domingo, 22 de enero de 2017

Discalculia, el trastorno del terror matemático

"El fracaso matemático —como el fracaso romántico— nos deja heridos y vulnerables", escribe Ben Orlin en su blog Matemáticas con malos dibujos. Lo curioso es que Orlin es profesor de matemáticas, pero su experiencia le enseñó que estas "hacen que la gente se sienta estúpida". Por suerte para él, las razones por las que tuvo dificultades eran superables.

Pero hay personas para las que las dificultades son más serias: ese estimado de entre el 3 y 6 por ciento de la población que sufre de discalculia.

La discalculia es una condición que afecta la habilidad de adquirir destrezas matemáticas. Los estudiantes discalcúlicos pueden experimentar dificultades para entender conceptos numéricos, falta de comprensión intuitiva de los números y tener problemas para aprender hechos y procedimientos que involucren números. A menudo la describen como la prima matemática de la dislexia, pero una prima que debería ser más conocida.

El trastorno no se cura pero puede ser controlada con la terapia educativa. Este tipo de terapia ayuda a los niños con diferentes clases de dificultades de aprendizaje y de atención a desarrollar estrategias para manejar sus dificultades y la frustración. Un terapeuta educacional podría ayudar a su hijo a trabajar mejor con los números.

Enterarse de su existencia "fue simultáneamente una fuente de irritación y alivio", cuenta la escritora Hannah Tomes, quien desde que tiene memoria le tenía "pavor a lo que tenía que ver con números". "No pude leer un reloj con seguridad hasta que tenía 15 años, y tuve que practicar mucho para lograrlo. Incluso ahora siento un poco de pánico cuando alguien me pregunta qué hora es".

De haber sabido de esta condición, "quizás habría sido más bondadosa conmigo misma cuando era niña y no seguiría sin entenderlo cuando me explicaban cómo hacer una división larga por décima vez", escribe.

Cabe subrayar que la discalculia es un desorden mental que resulta en una severa dificultad para hacer cálculos aritméticos.

"En algunos niños con discapacidad matemática, la memoria de procedimiento puede no funcionar bien, por eso las habilidades matemáticas no se automatizan", explica Tanya M. Evans, quien lideró un estudio realizado por Georgetown University Medical Centre y la Universidad de Stanford en Estados Unidos.

Varios estudios han mostrado que la discalculia tiene un alto componente hereditario.

Otros estudios han indicado que el problema se relaciona con el desarrollo del cerebro ya sea en el vientre o en los primeros años de vida.

No obstante, muchos expertos coinciden en que si se aborda en el momento indicado y de la manera adecuada, se pueden obtener resultados similares a los que se logran con la enseñanza especializada para disléxicos.

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