jueves, 15 de junio de 2017
¿30 años y con tus padres? Un modus vivendi habitual en Tarija
Tener 30 años de edad y aún vivir en casa de los padres es una realidad por la que atraviesan un considerable número de ciudadanos en Tarija.
Esta situación tiene dos caras: por un lado los efectos de la crisis económica y todos los factores que conlleva; y por el otro, la comodidad y el apego que prefieren tener los hijos al vivir al lado de sus progenitores.
En muchos casos, las y los dependientes no están solos, es decir, ya no son solteros, sino que llevan a su esposa o esposo e hijos a vivir al inmueble de sus padres. Contexto que tiene como resultado más familias en lotes más “pequeños”, ya que los padres otorgan un espacio de la propiedad para que los hijos construyan ahí sus nuevas unidades habitacionales, dejando así sus casas sin patios.
Tras una serie de entrevistas realizadas a diferentes tarijeños y tarijeñas, El País eN constató que la mayoría coincide en que no pudo independizarse por los elevados costos de los alquileres o anticréticos de un cuarto, departamento o casa.
Experiencias
Daniela Rodríguez, quien tiene su esposo e hijo, se independizó a los 18 años de edad, sin embargo, una dura crisis económica y emocional por la que atravesó le obligó a mudarse a vivir a casa de su madre.
“A partir del 2013 (cuando aún vivía sola) ya empezaron a subir los alquileres y quisieron cobrarme más, también se dio que falleció mi papá y como mi mamá se quedó sola, decidimos invertir recursos en un departamento dentro de su casa. La parte del garaje la convertimos en un departamento, para alivianar el alquiler”, sostuvo.
Daniela indicó que para construir su departamento se prestó dinero de su madre y así se evitó pagar elevados intereses a un banco. “Ahora sin pagar el alquiler, el sueldo me alcanza cabal”, añadió.
Por otro lado, Alejandro C. contó la situación de su hermano, quien con más de 30 años de edad, casado con dos hijos, vive con sus padres y ocupa un espacio en la misma casa. Hasta cierto punto es independiente con el pago de la alimentación de su familia, sin embargo no aporta con el pago de los servicios básicos.
De igual manera, Ernesto Prado, de 30 años de edad, expresó que la economía es un factor fundamental a la hora de decidir salir de la casa de los padres o no. Señaló que a pesar de que él cuenta con un trabajo estable y sueldo relativamente “bueno”, aún así no le alcanzaría para vivir de forma independiente, pues tendría que destinar la mitad de su salario para el alquiler y servicios. “Yo ya he vivido solo bajo otras circunstancias y por motivos familiares decidí volver a vivir con mis papás, pero ahora es difícil irme otra ve”, agregó.
Pero al margen de ello, reconoció que el hecho de quedarse en la casa de los progenitores es cuestión de comodidad. “El hecho de vivir solo no sólo implica ser responsable económicamente, sino de todos los pequeños detalles que no valoramos mientras que estamos en casa, como ropa limpia y comida principalmente. Llegar a casa y tener la ropa planchada, comida en la heladera y la cama tendida no pasa cuando vives solo”, sostuvo.
Finalmente, aseveró que “nos acostumbramos tanto a la comodidad de nuestro hogar que a pesar de tener los medios económicos para hacerlo, decidimos no hacerlo simplemente para seguir disfrutando de esas comodidades”.
Roberto Carlos Chuquimia, de 30 años, indicó que vive con sus padres, pero nunca intentó dejar su seno familiar pues los precios de los alquileres y anticréticos son “caros” en el centro de la ciudad. Sumado a ello, los trabajos no son estables y en caso de quedar desempleado no tendría de dónde sacar dinero para pagar su vivienda, servicios y demás gastos.
Agentes: Crisis económica vs. Apego a los padres
El presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve) de Tarija, Edwin Rosas, expresó que “la vida está muy difícil”, sobre todo para los jóvenes que salen profesionales porque a pesar de contar con un título eso no les garantiza que encontrarán un trabajo con el cual puedan sustentarse fuera de la casa de sus padres.
“Eso hace que sea muy difícil desligarse del núcleo familiar. Generalmente lo que hacemos las familias es comprar un espacio grande y ahí tratar de ubicarse todos los hijos para hacer cada uno su clan familiar”, dijo.
Indicó que si en la época de auge económico en el departamento fue complejo superar esta problemática, ahora será casi imposible, pues con la crisis hay menos trabajo para la gente.
En su perspectiva, Rosas considera que 6 de cada 10 tarijeños deciden establecer su propia familia dentro de la casa de sus progenitores.
Por otro lado, el psicólogo Vasile Plesa explicó que en el fondo el factor determinante en este contexto es el no querer dejar “la zona de confort”. No obstante, dijo que “se paga muy caro" por ello, pues por los conflictos de pareja, en los que intervienen los padres, todo termina en un divorcio.
“Aunque no pagas dinero por el alquiler, lo pagas con conflictos”, remarcó. Reiteró que lo que prima en estas circunstancias es el miedo a vivir solo, la pereza, el no querer dejar la sobreprotección de los padres, apegos de los hijos a los tutores y viceversa.
En este marco dijo que, a su juicio, la economía no es el factor definitivo, porque si alguien se propone algo, podrá cumplirlo. En este caso, las personas en primera instancia quizá no vivirán de la mejor manera, sin embargo con el tiempo mejorará su situación.
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