viernes, 28 de octubre de 2016

¿Cómo educar a nuestros hijos?

Es bueno considerar que desde temprana edad, los niños deben aprender buenos modales, esto les permitirá garantizar una vida social agradable y feliz.

Los niños son como un lienzo nuevo, en el cual podemos plasmar verdaderas obras de arte, son como una hoja de papel en blanco, donde podemos escribir los poemas y los versos más hermosos. Es el momento adecuado para transmitirles los valores más sublimes; la bondad, la solidaridad, benevolencia, generosidad, ternura, tolerancia y sin duda la educación.

Los niños son como una esponjita que van absorbiendo todo lo que sucede en su entorno, son el fiel reflejo de la familia y por eso es vital comportarnos adecuadamente para que con nuestro ejemplo aprendan y adquieran buenas enseñanzas desde su tierna edad, enseñanzas que serán gravadas en su memoria y, sin duda, será difícil que lo olviden.

Los adolescentes y adultos ya tienen una personalidad definida, especialmente en el segundo caso, y aunque nunca es tarde, es más difícil pretender cambiar algunos rasgos de su personalidad así como su educación, es por esta razón que debemos formar y educar a nuestros hijos desde que son pequeños.

Hay una frase del Sr. José Mujica que me gusta mucho y la considero muy acertada… “En la casa se aprende a: saludar, dar las gracias, ser limpio, ser honesto, ser puntual, ser correcto, hablar bien, no decir groserías, respetar a los semejantes y a los no tan semejantes, ser solidario, comer con la boca cerrada, no robar, no mentir, cuidar la propiedad y la propiedad ajena, ser organizado. En la escuela se aprende: matemáticas, lenguaje, ciencias, estudios sociales, inglés, geometría y se refuerzan los valores que los padres y madres han inculcado en sus hijos”.

Como lo dije anteriormente, la mejor forma de educar a nuestros niños es con el ejemplo, pues de nada servirá decirles una y otra vez “quita los codos de la mesa” o “siéntate derecho” si nosotros como padres no hacemos lo propio, tampoco podemos pretender que los niños no digan groserías si de repente es habitual escucharlas en casa.

Cuántas veces ha pasado que asistimos a una invitación y acudimos con nuestros hijos y es más la preocupación de cómo controlar su comportamiento en la mesa que compartir y disfrutar la invitación. Seguramente, muchas veces hemos optado por disculparnos para no asistir con tal de no pasar calores frente a los demás… que mal no?

Si educamos a nuestros niños correctamente y sobre todo a tiempo, estoy segura que no pasaremos por momentos vergonzosos, mas al contrario es posible que recibamos elogios que nos harán sentir bien pero más importante aún, estaremos garantizando una vida social agradable y feliz para nuestros hijos.

El buen o mal comportamiento de los niños es la etiqueta que califica la educación de los padres.

¿Y qué es lo se debemos enseñar a los niños? Pues, exactamente todo lo que se enseña a los adultos respecto a la urbanidad, los buenos modales, buenas costumbres y buenas maneras.

• En primer lugar el saludo, cuántas veces hemos visto adultos, adolescentes y niños que ingresan en un recinto o en un vehículo de transporte público sin saludar o al revés; no responden si otra persona saluda al ingresar. A mí me ha pasado que después de saludar me dejaron con el saludo en la boca y eso que no era yo quien llegaba y tampoco fue una niña, fue una persona adulta y evidentemente me sentí muy incómoda, pero no tardé mucho en comprender que no todos hemos tenido la misma educación y por lo mismo si tuviera que saludar otra vez, claro que lo haría porque a mí eso me enseñaron… hay ocasiones en las que tenemos que saber ser tolerantes, es parte de las buenas costumbres y buenas maneras.

• Enseñemos a nuestros niños a sonreír de manera natural cuando se dirijan a otras personas, con un “Buenos días, buenas tardes, buenas noches, hasta luego” y por supuesto no es menos importante saber decir cuando sea preciso “Por favor, gracias, disculpe, permiso”.

• El respeto y la consideración hacia las demás personas, incluye saber a quiénes debemos tratar de “tú” o “usted”, en un artículo anterior mencioné que en algunos países el “usted” es lo más apropiado incluso entre padres e hijos, en todo caso debemos fijarnos en el contexto en el que nos encontramos.

