domingo, 11 de junio de 2017

Urge conocer los amigos virtuales de los hijos


Un grupo de muchachos toma la fotografía de una compañera de colegio y la publica a través de Facebook ofreciéndola como dama de compañía; como ese, hay muchos casos de perfiles falsos entre compañeros, varones y mujeres para desprestigiarse.

El ciberbullying es una realidad que puede darse de dos formas: con nombre y apellido del acosador (porque es plenamente identificado), o con el rostro cubierto (desde el anonimato), utilizando perfiles falsos en las redes sociales. Es ciberbullying cuando alguien recibe mensajes vulgares, amenazas, denigración, por suplantación o cuando se publica información privada.

¿Qué hacer?
No hay una ‘fórmula’ para el abordaje de este tema, por lo que los expertos hacen recomendaciones basadas en experiencias propias y las que conocen de otros países.

Orietta Nogales, capacitadora pedagógica, el escritor Alfredo Rodríguez y el sicopedagogo Víctor Enríquez coinciden en que el abordaje de esta problemática debe ser integral, con todos los actores: agresores, víctimas, los testigos, padres de familia, profesores y la escuela. Esto cuando el agresor está identificado, pero qué hacer cuando el agresor está escudado en un perfil falso.

Aquí los especialistas enfatizan que para prevenir esa situación los padres deben saber qué amigos ‘virtuales’, contactos o grupos tienen sus hijos en las redes sociales igual que en la vida real. Aunque, aclaran, se debe hacer en términos acordados con ellos y no ‘espiarlos’.
También observan que faltan protocolos de intervención de los colegios para abordar este tema adecuadamente.

Desde la casa
Es clave la participación de los progenitores para prevenir el ciberbullying, considerando que los niños y jóvenes tienen un acelerado manejo de la tecnología, aunque aquí aparece el primer escollo, pues muchos padres son ‘analfabetos digitales’.

Aun así los padres deben ponerse al día porque son quienes proveen el aparato tecnológico, por lo tanto, les toca asumir su responsabilidad. “Un niño no puede tener miles de amigos virtuales”, es lo primero que advierte el sicopedagogo Enríquez y propone como alternativa conocer sus contraseñas y explicarles que no es para vigilarlos, sino por seguridad.

Como buen comunicador, Rodríguez aconseja no espiar a los hijos en las redes sociales, sino dialogar sobre sus contactos y grupos sin que sea una supervisión ‘policial’, sino una interacción familiar. Además, se los debe concienciar de que si se sienten agredidos, deben pedir ayuda y no tratar de resolver el problema ellos mismos.


Enríquez también sugiere a los papás, denunciar el hecho ante el colegio y dejar constancia de que están dispuestos a tomar medidas legales, para lo cual hay que guardar la prueba del acoso.

El rol del colegio

No hay protocolos establecidos para abordar este tema y la forma de proceder queda a merced de lo que determine cada colegio. Enríquez cuestiona que el Ministerio de Educación instruya la intervención del centro educativo pero que “eso no alcanza porque hay colegios que deciden expulsar al agresor o tomar otras medidas que no necesariamente son una solución”.

Al no haber una norma precisa para esto, la capacitadora pedagógica Nogales comparte la experiencia de otros países que están aplicando la creación de tribunales de aula, compuestos por docentes y padres previamente capacitados para intervenir, estableciendo un programa de control hacia el agresor con un monitoreo en redes sociales y con seguimiento sobre sus actitudes y comportamiento. “El tribunal se encarga de emitir una disculpa pública a la víctima” y agrega que la editorial Bienaventuranzas promueve un plan integral de capacitación sobre ciberbullyng a padres y maestros, para identificar víctimas y tener pautas para intervenir oportuna y adecuadamente.

Qué hacer como testigo

“Si los testigos de ciberbullying agregan un comentario o comparten una publicación agresiva, pasan a ser cómplices. Ahí ya tenemos una red o comunidad de agresores que están realizando un ‘linchamiento virtual’ de la víctima”, dice Enríquez, que recomienda concienciar a los testigos y promover la empatía.
Por ejemplo en Finlandia hay un programa denominado Kiva desde el cual se trabaja con los testigos en el tema del acoso escolar y ha tenido buenos resultados, pero no se conocen experiencias en redes sociales.
Instituciones

“La Defensoría de la Niñez hace ferias, pero no hay políticas que se trabajen en el aula, en base a competencias”, lamenta Enríquez.
EL DEBER solicitó información a la Defensoría insistentemente, pero no hubo respuesta sobre el tema bullying.

El director departamental de educación, Salomón Morales, dijo que “el año pasado hubo cinco casos de bullying, algunos fueron ciberbullying”, pero no precisó más.

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