonio, primos, tíos y abuelos incluidos, se junta en Nochebuena. Nochevieja apenas tiene importancia. La dinámica se repite en casa de Marta. Y es el primer año que están juntos, así que no se puede recurrir al “este año toca en mi casa que el pasado fuimos a la tuya”. “Es un rollo”, dicen Juan Antonio y Marta. Con circunstancias diferentes y dilemas parecidos, miles de parejas afrontan la Nochevieja y la Nochebuena como un posible problema.
Hemos consultado a psicólogos expertos en terapia de pareja y relaciones para saber cómo salir de este enredo. No hay una fórmula mágica, pero en mayor o menor medida la solución que nos plantean siempre es parecida: ser generosos. “Tenemos que ser capaces de relativizar las cosas. De salir de nuestros intereses y analizar la situación fríamente”, dice el psicólogo experto en relaciones Raúl Padilla.
Es normal que lo que quieras hacer en Navidad no coincida con lo que quiere tu pareja. Hay tantas posibilidades de que no encajen sus tradiciones que lo raro es que ninguno tenga que ceder. Volvemos a Juan Antonio y Marta: Nochebuena es la gran cena para las dos familias y, además, la de él es de Sucre y la de ella, de La Paz, lo que les dificulta pasar las fiestas juntos.
EMPATIZAR CON EL OTRO
Si para cada familia es importante una fecha, pues se reparte así sin tener que turnarse. Y todos contentos. Si el día navideño central para cada familia de la pareja coincide, un año en tu casa y otro en la mía. “Es lo más habitual”, dice Padilla, pero, ojo, llevar la cuenta sin pensar en las circunstancias de cada año puede ser un problema: “Hay que valorar cada situación en el presente. Tenemos que ser capaces de empatizar con el otro”, dice la psicóloga especialista en conflictos emocionales, Sheila Estévez: “Si hay un familiar que podría faltar pronto, sería razonable acudir a esa casa”.
Otro escenario habitual es que la Navidad sea importante para un miembro de la pareja y que al otro le dé completamente igual. En ese caso, no pasa nada por repetir con la misma familia cada año. “Es una solución para el problema. Todas las navidades con una familia y, para la otra, ya se encontrará otra tradición”, opina Padilla, mientras que Estévez destaca la importancia de “valorar la importancia de las fiestas si le importan a nuestra pareja”.
También es importante dejar el tema hablado con tiempo. Según la psicóloga, no es una conversación que haya que dejar para el 23 de diciembre: “Hay que pactar con antelación qué tiempo pasar con cada familia, cómo organizarse, qué eventos haremos en casa de la propia familia y cuáles en casa de la familia de nuestra pareja”. Estévez apuesta por encontrar “el desencuentro más positivo”.
La psicóloga experta en relaciones Margarita Torra cree que este acuerdo debe resultar “sencillo” y que los posibles cambios de año en año “no tienen por qué ser dramáticos; todo depende del grado de flexibilidad de las personas”.
NO HAY MANERA DE ENCAJAR. ¿QUÉ HACEMOS?
“Si las tradiciones no nos sirven como queremos, son inútiles. Mejor evitar una tradición que nos imponga un conflicto en vez de un refuerzo de la pareja”, dice Padilla. Si juntarse en Nochebuena o Nochevieja es un problema, no pasa nada por celebrarlo separados, cada uno con su familia. “Es una posibilidad dentro de todas las existentes. No hay problema si ambos miembros de la pareja piensan igual”, añade Estévez.
“La Nochebuena y la Nochevieja (o la Navidad, año nuevo y Reyes) no tienen por qué ser la tradición compartida con tu pareja. Ya lo es con el resto de tu familia, pero tu tradición navideña con tu novio o novia puede ser otra”, indica Padilla. Procura que no coincida con otra tradición familiar. Si vuelve a pasar, ya es culpa tuya.
La Navidad tensa las emociones y crea problemas de pareja durante estos días. La Navidad, según Padilla, es “un acto político; se revisa todo el régimen familiar. Puede ser una fecha para el encuentro o el desencuentro. Mejor optar por lo primero”. “A ver, si nos cuesta ponernos de acuerdo en nuestro día a día, cómo no nos va a pasar en Navidad. Son días de mucho estrés en los que cuesta encajarlo todo”, indica Estévez.
En todo momento hemos abordado cómo repartir la agenda familiar de la pareja en Navidad, pero hay otra opción con muchos adeptos: pasar estos días en pareja sin la familia. “Una pareja puede organizarse unas vacaciones navideñas que impidan asistir a las fiestas familiares sin tener que sentirse culpables. ¿Tienen la obligación de sentir el mismo deseo de juntarse todos los miembros de una familia?”, se pregunta Torra. Pues no.
Vacaciones provechosas Grandes ideas para los pequeños emprendedores
El emprendedor nace o se hace? El exitoso escritor Stephen King suele decir que “lo que separa el talento individual del éxito es la cantidad de trabajo esforzado y difícil que la persona pone”. Algunos niños nacen con una mente brillante para los negocios como el británico Henry Patterson, que a sus nueve años de edad ya tenía tres negocios. Otros niños desarrollan habilidades relacionadas con los negocios como la inversión y el ahorro a lo largo del tiempo. Sin importar en cuál de estas dos categorías entre tu hijo(a), sobrino(a) o alumno(a), es recomendable enseñar herramientas de administración y organización en la infancia para que las apliquen tanto en su vida personal o en un negocio.
La primera aclaración que debes hacerle es la siguiente: ¡No hay que ser un adulto para emprender! Todos conocemos el puesto de limonadas de las películas estadounidenses o del bazar improvisado de objetos de segunda mano en el garaje de nuestro vecino para generar un poco de dinero. Hay casos asombrosos de genios que nos recuerdan a Jimmy Neutron. Uno de ellos es el de la mexicana Vania Rodríguez Montes, que inventó un cinturón que alerta a ciegos de posibles obstáculos, y otro es el mexicano Ángel de Jesús Martínez Baldazo que, a sus once años de edad, desarrolló el “ElectroCel” (una funda de celular antirrobo).
