¿Es un mito urbano pensar que las suegras son entrometidas, controladoras y matriarcas sobre cuando se trata de sus hijos hombres? Pues parece que no, y aunque no todas son así, existen algunas que realmente sí son de temer y esto acarrea muchos problemas sobre todo si el hijo no pone freno a esa intromisión.
También existen nueras que son terribles, si que las hay, pero en esta edición abordaremos el tema suegra, sobre todo cuando son tóxicas.
Para la psicóloga Cristina Rubín de Celis, todo comienza desde el Complejo Edípico no resuelto: la madre “mujer ideal”, “mujer omnipotente”, la que domina en la opinión de los protagonistas de la familia nuclear que busca consciente o inconscientemente anular a la nuera.
“No olvidemos que el machismo comienza con la M de mamá, por lo tanto, el hijo que permite que su mamá se entrometa en su hogar, proviene de una madre machista”, explica la psicóloga.
Lastimosamente, en la mayoría de los casos, los hijos de mamás controladoras y dominantes se dan cuenta de esa intromisión después de uno o varios fracasos matrimoniales o de pareja. Lo más irónico de todo es que el hijo también pierde porque está al medio de dos mujeres que quiere. Las mamás deben pensar en eso también, si terminan con la relación, su hijo sufrirá.
¿Tóxica?
En el último tiempo se ha escuchado mucho el término tóxico cuando se habla de ciertas personas que puede ser desde un amigo, un novio, una novia, una hermana, e incluso se habla de familias enteras. En el caso de la suegra, Rubín de Celis explica que es aquella que se convierte en la perfecta saboteadora de la felicidad matrimonial de su hijo.
“Una suegra tóxica es la que va criticando a magnitud los defectos de la nuera con su hijo, incluso argumentando lo irreal para convencerlo de los defectos de su esposa, y también lo hace con los demás miembros de la familia, haciendo que todos vean a la nuera como la mujer defectuosa, por supuesto jamás miembro de su ´perfecta´ familia”, explica la psicóloga y nada más cierto que eso, sobre todo en sociedades como la nuestra.
Los expertos apuntan que los problemas surgen cuando en el clan hay celosos, con tendencia a amargar a los demás o cuando la mamá siente que pierde a su hijo cuando esté se casa.
“En realidad, no sólo se trata de celosos o de amarguras, si no de envidias y ambiciones. Generalmente ocurren estos casos, cuando la nuera pertenece a otro contexto social (cultural o económico) que moviliza complejos ya sean de superioridad o de inferioridad.
Parte de un menosprecio inconsciente de la madre por si misma ante el hijo (ya no seré la mejor mujer para mi hijo, por lo tanto, debo extinguir a esta mujer)”, asegura.
Testimonios y ejemplos
Quienes han tenido o tienen la desdicha de tener una suegra con esas características, saben que es un verdadero dolor de cabeza y un problema serio porque pone en peligro la unión de la familia, sobre todo si el hijo no pone un alto a esta situación y hacerlo una misma, es difícil también.
M realizó un sondeo con 25 mujeres casadas para saber cómo se sienten con relación a su suegra y sí la consideran tóxica. Trece de ellas dijeron tener suerte porque tienen una buena suegra y 12 aseguraron lo contrario. A continuación te contamos algunos ejemplos de las actitudes que tienen algunas suegras que fueron contadas por nuestras encuestadas, quizá con algunos testimonios te sientas identificada.
“A mi suegra parece que le encanta hablar de las ex novias o ex parejas de su hijo y lo hace en presencia de todos. A veces nombra a nuevas mujeres de forma intrigante, supongo que es para generar desconfianza y malestar entre nosotros”, cuenta una de las esposas que participó de nuestro sondeo.
También, aunque puede sonar exagerado, existen mamás que dan consejos maliciosos al hijo con el fin, inconsciente en muchos casos, de separarlo de su pareja.
“Mi suegra le dice a mi esposo que salga con sus amigos, la escucho decir: tienes derecho…” o le dice “no le des dinero, malgasta tu plata… si quiere algo que trabaje y se compre”, “Hijito abrí una cuenta a tu nombre sin que se entere”, cuenta otra encuestada.
