martes, 30 de mayo de 2017

La rebeldía de los dos años




Entre los dos y tres años los niños entran en una etapa de negativismo, de verse competentes y autónomos, capaces de enfrentarse por sí solos a las situaciones. Berrean y protestan más, no hacen caso de lo que decimos con lo cual los padres nos estresamos y nos preguntamos: "¿qué le estará pasando? si era un querubín". No debemos preocuparnos de más, es la rebeldía de los dos años, una conducta normal de afirmación del yo.

Ante estas situaciones procura ser flexible con ellos, entiende las características de esta etapa del desarrollo, pero no por eso debemos dejarlos hacer lo que quieren. Los padres ponemos las pautas educativas.

Ayúdale a cumplir lo que deben hacer, explicándoles porque han de llevarlo a cabo, elogiándoles cuando realizan las acciones encargadas. Procura no interrumpir sus actividades que es cuando más aparecen estos episodios de rebeldía, por ejemplo: si está en la bañera felizmente jugando, en vez de sacarlo, dile: "se está acabando la hora del baño" "¿quieres un ratito más?", seguramente estará de acuerdo con quedarse un rato más. Pasado unos minutos saldrá sintiendo que él ha decidido la hora de salir.

Las rabietas a veces se vuelven angustiosas para el niño. No debes castigarlo ni decirles frases como "eres malo", "si te pones así ya no te quiero", "eres tonto". Hacia los dos años los niños son capaces de pensar y recordar mejor, relacionan mejor lo que hacen con lo que se les dijo que hicieran. Y aunque los padres regulan su conducta, se puede también a ayudarlos a que ellos mismos se regulen.

Estas son algunas de las pautas que les ayudan a superar la etapa de las rabietas:

-Evita el castigo.- Repítele lo que esperas que haga.

-Plantéale distintas posibilidades de acción: "¿quieres plátano o manzana?". -Cuando le mandes a hacer a algo sugiere otra actividad de agrado para el niño (por ejemplo: vamos a recoger los juguetes que después vamos a dar un paseo). -Refuerza siempre las conductas positivas (verbalmente, con un beso, una caricia).

Y lo más importante; debes tener paciencia cuando haga una rabieta no respondas con otra, demuéstrale control y calma

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