Hay muchísimas ideas que resultan atractivas para los niños y aquí te dejamos unas cuantas para que lo intenten:
PERSONALIDAD DE INTERNET
Los niños nadan como pez en el agua en Internet. Para los más grandes que tienen habilidades comunicativas, tener un blog puede ser altamente rentable (un botón de muestra: Pequeño Cerdo Capitalista de Sofía Macías). Para los que son carismáticos, es una buena opción tener un vlog (video blog) en servicios como Youtube, Vimeo o Dailymotion. Cualquier tema puede tener cientos de miles de suscriptores como el caso del youtuber de los 10 millones de seguidores . También los tutoriales, los reviews y los gameplays tienen el potencial de ser un negocio cotizado. No en vano tenemos YouTube Stars como Jenna Marbles o PewDiePie, que ganan más que las personalidades del mundo del espectáculo. Claro, todo con supervisión y atención de un adulto.
REGALOS HAND-MADE
Si tu niño(a) tiene un interés en las artesanías y las manualidades, entonces puede realizar un emprendimiento creativo: los regalos originales, personalizados y hechos a mano. ¡Puede ser desde una tarjeta pintada por él o ella!
JOYERÍA
Si notas que tiene un ojo para la moda, entonces motívale a hacer accesorios como aretes, pulseras, collares, entre otros. No tienen que usar piedras semipreciosas de alto costo. Tampoco tienen que ser piezas complejísimas. Hay diseños sencillos e increíbles hechos con madera, cáñamo y otros materiales que son vendibles y de bajo costo.
MINICHEF
Siempre se puede lucrar con la comida. Hay recetas que pueden ser elaboradas por los niños como las galletas, por ejemplo. Estos productos hornedos son fáciles de elaborar y de transportar con una inversión mínima.
PINTACARITAS Y GLOBERO
Estos servicios son altamente requeridos en fiestas, pero también pueden presentarse en eventos especiales como festivales comunitarios. Con un poco de creatividad y práctica, se hacen obras de arte en la piel de los clientes.
MÚSICO(A), CANTANTE
Si cuenta con un talento especial para la música y/o el canto, puede tocar o cantar en fiestas o reuniones familiare. Si quieres mejoría y tiene interés, inscríbelo(a) a clases particulares. ¿Ubicas a Taylor Swift? Ella comenzó a cantar y componer a temprana edad y fue la celebridad mejor pagada el 2016.
SERVICIO DE LIMPIEZA
Desde pequeños, los niños pueden involucrarse en las actividades de limpieza. Con una mano extra puede generar una fuente de ingresos, no solamente en su propia casa, sino con personas de confianza que requieran este servicio.
Nunca es demasiado pronto. Todos tenemos talentos ocultos y todos podemos desarrollar habilidades. No tienen que ir muy lejos para encontrar clientes, comiencen a ofrecer sus servicios con los parientes, los vecinos, los compañeros de trabajo, los conocidos… Emprender les enseña a los niños el valor del trabajo y del dinero. También les proporciona un sentido invaluable de responsabilidad y uso productivo del tiempo. Recuerda que siempre requieren supervisión y apoyo.
La primera aclaración que debes hacerle es la siguiente: ¡No hay que ser un adulto para emprender! Todos conocemos el puesto de limonadas de las películas estadounidenses o del bazar improvisado de objetos de segunda mano en el garaje de nuestro vecino para generar un poco de dinero. Hay casos asombrosos de genios que nos recuerdan a Jimmy Neutron. Uno de ellos es el de la mexicana Vania Rodríguez Montes, que inventó un cinturón que alerta a ciegos de posibles obstáculos, y otro es el mexicano Ángel de Jesús Martínez Baldazo que, a sus once años de edad, desarrolló el “ElectroCel” (una funda de celular antirrobo).
Hay muchísimas ideas que resultan atractivas para los niños y aquí te dejamos unas cuantas para que lo intenten:
PERSONALIDAD DE INTERNET
Los niños nadan como pez en el agua en Internet. Para los más grandes que tienen habilidades comunicativas, tener un blog puede ser altamente rentable (un botón de muestra: Pequeño Cerdo Capitalista de Sofía Macías). Para los que son carismáticos, es una buena opción tener un vlog (video blog) en servicios como Youtube, Vimeo o Dailymotion. Cualquier tema puede tener cientos de miles de suscriptores como el caso del youtuber de los 10 millones de seguidores . También los tutoriales, los reviews y los gameplays tienen el potencial de ser un negocio cotizado. No en vano tenemos YouTube Stars como Jenna Marbles o PewDiePie, que ganan más que las personalidades del mundo del espectáculo. Claro, todo con supervisión y atención de un adulto.
REGALOS HAND-MADE
Si tu niño(a) tiene un interés en las artesanías y las manualidades, entonces puede realizar un emprendimiento creativo: los regalos originales, personalizados y hechos a mano. ¡Puede ser desde una tarjeta pintada por él o ella!
JOYERÍA
Si notas que tiene un ojo para la moda, entonces motívale a hacer accesorios como aretes, pulseras, collares, entre otros. No tienen que usar piedras semipreciosas de alto costo. Tampoco tienen que ser piezas complejísimas. Hay diseños sencillos e increíbles hechos con madera, cáñamo y otros materiales que son vendibles y de bajo costo.
MINICHEF
Siempre se puede lucrar con la comida. Hay recetas que pueden ser elaboradas por los niños como las galletas, por ejemplo. Estos productos hornedos son fáciles de elaborar y de transportar con una inversión mínima.
PINTACARITAS Y GLOBERO
Estos servicios son altamente requeridos en fiestas, pero también pueden presentarse en eventos especiales como festivales comunitarios. Con un poco de creatividad y práctica, se hacen obras de arte en la piel de los clientes.
MÚSICO(A), CANTANTE
Si cuenta con un talento especial para la música y/o el canto, puede tocar o cantar en fiestas o reuniones familiare. Si quieres mejoría y tiene interés, inscríbelo(a) a clases particulares. ¿Ubicas a Taylor Swift? Ella comenzó a cantar y componer a temprana edad y fue la celebridad mejor pagada el 2016.