La pena es que estas “recomendaciones” en muchas ocasiones son tomadas en cuenta por el hijo que sigue los “consejos” de su madre posesiva y dominante, madre que quizá pasó por esos daños.
La psicóloga asegura que las mamás que inducen al hijo a infidelidades, se deba quizá a que la suegra quiere que su nuera padezca lo que ella posiblemente sufrió de niña o en su matrimonio.
“Induce al hijo a que beba, en algunos caso hasta que insulte o golpee a su esposa como ella vivió, y argumenta: si te perdona y sigue contigo después de eso es porque te ama de verdad, así como yo soporté a tu padre”, dice Rubín de Celis y aunque pueda sonar extremo, si pasa en la realidad.
Otra de las participantes del sondeo cuenta un tanto amargada que es evidente cuando su esposo viene con el “cerebro lavado”.
“Conozco bien a mi esposo y es tan obvio cuando quiere seguir el consejo de su mamá. Por ejemplo decidimos comprar un sillón y estamos contentos con ese hecho, pero de repente (cuando vuelve de la casa de mi suegra) ha cambiado de opinión y me dice: estamos gastando mucho….creo que es un capricho tuyo…no es necesario, etc.,”.
Esta es una realidad también ya que como dice la Psicóloga consultada por M existen algunas suegras que incluso quieren controlar la actividad económica del hijo en su matrimonio, queriendo manejar o dirigir las finanzas y otras se inmiscuyen en cosas relacionados directamente con la casa de su nuera.
“Nos compramos un departamento y mi esposo quería darme una sorpresa entonces como es tan unido a su mamá ellos compraron el living, el comedor, los edredones para nuestra cama, etc. Es demasiado, mi esposo y sus hijos no han cortado el cordón umbilical con su mamá”, asegura una de las 25 mujeres que participaron del sondeo.
Otra dice bastante molesta que su suegra es demasiado machista y que tiene actitudes terribles.
“Me vive diciendo cómo debería hacer las cosas, se entra a mi casa sin tocar la puerta y me dice que tengo que atender a su hijo, pero lo más terrible es que siempre se hace a la enferma para manipular a sus hijos y así lograr que ellos estén pendientes y al servicio de ella”, cuenta.
Así existen miles de situaciones que generan malestar en las nueras, los ejemplos podrías ser interminables, pero como en todo, tendrá que ser hasta donde uno lo permita, aunque obviamente el primero que debe poner orden es el hijo, pero en la práctica no es así ya que vienen de mamás dominantes y controladoras.
Actitudes intolerables
Por lo general las suegras tóxicas tienen actitudes comunes que por su puesto causan mucha molestia en sus nueras y es que algunas sobrepasan los límites del respeto al prójimo y hasta rayan en la mala educación.
1 “Le traje su comida favorita”. Rubín de Celis asegura que de forma muy celosa, quieren competir y marcar territorio con el hijo ante la nuera, para marcar tiempos y territorios, que el hijo festeja y no limita. Obviamente la esposa jamás podrá igualar esa receta familiar, ese toque especial que tiene los platos de su mamá. Es una pérdida de tiempo competir en realidad, cada una tendrá una forma distinta de sazonar.
2 Abren la heladera. “Este hecho parte no sólo de la mala educación, mala costumbre, si no de un abuso de confianza. Esto crea por supuesto susceptibilidades “por qué miró”, “qué quería encontrar” “seguro me va a criticar”. Si la suegra no aporta con la alimentación del hogar de su hijo y aunque así fuera, no tiene por qué opinar sobre el contenido u orden de la heladera”, dice la psicóloga.
3 Su hijo nunca tiene la culpa. Cualquier error del hijo o mala conducta, para la suegra tóxica no tendrá importancia, (por el contrario, la festejará), ya que no aceptará que la nuera trate de mostrar o corregir errores en la educación de su hijo.
“Uno de los mayores problemas que afectan a la vida de pareja es cuando las suegras socapan conductas de su hijo y peor aún las justifican. Y en sociedades machistas como la nuestra suele ser común que no tenga nada de malo que “su pobre hijo” que “trabaja como burro” pueda irse de parranda cada que le viene en gana y pueda llegar a la casa cuando quiera y en el estado que quiera, pero si la nuera sale de casa “es una mujerzuela”, explica Rubín ce Celis.