• No hablar a gritos, ni en casa y mucho menos en la calle ya que además de ser una falta de respeto es también una falta de consideración hacia los demás.

• Al hablar por teléfono también debemos ser educados y gentiles al igual que en las RRSS (Redes Sociales). Es lamentable ver que la comunicación escrita se ha vuelto tan fría y que en la mayoría de las veces ya no hay esa calidez con la que se escribía antes, mostrando educación y respeto.

• No se debe interrumpir a dos personas cuando están hablando, por lo general los niños son impacientes y quieren ganar nuestra atención de inmediato, incluso haciendo berrinches. Debemos explicarles con sabiduría que una de las virtudes del ser humano es saber ser pacientes.

• Es de vital importancia enseñar a los pequeños que el aseo y el cuidado personal es fundamental para una persona, el cabello limpio y bien peinado, las uñas y manos muy limpias, los dientes brillantes y el aliento fresco, la carita bien lavada, son el adorno natural de todos. Debemos explicarles también con mucha sabiduría que proyectamos lo que somos a través de este lenguaje mudo. Puede ser risible pensar en lo absurdo que sería tratar de explicar esto a nuestros niños, pero sin duda, cada uno vera la mejor manera de hacerlo, esto no es algo que solo debemos practicar los mayores, se supone que lo que tratamos de hacer es que los niños crezcan con este pensamiento.

Quiero citar una frase de la Sra. Mirtha Legrand, quien suele decir: “Como te ven te tratan y si te ven mal: te maltratan”, puede sonar algo torpe tal vez hasta discriminativo, sin embargo nosotros debemos tener la madurez necesaria para verlo como algo real, ojo que no son joyas ni trajes caros lo que nos definirá como personas, hablamos única y exclusivamente de pulcritud.

• Tanto a los niños como a las niñas se les debe enseñar la diferencia entre ambos… ¿cómo así? Simplemente enseñando a los niños a no ser bruscos o torpes con las niñas, hacerles comprender que existen gentilezas propias de los varoncitos, ceder el asiento, el paso, jugar sin empujones. Lo propio con las niñas, enseñarles como caminar, la manera de permanecer de pie, como sentarse, como bajar las gradas, etc. Es importante marcar las diferencias entre femíneo y varonil.

• En la mesa, se les debe enseñar desde muy temprana edad, un impecable comportamiento. En ocasiones el amor de padres suele perjudicar, por ejemplo; cuando se está en la mesa al momento de comer dicen “es muy pequeño(a) que disfrute…” y así permiten que coman con las manos y hagan cosas que pueden resultar muy desagradables y no se los incentiva para que aprendan a utilizar los cubiertos y tantos otros ejemplos que podemos citar. Desde luego que de acuerdo con la edad se les iré enseñando de manera paulatina.

La disposición de la vajilla en la mesa, el ingreso y salida de la mesa, el uso de la servilleta, como beber, como utilizar los cubiertos y copas o vasos, por donde introducir y retirar los platos, la forma de comer los diferentes alimentos, a no chuparse los dedos con restos de comida, no utilizar jamás los indeseables palillos o mondadientes, qué cantidad comer, temas de conversación en la mesa, etc. Son cosas que los niños deben aprender y tengan la certeza que el comportamiento que sus hijos demuestren cuando tengan invitados o coman fuera de casa, los harán sentir muy orgullosos.

En mi matrimonio somos tres


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“Tengo una suegra tan dominante que terminó con mi matrimonio. Actualmente sigo casada pero tenemos 15 días separados. Él está con ella en su casa, y me imagino que para ahora el tendrá una idea muy diferente de mí a la que tenía cuando vivíamos juntos. Ella es tan inteligente que él ni se da cuenta de la forma que lo manipula. Creo que no le agradé como nuera y se salió con la suya. Yo amo mucho a mi esposo, pero no puedo hacer nada contra ella, ya que lo tiene muy manipulado”, cuenta Ana María”

Versiones como estas se escuchan diariamente en los consultorios psicológicos asegura Cristina Carmona, del gabinete Psicología & coaching.

“Es habitual que lleguen a la consulta parejas con problemas fraguados en las relaciones familiares. El mito de la suegra controladora, metiche, matriarca de un clan que invariablemente deja fuera a los que no llevan su sangre y que ante todo tiene que llevar las riendas de su vida y la de los suyos, se hace realidad y cobra vida más frecuentemente de lo que sería esperable, sobre todo porque el problema real en la pareja, empieza no cuando la suegra dispara por primera vez, si no cuando es el hijo quien NO defiende a su compañera”, asegura la psicóloga.