SERVICIO DE LIMPIEZA
Desde pequeños, los niños pueden involucrarse en las actividades de limpieza. Con una mano extra puede generar una fuente de ingresos, no solamente en su propia casa, sino con personas de confianza que requieran este servicio.
Nunca es demasiado pronto. Todos tenemos talentos ocultos y todos podemos desarrollar habilidades. No tienen que ir muy lejos para encontrar clientes, comiencen a ofrecer sus servicios con los parientes, los vecinos, los compañeros de trabajo, los conocidos… Emprender les enseña a los niños el valor del trabajo y del dinero. También les proporciona un sentido invaluable de responsabilidad y uso productivo del tiempo. Recuerda que siempre requieren supervisión y apoyo.
Es muy importante compartir en Navidad
El mes de diciembre es uno de los más esperados para los niños, la Navidad es una época del año llena de experiencias e ilusión, conllevan diferentes sensaciones y emociones. Muchas de las personas asocian la Navidad con emociones positivas o negativas según sea el caso, por eso es importante la primera navidad en los niños.
Nuestra memoria da prioridad a recuerdos emocionales, ya que almacena de manera preferente los recuerdos positivos y los que nos han cautivado emocionalmente por diversos motivos.
Como adultos es nuestra responsabilidad inculcar a nuestros hijos todo el tiempo valores y más aún en estas épocas navideñas ya que la Navidad tiene el increíble poder de sensibilizar los corazones y de hacernos reflexionar. Estas fiestas son un momento propicio para proponernos enseñar los valores de la Navidad en los niños, ser mejores personas y ayudar a quienes más lo necesitan.
Si mal acostumbramos al niño a los regalos, lo afectivo se pondrá en segundo plano. Pese a que esta fiesta va perdiendo cada vez más su esencia y razón de ser para convertirse en una celebración de “compra de regalos”. Ya que el manejo y comportamiento del comercio en nuestro medio lo propicia y fomenta, haciendo que los niños tengan las siguientes actitudes:
- Los niños creen que deben recibir muchos regalos y que es casi un derecho, una obligación que motiva una alta exigencia en ellos.
- Los padres creen que para ser buenos padres deben comprar muchos regalos y más aún regalos caros y trascendentes.
- La competencia con otros niños y con otros padres es un factor que también influye.
- Se crea la falsa idea de creer que el afecto está asociado a la cantidad y al valor de las cosas.
El niño acostumbrado a recibir muchos regalos se coloca en una posición de dominio innecesario.
Se afecta psicológicamente a los niños:
- Desarrolla actitudes de sobre exigencia y terquedad que llevan al descontrol.
- Fomenta la intolerancia y la frustración.
- Interfiere con los roles de autoridad que representan los padres.
- Incremente la impulsividad.
- Fomenta la no valoración por el esfuerzo.
- Interfieren con el desarrollo de valores como la solidaridad, esfuerzo, generosidad, austeridad.
- Fomenta una dinámica sin límites que se va trasladar a otros contextos de la vida del niño.
SE PUEDE JUGAR… SIN JUGUETES
Un hecho incuestionable es que los niños necesitan jugar. Sin embargo, los padres deben pensar: ¿piden los niños algo más allá de los juguetes? ¿Qué es lo que están reemplazando los juguetes? Aparte del tiempo que los niños pasan jugando con juguetes, existe un interés por otras cosas que sólo requieren de la imaginación. Por ejemplo, a los niños les puede estimular otras cosas no solo los juguetes y, según la edad que tengan, les satisface mucho dibujar, construir con sus propias manos cosas, ya sea un circuito de coches, una casa , ropa para su muñeca, o confeccionar con cartón y objetos reciclados una nave espacial entre otras cosas.
Se trata de cambiar el consumismo por el tiempo compartido en familia, de elegir menos regalos, menos juguetes y que los niños aprendan a valorarlos, de darles cosas más gratificantes. Por ejemplo: un paseo, una excursión o un juego de mesa. Se trata de seguir regalando a los niños, pero regalarles tiempo, algo que no cuesta nada, pero que supone más esfuerzo. Porque, aunque es posible malacostumbrar a los hijos regalándoles demasiadas cosas, no es posible echarlos a perder con demasiado amor, cariño y tiempo compartido. Hazles saber que te sientes feliz con ellos y que te importan, préstales tanta atención como puedas, y que ese sea tu regalo para ellos, el más valioso de todos.
La Navidad es una celebración de unión, familia y afecto, que bien manejada puede desarrollar en el niño buenos valores y ser una ocasión para seguir formándolo; compartiendo y enlazando vínculos, desarrollando sensibilidad y tolerancia.
Trabajemos como adultos para que nuestros niños tengan lindos recuerdos de sus primeras navidades y de esa forma crezcan con significados positivos ya que la Navidad es una época de oportunidades para la expresión de afectos, el fortalecimiento de nuestras relaciones interpersonales y el afianzamiento de nuestros valores.
Nuestra memoria da prioridad a recuerdos emocionales, ya que almacena de manera preferente los recuerdos positivos y los que nos han cautivado emocionalmente por diversos motivos.
Como adultos es nuestra responsabilidad inculcar a nuestros hijos todo el tiempo valores y más aún en estas épocas navideñas ya que la Navidad tiene el increíble poder de sensibilizar los corazones y de hacernos reflexionar. Estas fiestas son un momento propicio para proponernos enseñar los valores de la Navidad en los niños, ser mejores personas y ayudar a quienes más lo necesitan.
Si mal acostumbramos al niño a los regalos, lo afectivo se pondrá en segundo plano. Pese a que esta fiesta va perdiendo cada vez más su esencia y razón de ser para convertirse en una celebración de “compra de regalos”. Ya que el manejo y comportamiento del comercio en nuestro medio lo propicia y fomenta, haciendo que los niños tengan las siguientes actitudes:
- Los niños creen que deben recibir muchos regalos y que es casi un derecho, una obligación que motiva una alta exigencia en ellos.