4 La suegra que siempre critica a su o sus nueras. Siguiendo el dicho: dime de qué pregonas te diré de qué careces. Las personas que critican son las que anhelan tener lo que el otro hace o tiene, en este caso son las suegras que quisieran mantener al hijo a su lado haciendo lo que la nuera hace, pero “hace mal”, ya que para ellas son catalogadas de imperfectas en todos los sentidos, porque son las que “arrebataron” a su hijo de sus brazos.
Con este tipo de suegra nunca se tiene las de ganar. Hagas lo que hagas siempre está criticando y hablando a las espaladas. Además tienen habilidades para poner al hijo “en contra” de su esposa y la familia de ella conduciendo a susceptibilidades, incluso a “dimes y diretes”, asegura la psicóloga.
La mayoría de estas suegras tiene también la habilidad de lanzar indirectas tóxicas en reuniones familiares, pero nada peor que la suegra que pone sobrenombres peyorativos a las nueras, realzando defectos físicos.
5 Constantemente monitorean lo que la nuera hace. Parece extremo pero sí existen suegras que parecen pertenecer algún servicio secreto.
¿Qué hacer?
La psicóloga asegura que el primer paso lo debe dar el hijo. “Él debe confiar en su mujer, recordar con qué ilusión se casaron. Luego, debe mantener distancia, física y emocional. Vivir lejos de ella, llamarla día por medio o 1 vez al día pero no para contarle de su vida matrimonial o sus finanzas y es que no es aconsejable, prudente y racional, comentar los problemas maritales a los padres o familiares, a no ser que sean casos extremos y de ayuda inmediata”, dice Rubín de Celis a tiempo de recalcar que aquel hijo que comenta sus problemas a su madre, no puede esperar que ésta sea neutral y además porque abrirá espacios de intromisión a la relación de pareja y de mayor crítica a la nuera.
La clave para evitar que haya conflictos en la pareja y que el problema sea la suegra está en educar a los hijos en valores de libertad, sin posesión ni límites y con sentido de independencia y de la autoexploración absoluta, para que pueda vivir en libertad.
“El lazo de madre e hijo es irrompible, esta suegra tóxica doblegará al hijo con chantajes emocionales y el hijo, aunque mantenga distancia o se coloque en posición neutral, sentirá culpa. El hijo es quien debe mantener distancia, y marcar espacios y roles. De no funcionar estas opciones, la nuera de manera diplomática y directa deberá marcar su territorio si quiere que en su hogar reine la armonía.
“Ambos deben dialogar y ser firmes en la convicción del amor de pareja para que exista fortaleza en su matrimonio”, aconseja la psicóloga.
Pax Dettoni en su obra “La inteligencia del corazón”, dice que la libertad y la felicidad están en muchas ocasiones en esas milésimas de segundo entre el momento en el que recibimos un estímulo que nos enfada y el que reaccionamos. Si bien la autora está consciente de que no se deben reprimir las reacciones, pero sí se debe aprender a gestionarlas con reglas de educación emocional. Pax Dettoni apunta a que «quien no es dueño de sí mismo nunca será libre» y propugna que cuando se sienta un ataque por parte de la suegra por ejemplo, se respire profundamente, se sienta en el cuerpo la emoción y se espere a que se pase el enfado para decidir cuál es la mejor reacción. Algo que en muchos casos pasa por esbozar una sonrisa y no hacer nada más. Pero como mencionamos antes tampoco es bueno callar y dejar que te digan y hagan lo que quieran.
Definitivamente si tu marido no tiene los pantalones para delimitar su vida y la de su esposa e hijos, tendrás que armarte de valor y hacerlo tú para defender tu familia, puedes hacerlo de forma educada y respetuosa, pero tajante. De hecho, una persona hará lo que se le permita hacer. Si desde el primer episodio se le dice, amablemente, que no se entrometa en asuntos que no le incumben, hay más posibilidades de que eso quede solo como una anécdota, tal y como dice el refrán, mejor un momento colorado a mil amarillos.
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