jueves, 30 de octubre de 2014
El insomnio infantil señal de alarma
El diagnóstico y tratamiento del insomnio en los niños es fundamental desde que son pequeños, puesto que en un futuro puede derivar en consecuencias serias para su desempeño y su salud.
El sueño es un proceso variable entre los chicos, algunos necesitan más de diez horas de descanso y otros menos de ocho. Están los que se despiertan muy temprano, a ellos se los denomina “niños alondra”, y los que duermen hasta que se los despierte: “niños lirón”.
Eso sí, el insomnio es una señal de alarma, pues el niño pone en evidencia que hay una situación que no puede manejar solo, por lo que ésta se manifiesta a través de este trastorno del sueño.
“Antes de decir que tu hijo tiene insomnio se deben analizar diversos factores como los hábitos de sueño, la alimentación, la presencia de algún tipo de molestia física, por ejemplo algún dolor, y adicionalmente se deben considerar aspectos psicológicos como que algunos chicos prefieren jugar con los padres por la noche”, explica el neurólogo pediatra Gastón Schmidt Vacaflores.
Otro punto importante a tomar en cuenta son los miedos que tu niño pudiera estar experimentando, entre ellos el temor a la oscuridad o a monstruos inexistentes.
Si el problema es serio —una posibilidad es que tenga alterado el ciclo del sueño— los efectos se verán al día siguiente: tu hijo estará irritable y no realizará sus rutinas de manera regular, perjudicando sus actividades diurnas, ya que estará permanentemente somnoliento.
La psicoanalista Susana Schaer sostiene que es difícil encontrar una única razón que provoque el insomnio infantil. Primero hay que descartar que exista un factor orgánico que comprometa esta situación. Para eso, lo ideal es acudir a un neurólogo que determine el motivo que provoca el trastorno. Si se descarta cualquier complicación en este ámbito, entonces es hora de acudir a un psicólogo para descubrir y tratar las causas que le impidan a tu hijo descansar.
Rutina
Lo más importante para tener sueño es conseguir una buena rutina a la hora de irse a la cama, de tal forma que se baje el ritmo de actividad poco a poco.
Orden
A los chicos hay que dejarles claro en qué momento se acaba la hora de juego y acostumbrarles a recoger los juguetes como señal para ir a la cama.
Tranquilidad
Los padres deben salir de la habitación después del beso de buenas noches. Si los hijos se quedan intranquilos, se les debe explicar que no les pasará nada.
Fuente: Susana Schaer (Psicoanalista), Gastón Schmidt (Neurólogo pediatra) y el portal www.facilisimo.com
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