- Los padres creen que para ser buenos padres deben comprar muchos regalos y más aún regalos caros y trascendentes.
- La competencia con otros niños y con otros padres es un factor que también influye.
- Se crea la falsa idea de creer que el afecto está asociado a la cantidad y al valor de las cosas.
El niño acostumbrado a recibir muchos regalos se coloca en una posición de dominio innecesario.
Se afecta psicológicamente a los niños:
- Desarrolla actitudes de sobre exigencia y terquedad que llevan al descontrol.
- Fomenta la intolerancia y la frustración.
- Interfiere con los roles de autoridad que representan los padres.
- Incremente la impulsividad.
- Fomenta la no valoración por el esfuerzo.
- Interfieren con el desarrollo de valores como la solidaridad, esfuerzo, generosidad, austeridad.
- Fomenta una dinámica sin límites que se va trasladar a otros contextos de la vida del niño.
SE PUEDE JUGAR… SIN JUGUETES
Un hecho incuestionable es que los niños necesitan jugar. Sin embargo, los padres deben pensar: ¿piden los niños algo más allá de los juguetes? ¿Qué es lo que están reemplazando los juguetes? Aparte del tiempo que los niños pasan jugando con juguetes, existe un interés por otras cosas que sólo requieren de la imaginación. Por ejemplo, a los niños les puede estimular otras cosas no solo los juguetes y, según la edad que tengan, les satisface mucho dibujar, construir con sus propias manos cosas, ya sea un circuito de coches, una casa , ropa para su muñeca, o confeccionar con cartón y objetos reciclados una nave espacial entre otras cosas.
Se trata de cambiar el consumismo por el tiempo compartido en familia, de elegir menos regalos, menos juguetes y que los niños aprendan a valorarlos, de darles cosas más gratificantes. Por ejemplo: un paseo, una excursión o un juego de mesa. Se trata de seguir regalando a los niños, pero regalarles tiempo, algo que no cuesta nada, pero que supone más esfuerzo. Porque, aunque es posible malacostumbrar a los hijos regalándoles demasiadas cosas, no es posible echarlos a perder con demasiado amor, cariño y tiempo compartido. Hazles saber que te sientes feliz con ellos y que te importan, préstales tanta atención como puedas, y que ese sea tu regalo para ellos, el más valioso de todos.
La Navidad es una celebración de unión, familia y afecto, que bien manejada puede desarrollar en el niño buenos valores y ser una ocasión para seguir formándolo; compartiendo y enlazando vínculos, desarrollando sensibilidad y tolerancia.
Trabajemos como adultos para que nuestros niños tengan lindos recuerdos de sus primeras navidades y de esa forma crezcan con significados positivos ya que la Navidad es una época de oportunidades para la expresión de afectos, el fortalecimiento de nuestras relaciones interpersonales y el afianzamiento de nuestros valores.
miércoles, 13 de diciembre de 2017
La purpurina es muy peligrosa para los niños
La purpurina (o brillantina) es un producto de venta libre y está presente en nuestro día a día, y sobre todo, en el de nuestros pequeños. Se utiliza para maquillajes, disfraces, cotillón y también para hacer manualidades, siendo un artículo muy habitual en casas con niños, colegios y guarderías. Y por cierto, muy difícil de limpiar.
Los científicos piden que se prohíba la purpurina, por ser un grave problema para el medio ambiente, ya que al ser microplásticos de menos de cinco milímetros, estos atraviesan los sistemas de filtración del agua llegando al mar y afectando a la población de peces. Pero el riesgo no es solo medioambiental, sino que también es un grave peligro para la salud nuestros hijos que pueden inhalarla accidentalmente.
La purpurina contiene componentes metálicos muy tóxicos, entre ellos plomo, cobre, zinc, aluminio y estaño. Al ser aspirada, estas micropartículas pueden penetrar en los glóbulos rojos causando una neumonitis química, una irritación de los pulmones causada por la inhalación de sustancias tóxicas.
Al aspirarla, entra por la vía respiratoria, llega al pulmón y genera una reacción inflamatoria que impide que los alveolos realicen el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Esto puede causar insuficiencia respiratoria en pocos minutos y provocar un cuadro de asfixia.
La purpurina contiene sustancias muy irritantes que pueden desencadenar un cuadro de vómitos, diarrea y dolor abdominal.
Si entra en contacto con los ojos puede causar desde una irritación o conjuntivitis hasta daños más graves como úlceras de la córnea. Hay purpurinas aptas para uso cosmético, pero en personas sensibles puede provocar lesiones como irritación y ampollas. Si las micropartículas penetran en la piel a través de una pequeña herida, podrían absorberse los componentes tóxicos por vía cutánea.
Los científicos piden que se prohíba la purpurina, por ser un grave problema para el medio ambiente, ya que al ser microplásticos de menos de cinco milímetros, estos atraviesan los sistemas de filtración del agua llegando al mar y afectando a la población de peces. Pero el riesgo no es solo medioambiental, sino que también es un grave peligro para la salud nuestros hijos que pueden inhalarla accidentalmente.
La purpurina contiene componentes metálicos muy tóxicos, entre ellos plomo, cobre, zinc, aluminio y estaño. Al ser aspirada, estas micropartículas pueden penetrar en los glóbulos rojos causando una neumonitis química, una irritación de los pulmones causada por la inhalación de sustancias tóxicas.
Al aspirarla, entra por la vía respiratoria, llega al pulmón y genera una reacción inflamatoria que impide que los alveolos realicen el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Esto puede causar insuficiencia respiratoria en pocos minutos y provocar un cuadro de asfixia.
La purpurina contiene sustancias muy irritantes que pueden desencadenar un cuadro de vómitos, diarrea y dolor abdominal.