Por supuesto, hablamos de suegras y suegros, de nueras y yernos, de forma indistinta hay familias disfuncionales y matrimonios disfuncionales, donde el hombre o la mujer se siente incapaz de enfrentarse a su familia o a sus padres concretamente, o incluso donde no figura en el entendimiento de una de las partes, que su madre, padre o familia, hagan algo que esté mal, que vaya en contra de su matrimonio o de su pareja.

Carmona dice que cuando en una relación entran terceras personas, y no de forma consensuada, a dirigir, opinar, o controlar, el conflicto está servido. Esto ocurre porque una de las partes llega a la pareja con esa carga familiar, lo que da lugar a las siguientes situaciones entre otras:

– Una de las partes está codirigida, por el padre, la madre o ambos, dando lugar a una persona inmadura y dependiente de su familia, que incluye a ésta como parte determinante del matrimonio.

– Aunque el matrimonio es un agente maduro e independiente de los padres, se ve afectado porque una de las partes no media cuando su familia ataca a su pareja, no se posiciona.

– En cualquiera de las situaciones anteriores: pareja con dominación familiar sobre una de las partes, o matrimonio independiente (ausente de dominación externa), se da que ante situaciones de conflicto con la familia, el hijo o hija se posiciona de forma invariable de parte de su sangre, defiende a capa y espada a su familia, sin sopesar la realidad de la situación y la posible culpabilidad de la propia familia, responsabilizando de todo conflicto a su pareja.

Las parejas que viven su relación bajo el influjo de este tipo de situaciones con los padres, generan una relación disfuncional que con el paso del tiempo será difícil de superar.

Se dan situaciones en las que la suegra, por ejemplo, toma decisiones que afectan directamente a la pareja de forma unilateral, sin tener en cuenta al matrimonio, o bien informa a su hijo dejando a un lado al otro miembro, formando una especie de equipo en el que la opinión de la nuera ni es necesaria, ni relevante, aun cuando esté directamente relacionado con su persona, hijos, situación… en algunos casos pueden llegar a tomar decisiones importantes incluso sin informar posteriormente a la afectada.

Ocurre también, que suegro, suegra o ambos presentan una conducta de recelo respecto al compañero de su hijo/a, que les lleva a considerar a la otra parte como a un extraño al que se tolera su presencia, pero no es digno de ser considerado uno de la familia. Esta conducta puede ser velada o clara y agresiva: diciendo abiertamente al yerno o nuera que no es de los suyos, que no se beneficiará de la economía o privilegios familiares, negándole cualquier gesto amable o de cariño, o haciéndole el vacío directamente.

El problema real de la pareja comienza cuando, ante situaciones como las expuestas, el compañero no es capaz de reconocer el recelo, la intromisión o el rechazo de la familia, o bien, culpa a su pareja de la conducta inapropiada que sus padres o familiares muestran. Elige a su familia sin tener en cuenta los posibles errores que ésta pueda cometer y sin juzgar justamente las circunstancias, suele argumentar a su pareja que:

– Está exagerando la situación: haciéndole ver que es ella la que tiene el problema.

– Su familia jamás haría nada en contra de su matrimonio: extrapola la creencia de protección que la familia ejerce sobre él hacia su mujer, a pesar de reconocer ciertas conductas inapropiadas, le resta importancia e intenta que la mujer lo vea así también.

– Si han hecho algo que le ha parecido mal, es por el bien de él y no debe darle importancia: tal vez la han agraviado a ella, pero “seguro que no se han dado cuenta, es que mi madre quiere lo mejor para mí”. No es capaz de juzgar negativamente a su familia.

– No ha ocurrido: sencillamente niega el suceso: nuevamente pone a la mujer en una situación casi de locura transitoria.

La psicóloga explica que el resultado, cuando un miembro de la pareja toma partido por la familia invariablemente y sin juicio alguno, haciendo responsable de toda situación conflictiva o de no solucionarla a su compañero, es de una insidioso e inexorable sentimiento de soledad, de rechazo, y distanciamiento emocional que afecta a la familia del otro primero y luego a la propia pareja.

