jueves, 13 de noviembre de 2014

Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad

Es una enfermedad de origen neurológico que se caracteriza por dificultades para concentrarse, estar atento y realizar diversas acciones, la cual afecta a numerosas personas durante la niñez.
GENERALIDADES DE ESTA AFECCIÓN

DIAGNÓSTICO

Para diagnosticar el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA-H), el neurólogo infantil realiza una evaluación profunda del niño y de su ambiente. Primero, se interesa en el desarrollo psicomotor del pequeño. También puede utilizar una serie de pruebas psicológicas y neuropsicológicas para evaluar sus capacidades de aprendizaje escolar. Asimismo, se basa sobre la presencia de síntomas que suelen ser observados en esta afección.

CAUSAS

El TDA-H es una enfermedad compleja que no tiene una causa única. Se trata de un trastorno de origen neurológico relacionado con anomalías del desarrollo y funcionamiento del cerebro. Las zonas cerebrales responsables de las capacidades de atención, organización y control de los movimientos se activan de manera anormal en las personas afectadas. También existe un desequilibrio en la cantidad de algunos neurotransmisores en el cerebro como ser la dopamina y noradrenalina.

CONSECUENCIAS

Cuando el TDA-H no es tratado y perdura en la edad adulta, suele ocasionar graves problemas comportamentales y sociales. De esta manera, muchas personas padecen trastornos ansiosos que perturban su equilibrio de vida. Además, son más susceptibles de presentar dependencia al alcohol y drogas. Por lo tanto, es fundamental diagnosticar este trastorno en la niñez y empezar el tratamiento lo antes posible.

FACTORES

DE RIESGO

Existen diferentes elementos que pueden favorecer la aparición del TDA-H. El abuso de alcohol, tabaquismo y absorción de drogas por la madre durante el embarazo suele reducir la producción de dopamina en el niño. Por otro lado, los pequeños que tienen antecedentes familiares de TDA-H son más susceptibles de padecer esta enfermedad, así como los niños que han sufrido un golpe en la cabeza, meningitis de origen bacteriana, una falta de oxígeno en el parto o que hayan nacido prematuros.

CUÁNDO

CONSULTAR

Es necesario acudir a un médico o neurólogo infantil cuando la agitación del niño está presente todo el tiempo, perturba sus interacciones sociales y aprendizajes. Asimismo, debes fijarte que los síntomas perduren más de 6 meses y que el pequeño tenga varias crisis por semana. Por otro lado, el TDA-H suele afectar la autoestima y los resultados escolares.

TRATAMIENTO

El objetivo principal de los tratamientos consiste en aminorar los efectos de la enfermedad para evitar las complicaciones en la edad adulta. La intervención debe ser individual y necesita la colaboración de diferentes especialistas como un neurólogo, psicólogo o neuropsicólogo y profesores. En los casos más graves, se puede administrar medicamentos para reducir los síntomas del TDA-H.

El tda-h, un síndrome conductual frecuente

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Paola Vargas Méndez

Licenciada en Psicología

Magíster en Salud Mental

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA-H) es una de las causas más frecuentes de fracaso escolar y de problemas sociales en la edad infantil. Aparece en la niñez, pero puede persistir y manifestarse en la edad adulta. Es un síndrome conductual con causas poco claras, en las que probablemente intervienen factores genéticos y ambientales, existiendo una alteración en el sistema nervioso central que se manifiesta mediante un aumento de la actividad, impulsividad y falta de atención. También es considerado un trastorno biopsicosocial: Bio porque es una situación que se localiza en nuestro cerebro. Psique porque tiene impacto sobre nuestra mente; y Social porque afecta al momento de relacionarnos con nuestro entorno.

El conjunto de síntomas que se observan en este trastorno se manifiesta en los siguientes comportamientos del niño:

-Su dificultad de concentración hace que se distraiga fácilmente, necesitando mayor tiempo de lo normal en la ejecución de las tareas escolares y su rendimiento tiende a ser bajo por su mala memoria secuencial, produciéndole dificultades de aprendizaje en operaciones aritméticas, como en lecto-escritura.

-La actividad motriz del niño hace que se levante continuamente de su asiento, charle con los compañeros y haga ruido, lo que provoca una interrupción constante al profesor.

-La impulsividad del menor se ve en el deseo de terminar rápidamente las tareas, lo que ocasiona una serie de errores como comerse sílabas o palabras cuando escribe o lee, confundir unas palabras con otras y cuando juega, tiende a ser torpe porque no mide sus impulsos.

A todo esto se suma la frustración que le produce el no realizar las tareas con la misma rapidez y diligencia de sus compañeros, las continuas quejas de sus profesores y el rechazo de su entorno. Esto en ocasiones le lleva a reaccionar con rabietas o estallidos, mostrándose hacia los demás como una persona con poca capacidad de autocontrol. Todo ello tiene como consecuencia una baja autoestima y suele acompañar ansiedad, depresión y conductas rebeldes, desafiantes o de aislamiento.

La forma de abordarlo es multidisciplinariamente: cuando es un niño en edad escolar, la maestra es la que se da cuenta de algunos síntomas que deben ser evaluados por el psicólogo y derivados oportunamente al neurólogo infantil, quien es el que realiza el diagnóstico final y nuevamente con sus recomendaciones pasa a trabajar el psicólogo. Este último coordina lo que debe realizar el colegio y la familia en cuanto al apoyo necesario que se debe dar al niño.

De manera general, el infante con TDA-H necesita un ambiente organizado con límites bien claros, las órdenes dadas deben ser una a la vez. Asimismo, tiene que terminar una labor (escolar o de recreación) antes de empezar una nueva, ejercitar su atención, concentración y memoria. Todo ello con un trato amoroso y cordial, de forma que también se trabaje la parte emocional y psicológica.

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