Si entra en contacto con los ojos puede causar desde una irritación o conjuntivitis hasta daños más graves como úlceras de la córnea. Hay purpurinas aptas para uso cosmético, pero en personas sensibles puede provocar lesiones como irritación y ampollas. Si las micropartículas penetran en la piel a través de una pequeña herida, podrían absorberse los componentes tóxicos por vía cutánea.
martes, 12 de diciembre de 2017
Un tiempo a solas con papá o mamá
Planeas viajar con tus hijos, sin tu ex... Tal vez son unos días para cimentar la relación padre o madre e hijos y esto puede ser beneficioso siempre que no signifique que tus pequeños paguen los platos rotos de una relación que no funcionó. Solo así este tipo de vacaciones servirá para sanar una herida emocional. Recuerda que dejaron de ser pareja, pero no padres.
Por lo general es la madre la que tiene la custodia, lo que le facilita el viaje con los hijos, pero esto no quiere decir que el padre no pueda viajar con ellos, dice el psicólogo clínico Juan José Vargas. Esto tiene que ver con acuerdos previamente establecidos entre los progenitores.
El especialista también menciona que para no generar preocupación en el o la ex, ni angustia en los niños o adolescentes, quien viaja debe comunicar —independientemente de permisos y documentos— la ciudad o país de destino, días de estadía, actividades y fecha de retorno.
Pero, esto sería imposible si la relación entre los padres está llena de enojos y resentimientos, y la comunicación es pésima, pues esto anticipa una maleta cargada de malestar cuando la idea es que ese viaje o esas vacaciones sean un aliento para que los hijos satisfagan sus necesidades de tiempo y afecto con su papá o mamá, aclara la psicóloga Tatiana Jáuregui. Ambos padres, el que viaja y el que se queda, tienen la tarea de hacer de esa vacación una época de paz para los chicos. “Lo que se espera del progenitor que lleva a los hijos es que les dé seguridad y les quite esa sensación de separación, pena o culpa porque su madre o padre se queda solo”, resalta Jáuregui.
Del otro lado, quien se queda debe confiar en que su ex cuidará a los niños, resalta Vargas. Por otro lado, debe dar a los hijos la tranquilidad de que se quedará bien, al final ese bienestar físico y emocional es responsabilidad del adulto, no del niño.
El padre o la madre que se queda debe evitar victimizarse por tal situación, ya que el hijo siempre tendrá un proceso de identificación con el que se muestre más vulnerable, y esto puede generarle culpas que no le corresponden, dice la psicóloga.
También se debe tomar en cuenta que pueden ocurrir imprevistos, menciona el especialista, los cuales también se deben informar. Por ejemplo, demoras en el regreso, alguna enfermedad o accidente, entre otros.
Pueden haber situaciones más complicadas como cuando hay otra pareja después de la separación o divorcio, reconoce Vargas, pero enfatiza que en todo caso se debe llegar a un acuerdo y ponderar el bienestar integral de los hijos. “Ambos padres deben coadyuvar para que ellos no sientan que traicionan a uno o que solapan al otro”. Los temas de pareja son de adultos y no deben involucrar a los chicos, quienes tienen necesidad y derecho de ser hijos, de papá y de mamá.
Por lo general es la madre la que tiene la custodia, lo que le facilita el viaje con los hijos, pero esto no quiere decir que el padre no pueda viajar con ellos, dice el psicólogo clínico Juan José Vargas. Esto tiene que ver con acuerdos previamente establecidos entre los progenitores.
El especialista también menciona que para no generar preocupación en el o la ex, ni angustia en los niños o adolescentes, quien viaja debe comunicar —independientemente de permisos y documentos— la ciudad o país de destino, días de estadía, actividades y fecha de retorno.
Pero, esto sería imposible si la relación entre los padres está llena de enojos y resentimientos, y la comunicación es pésima, pues esto anticipa una maleta cargada de malestar cuando la idea es que ese viaje o esas vacaciones sean un aliento para que los hijos satisfagan sus necesidades de tiempo y afecto con su papá o mamá, aclara la psicóloga Tatiana Jáuregui. Ambos padres, el que viaja y el que se queda, tienen la tarea de hacer de esa vacación una época de paz para los chicos. “Lo que se espera del progenitor que lleva a los hijos es que les dé seguridad y les quite esa sensación de separación, pena o culpa porque su madre o padre se queda solo”, resalta Jáuregui.
Del otro lado, quien se queda debe confiar en que su ex cuidará a los niños, resalta Vargas. Por otro lado, debe dar a los hijos la tranquilidad de que se quedará bien, al final ese bienestar físico y emocional es responsabilidad del adulto, no del niño.
El padre o la madre que se queda debe evitar victimizarse por tal situación, ya que el hijo siempre tendrá un proceso de identificación con el que se muestre más vulnerable, y esto puede generarle culpas que no le corresponden, dice la psicóloga.
También se debe tomar en cuenta que pueden ocurrir imprevistos, menciona el especialista, los cuales también se deben informar. Por ejemplo, demoras en el regreso, alguna enfermedad o accidente, entre otros.
Pueden haber situaciones más complicadas como cuando hay otra pareja después de la separación o divorcio, reconoce Vargas, pero enfatiza que en todo caso se debe llegar a un acuerdo y ponderar el bienestar integral de los hijos. “Ambos padres deben coadyuvar para que ellos no sientan que traicionan a uno o que solapan al otro”. Los temas de pareja son de adultos y no deben involucrar a los chicos, quienes tienen necesidad y derecho de ser hijos, de papá y de mamá.
lunes, 11 de diciembre de 2017
Cómo saber si tu hijo es feliz
Para todo padre y madre uno de los mayores deseos es que sus hijos sean felices, la felicidad no es solo algo que puedes darle a un niño como un regalo, sino enseñarle, fomentando la gratitud, la amabilidad, el trabajo en equipo, la comunicación, la integridad y hacer actividades en familia.
Los niños demasiado mimados, ya sea porque se les den demasiados juguetes o muy sobreprotegidos, son más propensos a ser adolescentes inseguros. Los mejores indicadores de felicidad futura son internos, debemos ayudar a los niños a desarrollar recursos internos que puedan utilizar a lo largo de sus vidas. He aquí algunas sugerencias importantes.