El problema con la familia se traslada al matrimonio: “porque nunca me defiendes”, es la frase más repetida, es el argumento que martillea a la pareja, y llega a destrozarla.

“Parar este tipo de conflictos es complejo en muchas ocasiones y se hace necesaria la ayuda de un agente externo que objetive la situación y ayude a ambas partes de la pareja a clarificar hechos, responsabilidades y prioridades en su relación matrimonial y familiar” aconseja la profesional.

La pareja es un ente vivo que puede cambiar y mejorar, está conformado por dos miembros que se relacionan con un entramado familiar y social que lo nutre, pero también en ocasiones lo deteriora. Elegir a tu pareja implica elegir su carga, pero no necesariamente sufrirla, no dejes que factores externos minen el campo que tu pareja y tú han sembrado.

viernes, 21 de octubre de 2016

PAREJAS Errores comunes de padres primerizos

La llegada de nuestro bebé al mundo es lo más bonito que hay, pero muchas veces su cuidado durante los primeros días puede resultar bastante desconcertante, especialmente para los padres primerizos.

Hay algunos errores muy comunes que solemos cometer los padres durante las primeras semanas del bebé, en las que aún estamos empezando a conocerlo y no hemos adquirido demasiada experiencia.

Estos son algunos de los fallos que solemos cometer, de los que no siempre se nos advierte.

● Dejar dormir al bebé recién nacido durante toda la noche: hay bebés que son muy dormilones y en algunos casos, sobre todo si son bebés prematuros (a mi bebé nacida con 37 semanas le sucedía) no se despiertan solos para comer. Los pediatras recomiendan despertar al bebé cada tres horas para alimentarlo, tanto de día como de noche.

● Pretender tener un esquema: olvídate de planear el día con un recién nacido en casa. Durante las primeras semanas lo único que puedes planear es alimentarlo cada 3 o a lo sumo 4 horas. No sometas al niño a ninguna rutina, sólo debes estar pendiente de sus necesidades y él mismo te irá indicando la pauta.

● Llevar al bebé a sitios con mucha gente: si bien hay padres a quienes les gusta que su hijo aprenda a ser sociable lo antes posible, déjalo para más adelante porque aún son demasiado pequeños. Necesitan no un silencio absoluto, pero sí un ambiente de tranquilidad además de que su sistema inmunológico puede no estar completamente desarrollado y hay muchos gérmenes y bacterias pululando.

● No sacarlo de casa: lo dicho arriba no quiere decir que haya que quedarse un mes encerrada en casa con el bebé. Por el contrario, los pediatras recomiendan dar paseos para que el bebé reciba la luz del sol (indirecta) y para que la madre se disperse.

● No seguir tus instintos: el nacimiento de un hijo es la típica situación en la que todo el mundo da consejos, que son bienvenidos, pero nadie mejor que la madre con quien ha compartido nueve meses de convivencia para percibir si le sucede algo.

● Fiarse más de la sabiduría popular que del pediatra: Debemos confiar en las recomendaciones del pediatra por encima de cualquier otra, dado que la ciencia avanza y, lo que antes se tenía como cierto, ha podido quedar demostrado que ya no lo es. Siempre hay trucos que parecen funcionar, pero hay que tener criterio para diferenciar los que son inofensivos de aquellos que pueden no serlo.

● Esterilizarlo todo obsesivamente: Si tu hijo no es prematuro, la higiene no tiene por qué ser una preocupación más allá de lo normal. Es más, el contacto con ciertas bacterias es necesario para que el bebé desarrolle sus propias defensas. De lo que se trata es de proteger al bebé de posibles infecciones, y eso se logra con la limpieza habitual, cotidiana, de sus objetos.

● Bañarle todos los días: Según los pediatras, con dos o tres baños semanales es suficiente. Más aún si tu bebé padece Dermatitis Atópica, pues el jabón y el agua caliente alteran el manto de grasa natural de la piel, provocando que empeore. Lo único que hay que cuidar para mantener su higiene es que tras un cambio de pañal su nalguita y manos queden bien limpias. Eso sí, si a tu bebé le relaja el contacto con agua caliente antes de dormir, báñale pero sin usar jabón diariamente.

● No dejar que lo carguen por miedo al contagio: Es igual de exagerado que en los casos anteriores el miedo a que el niño contraiga algo por ir “de brazo en brazo”. Como siempre, manda el sentido común: si el bebé no toma contacto con una persona enferma, no tiene por qué contagiarse de nada.