1.- APRENDE A CONOCER SUS EMOCIONES
Un niño feliz sonríe, juega, es curioso, muestra interés en otros niños y no necesita estimulación constante. En cambio, cuando no se siente feliz es retraído, callado, no habla, no se involucra espontáneamente con otros niños, no juega, no hace preguntas, no ríe ni sonríe y habla muy poco. La timidez no es lo mismo que la tristeza, entonces se debe aprender a descifrar que señales presenta un niño. Los padres constantemente deben estar alertas para ver si se dan cambios significativos en su conducta que pudieran sugerir por algún problema que requiere su atención.
El enojo es angustia excesiva, cuando tu hijo golpea a su hermano o avienta sus juguetes, eso significa que está angustiado más allá de su nivel de tolerancia.
2.- LA DIVERSIÓN ENTRE PADRES E HIJOS
Cuando los niños se divierten con sus padres crean una niñez conectada, darás el mejor paso para garantizar que tu hijo sea feliz. El juego genera alegría, pero también es la forma en que tu hijo desarrolla habilidades esenciales para su futura felicidad.
3.- CONTRIBUYE A PERFECCIONAR SUS TALENTOS
Las personas felices son a menudo aquellas que dominan una habilidad. En todo su crecimiento observarás diferentes habilidades como ser; deporte, danza, canto aprender a tocar un instrumento u otras habilidades. Aprenderá de sus errores, aprenderá a ser persistente, disciplinado y luego experimentará la dicha de tener éxito debido a sus propios esfuerzos.
4.- CULTIVA HÁBITOS SANOS EN TU HIJO
Los niños pequeños hacen ejercicio de forma innata, darle a tu hijo tiempo de sobra para corretear en los parques, patios, esto lo ayudará con sus estados de ánimo. Inculca que tenga orden: Algunos niños se adaptan fácilmente a distintos horarios y circunstancias, la mayoría de ellos disfrutan y son más felices con un horario establecido que les permite saber qué va a suceder. Realizar diferentes tareas en casa de acuerdo con sus edades como poner la mesa, ordenar sus juguetes; fomentará una relación más íntegra en la familia.
5.- DEJA QUE TRATE DE RESOLVER SUS PROBLEMAS
Algunos padres piensan que sus niños son felices resolviendo todos sus problemas, los niños se equivocan y aprenden de ello, incluso mientras más difíciles o frustrantes sean las situaciones, les ayuda a obtener fuerza interior que conduce a la felicidad. No significa que los niños no deban pedir ayuda si la necesitan, pero su fundamental papel es ayudarlos a que encuentren una solución ellos mismos, no proporcionárselas. Si tu pequeño desarrolla un sentido de independencia y confianza, eso puede llevarlo a tener buena autoestima y ser más feliz.
6.- PERMÍTELE ESTAR TRISTE O ENOJADO
Los niños necesitan saber que a veces es normal sentirse triste, es parte de la vida. Necesitamos dejarlos experimentar sus sentimientos, incluyendo la tristeza.
Puedes alentar a tu hijo a dar nombre a sus sentimientos y a expresarlos verbalmente. Los niños pequeños comprenden rápidamente las palabras que tienen que ver con su estado emocional, como “contento” o “enojado”. Cuando pueden expresar con palabras sus emociones, adquieren una nueva capacidad de reconocer y regular sus sentimientos.
7.- ESCUCHA A TU HIJO
Es esencial tener el canal de comunicación abierto con tu hijo es fundamental para comprender su humor, preguntar: ¿hay algo que quisieras contarme? ¿Algo te molesta?” y después déjalo hablar, si no quiere hacerlo, pregúntale al día siguiente.
La mayoría del tiempo, los niños están tristes o molestos por algo que causa estrés en el ambiente en el que desarrollan: una discusión con un amigo, un problema con un hermano o una tensión en casa. Si los síntomas de tristeza en tu hijo persisten y notas comportamientos como falta de ganas de ir a la escuela o guardería, preocupaciones excesivas de que mamá o papá mueran, que finja estar enfermo, dificultades para comer o dormir, consulta con un médico y también un terapeuta.
8.- ENSÉÑALE A COMPARTIR Y A PENSAR EN LOS DEMÁS
Conforme tu hijo pequeño va creciendo puedes enseñarle la importancia y satisfacción que existe en ayudar a otros. Algunos estudios muestran que las personas que se interesan por su alrededor tienden a sentirse menos deprimidos.
9.- SÉ UN MODELO DE CONDUCTA
Los padres pueden pasar su temperamento a sus hijos, no necesariamente a través de los genes, sino a través del propio comportamiento y forma de educarlos. Para bien o para mal, los niños perciben el humor de sus padres. Incluso los bebés pequeños imitan el estilo emocional de sus papás, lo cual de hecho activa vías neurales específicas. Cuando sonríes, tu hijo sonríe y su cerebro se “prepara” para sonreír. Los padres tienen dificultades, problemas y deben aprender a controlar sus expresiones, si se encuentran deprimidos a menudo no son buenos para proporcionar disciplina y orden de manera constante, ni divertirse con ellos, entonces deben buscar ayuda.
En resumen, para que un niño sea feliz no necesita tener un juguete caro. Lo esencial es que los padres le dediquen tiempo, jueguen con él, participen en sus actividades, les dejen tener amigos. Es aconsejable sorprenderlo con un detalle inesperado, regalarle constantes besos y abrazos, apoyarle en cada fracaso, ser comunicativos y escucharlos todo el tiempo. Tener a un niño o niña feliz debe ser el propósito no solo de los padres, sino también de los profesores y de toda la sociedad.
Los niños demasiado mimados, ya sea porque se les den demasiados juguetes o muy sobreprotegidos, son más propensos a ser adolescentes inseguros. Los mejores indicadores de felicidad futura son internos, debemos ayudar a los niños a desarrollar recursos internos que puedan utilizar a lo largo de sus vidas. He aquí algunas sugerencias importantes.
1.- APRENDE A CONOCER SUS EMOCIONES
Un niño feliz sonríe, juega, es curioso, muestra interés en otros niños y no necesita estimulación constante. En cambio, cuando no se siente feliz es retraído, callado, no habla, no se involucra espontáneamente con otros niños, no juega, no hace preguntas, no ríe ni sonríe y habla muy poco. La timidez no es lo mismo que la tristeza, entonces se debe aprender a descifrar que señales presenta un niño. Los padres constantemente deben estar alertas para ver si se dan cambios significativos en su conducta que pudieran sugerir por algún problema que requiere su atención.
El enojo es angustia excesiva, cuando tu hijo golpea a su hermano o avienta sus juguetes, eso significa que está angustiado más allá de su nivel de tolerancia.
2.- LA DIVERSIÓN ENTRE PADRES E HIJOS
Cuando los niños se divierten con sus padres crean una niñez conectada, darás el mejor paso para garantizar que tu hijo sea feliz. El juego genera alegría, pero también es la forma en que tu hijo desarrolla habilidades esenciales para su futura felicidad.
3.- CONTRIBUYE A PERFECCIONAR SUS TALENTOS
Las personas felices son a menudo aquellas que dominan una habilidad. En todo su crecimiento observarás diferentes habilidades como ser; deporte, danza, canto aprender a tocar un instrumento u otras habilidades. Aprenderá de sus errores, aprenderá a ser persistente, disciplinado y luego experimentará la dicha de tener éxito debido a sus propios esfuerzos.
4.- CULTIVA HÁBITOS SANOS EN TU HIJO
Los niños pequeños hacen ejercicio de forma innata, darle a tu hijo tiempo de sobra para corretear en los parques, patios, esto lo ayudará con sus estados de ánimo. Inculca que tenga orden: Algunos niños se adaptan fácilmente a distintos horarios y circunstancias, la mayoría de ellos disfrutan y son más felices con un horario establecido que les permite saber qué va a suceder. Realizar diferentes tareas en casa de acuerdo con sus edades como poner la mesa, ordenar sus juguetes; fomentará una relación más íntegra en la familia.
5.- DEJA QUE TRATE DE RESOLVER SUS PROBLEMAS
Algunos padres piensan que sus niños son felices resolviendo todos sus problemas, los niños se equivocan y aprenden de ello, incluso mientras más difíciles o frustrantes sean las situaciones, les ayuda a obtener fuerza interior que conduce a la felicidad. No significa que los niños no deban pedir ayuda si la necesitan, pero su fundamental papel es ayudarlos a que encuentren una solución ellos mismos, no proporcionárselas. Si tu pequeño desarrolla un sentido de independencia y confianza, eso puede llevarlo a tener buena autoestima y ser más feliz.
6.- PERMÍTELE ESTAR TRISTE O ENOJADO
Los niños necesitan saber que a veces es normal sentirse triste, es parte de la vida. Necesitamos dejarlos experimentar sus sentimientos, incluyendo la tristeza.
Puedes alentar a tu hijo a dar nombre a sus sentimientos y a expresarlos verbalmente. Los niños pequeños comprenden rápidamente las palabras que tienen que ver con su estado emocional, como “contento” o “enojado”. Cuando pueden expresar con palabras sus emociones, adquieren una nueva capacidad de reconocer y regular sus sentimientos.
7.- ESCUCHA A TU HIJO
Es esencial tener el canal de comunicación abierto con tu hijo es fundamental para comprender su humor, preguntar: ¿hay algo que quisieras contarme? ¿Algo te molesta?” y después déjalo hablar, si no quiere hacerlo, pregúntale al día siguiente.
La mayoría del tiempo, los niños están tristes o molestos por algo que causa estrés en el ambiente en el que desarrollan: una discusión con un amigo, un problema con un hermano o una tensión en casa. Si los síntomas de tristeza en tu hijo persisten y notas comportamientos como falta de ganas de ir a la escuela o guardería, preocupaciones excesivas de que mamá o papá mueran, que finja estar enfermo, dificultades para comer o dormir, consulta con un médico y también un terapeuta.
8.- ENSÉÑALE A COMPARTIR Y A PENSAR EN LOS DEMÁS
Conforme tu hijo pequeño va creciendo puedes enseñarle la importancia y satisfacción que existe en ayudar a otros. Algunos estudios muestran que las personas que se interesan por su alrededor tienden a sentirse menos deprimidos.
9.- SÉ UN MODELO DE CONDUCTA
Los padres pueden pasar su temperamento a sus hijos, no necesariamente a través de los genes, sino a través del propio comportamiento y forma de educarlos. Para bien o para mal, los niños perciben el humor de sus padres. Incluso los bebés pequeños imitan el estilo emocional de sus papás, lo cual de hecho activa vías neurales específicas. Cuando sonríes, tu hijo sonríe y su cerebro se “prepara” para sonreír. Los padres tienen dificultades, problemas y deben aprender a controlar sus expresiones, si se encuentran deprimidos a menudo no son buenos para proporcionar disciplina y orden de manera constante, ni divertirse con ellos, entonces deben buscar ayuda.
En resumen, para que un niño sea feliz no necesita tener un juguete caro. Lo esencial es que los padres le dediquen tiempo, jueguen con él, participen en sus actividades, les dejen tener amigos. Es aconsejable sorprenderlo con un detalle inesperado, regalarle constantes besos y abrazos, apoyarle en cada fracaso, ser comunicativos y escucharlos todo el tiempo. Tener a un niño o niña feliz debe ser el propósito no solo de los padres, sino también de los profesores y de toda la sociedad.
domingo, 3 de diciembre de 2017
¿Por qué no entiendes mi humor?
Todo viene bien hasta que uno de esos comentarios con la intención fallida de ser gracioso estalla en medio del dialogo, abriendo paso a discusiones eternas. No comprendemos si el otro lo hace para molestarnos o si realmente sus chistes nos resultan inentendibles. Nos guste o no, el humor es una parte esencial de cualquier relación.
Cada pareja posee un lenguaje propio en el cual se entienden y se enamoran, construyendo de esta forma sus códigos. Esto además de ser gradual es la impronta que hace que cada vínculo sea único.