● Cambiarle de pecho antes de que lo termine: La composición de la leche materna no es la misma con el transcurso de los meses, pero ni siquiera con el transcurso de la toma: la leche del final de la toma es la que más grasa (alimento) tiene, por lo que, si el niño se sacia antes de acabar con la leche de un pecho, en la siguiente toma se deberá empezar por éste. Así también se prevendrá la mastitis.

● Raparle la cabeza creyendo que le saldrá el pelo más fuerte: No se recomienda por dos motivos: porque es falso que el pelo vaya a crecer más fuerte y porque el vello de la cabeza contribuye a mantener el calor corporal.

● Que duerma en nuestra cama si no quiere hacerlo en la cuna

Al igual que en caso anterior, por dos motivos: el primero y más práctico es que tal vez podamos aplastarle o asfixiarle sin darnos cuenta, y el segundo es de carácter educacional, pues tal vez estemos fomentando una costumbre que en el futuro no deberá mantenerse.

● No admitir que se necesita ayuda

Nada menos práctico que tratar de aparentar ser algo que no se es, y tras el esfuerzo físico, mental y emocional que suponen el embarazo y el parto, todo el mundo necesita ayuda para cuidar a un bebé, y todo el mundo tiene la sensación de estar desbordado, sobre todo si se es padre primerizo. Ante esto, hay que buscar ayuda para cuidar de nuestro hijo y poder afrontar el resto de nuestras obligaciones. Pensar que “si otros pudieron hacerlo yo también”, es falso: es raro quien puede hacerlo solo y, quien no pudo tener ayuda, probablemente atravesó un momento muy difícil. Tener momentos en los que es imposible abarcarlo todo no nos hace peores padres.

jueves, 13 de octubre de 2016

Enseñanza de Braille a niños

La ceguera y la baja visión son discapacidades visuales severas que requieren de una enseñanza especializada en Braille, esta incluye como base la lectoescritura, sistema que ha permitido satisfacer las necesidades educativas de las personas que tiene esta dificultad.

“Aprecia es una institución que atiende a las personas ciegas y de baja visión y apoya para que el estudiante sea incluido en la educación regular. Es así que realiza talleres para la enseñanza de Braille a padres y educadores que contribuyan en el aprendizaje diario de sus hijos y educandos, respectivamente”, explica la profesora de Aprecia, Rina Rojas.

Hace poco se dictó un taller denominado “Estrategias Educativas para la enseñanza de la persona ciega y de baja visión”, destinado a estudiantes universitarios, maestros y padres de familia, que contó con una masiva participación de la población interesada en obtener conocimientos en este aprendizaje.

“Para los que están iniciando la lectoescritura en Braille, que comienza en primero de primaria, es muy importante que los maestros conozcan este sistema para transcribir los libros y cuadernos que ayuden a los alumnos en el ingreso a la currícula regular sin problema alguno”, dice Rojas.

En las escuelas de Fe y Alegría de Tarija, que trabajan en horario nocturno, es donde existe mayor población de estudiantes novidentes. Sin embargo, en otros casos son los padres los que deciden dónde inscribir a sus hijos y Aprecia, como institución, se encarga de las adaptaciones curriculares necesarias para que se termine el bachillerato y nivel universitario.

MATERIAL

Durante el mencionado taller se les facilitó hojas, cartulinas, pizarrilla, ábaco y bastones para enseñar el abecedario y así formar palabras, oraciones y párrafos. En el caso del aprendizaje de las matemáticas el ábaco tiene un papel muy importante. En ambos casos se quedan algunos materiales traducidos al Braille como muestra de lo aprendido en el taller.

“El grupo de participantes es limitado, por motivo del material que prestamos para complementar esta enseñanza, no es como el lenguaje de señas, sino que requiere de un número determinado, porque es indispensable el uso de la pizarrilla para desarrollar este sistema”, agrega la profesora.

La lectoescritura es necesaria para que la persona ciega pueda ingresar en una educación regular y con este tipo de talleres se pueden traducir los textos y dibujos en Braille, si bien tiene cierto grado de complejidad una vez aprendido se constituye en un apoyo indispensable para los hijos y estudiantes.