Hasta acá resulta claro, pero cuando este concepto se vuelve borroso, la relación entra en crisis. No significa que los dos nos tengamos que reír de lo mismo, sino de que ninguno se sienta ofendido con el humor del otro.
¿Por qué es tan necesario lograr esto? Porque el humor forma parte de la comunicación de la pareja y si eso falla es imposible que la misma pueda crecer y retroalimentarse positivamente. Muy por lo contrario, quedará estancada en confrontaciones que no conducen a ninguna parte.
Desde ya que es muy subjetivo lo que a uno lo hace reír o lo ofende, pero ese es un punto que ninguna pareja debe saltar, porque nunca podemos perder el registro del otro. También es cierto que muchas veces, en nombre del humor, se esconde una agresión disfrazada en un chiste, y por más que nos aseguren que no tuvo ese fin, sobrevuela el peso de la repercusión de la misma.
Cuando esto se vuelve repetitivo, es necesario ponerlo en relieve para darle un fin antes que se convierta en un patrón permanente de la dinámica de la pareja. Entendernos en el humor es un proceso que se elabora en cada vínculo y, si bien es espontáneo, también implica un conocimiento implícito de la persona que tenemos al lado.
El humor dentro de una relación puede tener múltiples usos, y es importante darnos cuenta para qué lo usamos y, de esa manera, entender la dimensión de su efecto.
PUEDE RESULTAR NEGATIVO SI LO USAMOS PARA:
Decirnos verdades. Cuando usamos los chistes para expresar lo que nos está pasando. Esto genera confusiones y malentendidos, porque nunca logra llegar del todo claro el mensaje que le queremos transmitir a nuestra pareja.
Para ofender al otro. Cuando sobrecargamos de contendido agresivo un discurso, no importa el formato que tenga, la consecuencia nunca puede ser positiva. Si esto se perpetúa en el tiempo expone al vínculo a un desgaste permanente.
Para escapar de diálogos serios. Cuando se usa el humor como comodín para evadir y no afrontar temas importantes. Esto genera un clima de tensión en la pareja que dista de generar risa.
A su vez, el humor se transforma en una herramienta positiva de la pareja si ambos lo toman como medio para distender la rutina sintiéndose a gusto con la complicidad que el mismo genera. Para esto es importante siempre escuchar al otro. La persona que tenemos al lado es la que nos va a marcar cuál es el límite de su humor. Saberlo es fundamental para que la comunicación no presente conflictos.
Reírse juntos es una de las partes que hace especial a una pareja. Aunque nuestro sentido del humor sea distinto, siempre debe existir el punto en el que ambos nos comprendamos y nos elijamos. Aceptarnos no es querer cambiar la forma de ser del otro, pero tampoco se trata de sentirnos incómodos con esa manera de ser. Siempre que exista una buena comunicación habrá una posibilidad de modificar conductas, porque como se suele decir: hasta las parejas imperfectas logran una relación perfecta si logran aprender de sus diferencias.
Cada pareja posee un lenguaje propio en el cual se entienden y se enamoran, construyendo de esta forma sus códigos. Esto además de ser gradual es la impronta que hace que cada vínculo sea único.
Hasta acá resulta claro, pero cuando este concepto se vuelve borroso, la relación entra en crisis. No significa que los dos nos tengamos que reír de lo mismo, sino de que ninguno se sienta ofendido con el humor del otro.
¿Por qué es tan necesario lograr esto? Porque el humor forma parte de la comunicación de la pareja y si eso falla es imposible que la misma pueda crecer y retroalimentarse positivamente. Muy por lo contrario, quedará estancada en confrontaciones que no conducen a ninguna parte.
Desde ya que es muy subjetivo lo que a uno lo hace reír o lo ofende, pero ese es un punto que ninguna pareja debe saltar, porque nunca podemos perder el registro del otro. También es cierto que muchas veces, en nombre del humor, se esconde una agresión disfrazada en un chiste, y por más que nos aseguren que no tuvo ese fin, sobrevuela el peso de la repercusión de la misma.
Cuando esto se vuelve repetitivo, es necesario ponerlo en relieve para darle un fin antes que se convierta en un patrón permanente de la dinámica de la pareja. Entendernos en el humor es un proceso que se elabora en cada vínculo y, si bien es espontáneo, también implica un conocimiento implícito de la persona que tenemos al lado.
El humor dentro de una relación puede tener múltiples usos, y es importante darnos cuenta para qué lo usamos y, de esa manera, entender la dimensión de su efecto.
PUEDE RESULTAR NEGATIVO SI LO USAMOS PARA:
Decirnos verdades. Cuando usamos los chistes para expresar lo que nos está pasando. Esto genera confusiones y malentendidos, porque nunca logra llegar del todo claro el mensaje que le queremos transmitir a nuestra pareja.
Para ofender al otro. Cuando sobrecargamos de contendido agresivo un discurso, no importa el formato que tenga, la consecuencia nunca puede ser positiva. Si esto se perpetúa en el tiempo expone al vínculo a un desgaste permanente.
Para escapar de diálogos serios. Cuando se usa el humor como comodín para evadir y no afrontar temas importantes. Esto genera un clima de tensión en la pareja que dista de generar risa.
A su vez, el humor se transforma en una herramienta positiva de la pareja si ambos lo toman como medio para distender la rutina sintiéndose a gusto con la complicidad que el mismo genera. Para esto es importante siempre escuchar al otro. La persona que tenemos al lado es la que nos va a marcar cuál es el límite de su humor. Saberlo es fundamental para que la comunicación no presente conflictos.
Reírse juntos es una de las partes que hace especial a una pareja. Aunque nuestro sentido del humor sea distinto, siempre debe existir el punto en el que ambos nos comprendamos y nos elijamos. Aceptarnos no es querer cambiar la forma de ser del otro, pero tampoco se trata de sentirnos incómodos con esa manera de ser. Siempre que exista una buena comunicación habrá una posibilidad de modificar conductas, porque como se suele decir: hasta las parejas imperfectas logran una relación perfecta si logran aprender de sus diferencias.
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