EXPERIENCIA

Rina Rojas tiene cerca de 15 años en la enseñanza de Braille, se tituló en la normal en educación regular, pero luego se fue capacitando en educación especial a distancia y con cursos que ha implementado el Gobierno actual en educación especial.

“Este aprendizaje requiere de mucha paciencia y de vocabulario sencillo, a primera vista parece complicado, pues el Braille se escribe de derecha a izquierda y se lee de izquierda a derecha. En el caso de los profesionales es sencillo, pero para los estudiantes es largo y requiere de paciencia, porque se debe desarrollar el tacto que no es fácil”, dice Rojas. La profesora ha tenido experiencia en la formación de niños a partir de los 6 años, cuando se hace la discriminación táctil para que los pequeños experimenten muchas cosas a través del tacto.

“Se tiene mayor dificultad en el desarrollo del tacto, porque a medida que el estudiante va creciendo debe aumentar la velocidad de lectura o de discriminación de los puntos. Si bien es complicado para nosotros que vemos el leer rápido, para los niños ciegos requiere de cierto tiempo y del estímulo que recibieron de sus padres”, aclara la profesora.

La educadora dice que hay niños que nunca han salido de su casa por vergüenza y otros que son muy despiertos y han tenido una infancia normal, lo que les ha permitido olvidarse de esta discapacidad y han ayudado en casa siempre en las cosas cotidianas.

“Existe desconocimiento en los padres, a veces piensan que por el hecho de tener un hijo ciego se acabó del mundo, en ocasiones es motivo de divorcio y es la madre la que por lo general se queda con el niño. Pero con este tipo de talleres dirigidos a padres, maestros y público interesado se busca promover una educación integral para todos”, enfatiza Rojas.



martes, 11 de octubre de 2016

El significado del desorden



Los niños suelen convertir el desorden en una forma de vida y esta es una preocupación general para la mayoría de los padres, que cada día luchan por terminar con este mal hábito. ¿Sabía que esto, que para muchos parece algo “normal”, puede ser un síntoma de desórdenes emocionales?

En una convivencia entre alumnos, veinte padres de familia y un maestro guía se conoció, mediante una dinámica grupal, que la mayor preocupación de los padres giraba en torno a lo desordenados que eran sus hijos. A pesar de que les decían a diario que ordenaran su cuarto, ellos no obedecían. Todos coincidieron con esa queja.

¿Por qué los hijos no hacen caso y ordenan sus cosas? Una experta da las pautas para terminar con este mal hábito que afecta a muchas familias, más de las que imaginamos.

Desorden: Origen y consecuencias

Según la psicóloga Verónica Jadue, parte del equipo de profesionales de “A Mi Mundo”, el primer centro de apoyo psicopedagógico en Sucre, con 12 años de trabajo con niños y adolescentes, se entiende al desorden como “la ausencia del orden en un determinado lugar donde antes había orden. O sea, hay cosas que corresponden a un todo y que deberían estar organizadas en un determinado lugar pero no lo están porque alguien contribuyó a su desorganización”.

La mayoría de las veces el desorden genera una gran preocupación en los padres y esa situación se convierte en origen de conflictos familiares.

“Recoger todo lo que se deja tirado y mantener las cosas en su lugar es un hábito que se inculca a través de la repetición; repetir esa misma acción durante 30 días continuos, bajo la supervisión, motivación y refuerzo positivo, no es un mero capricho de los padres pues mantener el orden aporta una serie de beneficios en la vida de las personas”, aconseja Jadue al indicar que “eso es lo que deben razonar los hijos”.

Niños…

Cuando los niños son más independientes y autónomos comienzan a jugar solos, montan sus propias historias y disfrutan como nada en el mundo de sacar todos los juguetes que tienen.

Pero, después, no les gusta recoger nada porque eso significa que el juego llegó a su fin.

“Para ellos la vida es jugar y pasarla bien, aún no son conscientes de que también implica responsabilidades y tareas menos agradables. Si una cosa no les gusta, no la hacen; a los niños les da igual que las cosas estén o no ordenadas”, explica la profesional a ECOS.

Pero cuando son pequeños, todavía es posible moldear su carácter y enseñarles a recoger todo al terminar el juego. “Es más fácil ser desordenado que ordenado, pero es posible crear el hábito, por ello el rol de las personas cercanas a los niños es muy importante ya que van delineando y enseñando gradualmente el significado de la responsabilidad”, agrega ella.

Menciona como una de las claves a la anticipación. Es decir, “tienen que saber que al concluir el juego deben ordenar y dejar las cosas como a un principio, en su lugar”.

Adolescentes…

Los adolescentes consideran a su habitación como un espacio propio, donde a veces el acceso para los demás se hace imposible debido a las reglas impuestas por él mismo en resguardo de su privacidad. En estos casos es mejor que el adolescente sea responsable de ordenar su habitación, pues las cosas que valora como importantes no lo son para los padres.

“Hay que dar al hijo la responsabilidad de limpiar su cuarto y hacer que cumpla con esa obligación; que entienda que la limpieza es una forma de mantener a salvo sus tesoros. Los padres tienen el derecho y la responsabilidad de establecer reglas respecto a su casa y otras posesiones”, insinúa Jadue.

Las elecciones de un adolescente pueden ser toleradas dentro de su habitación y no deben ser impuestas al resto de la casa, pero el orden es el común denominador en toda la casa.

Muchas veces el desorden es una conducta aprendida que se mantiene por asociación. Por ejemplo, “si estudio y apruebo, es más probable que la próxima vez estudie, puesto que obtuve un beneficio por mi esfuerzo. En cambio, si alguna vez no ordené y otra persona hizo mi trabajo, aprenderé que es innecesario esforzarme, ya que otra persona lo hará por mí, aunque haya reclamos o llamadas de atención”, explica la psicóloga. •

Cómo lograr que los niños sean ordenados

Educa con el ejemplo, es decir, en casa todos —sin excepciones— deben ser ordenados.

Haz entender a tus hijos que ser ordenados no es una opción, sino una obligación, así como lavarse los dientes después de comer o ducharse todos los días.

Sé paciente, persistente y no te rindas si ves que tu hijo no te hace caso. Nunca ordenes lo que él desordenó. Las palabras “deja, yo lo hago”, deben desaparecer de tu vocabulario.

Si tu niño ordena sus pertenencias, recompénsalo. Pero no con regalos, más bien negocia y permítele hacer lo que más le gusta.

Explícale por qué es necesario ser ordenado: porque mamá y papá también lo son, porque las cosas se encuentran más rápido si están en su sitio, porque su habitación resulta más agradable si está ordenada, entre otras cosas.

Facilítale el trabajo: tener organizado el cuarto acorde a las edades es importante, debe haber contenedores para los juguetes en un lugar de fácil acceso para sacar y volver a colocar todo en su lugar.

La enseñanza del orden para los más pequeños puede empezar como un juego o una competencia.

Con los más grandes se puede aprovechar el momento de colocar las cosas en su lugar como un espacio de conversación.

La ropa y los juguetes innecesarios o inservibles se deben donar o tirar a la basura, nunca acumular.

Hay que ser claros y precisos al utilizar frases que concreten lo que se espera que haga un hijo: “Guarda los juguetes en sus cajas” o “cuelga la ropa en el ropero”.

No dejes ni un solo día de recordarle la tarea que debe cumplir.

Cada día que mantenga el orden halágalo efusivamente y si hay algo que mejorar, explícale cómo hacerlo mejor la próxima vez, pero sin criticarlo.

Es necesario hacer referencia a la acción (desorden) y no a la persona (el niño o adolescente), pero no decir que el niño o el adolescente es “desordenado”; si se maneja ese término continuamente, actuarán como tales.

Hay actitudes en niños y adolescentes que, acompañadas por el desorden, son indicadores de conductas desadaptativas o trastornos asociados al comportamiento, como el trastorno por déficit atencional y el trastorno negativista desafiante.

Beneficios del orden

Tener las cosas ordenadas sirve a los más pequeños para orientarse y reconocer mejor los distintos espacios de la casa, dónde se juega, dónde se come, etc.

Una casa ordenada y limpia, con las cosas en su sitio, evita complicaciones como accidentes, enfermedades (ácaros), pérdidas de objetos y otros.

Enseñar a un niño a ordenar las cosas le ayudará para que en un futuro sea una persona ordenada a nivel material, social, sentimental, intelectual y laboral.

Enseñar a recoger, a mantener las cosas en el lugar que se les asignó, ayuda a establecer límites, rutinas y normas para los niños, adolescentes y toda la familia.

Posibles causas del desorden

Detrás del desorden se encuentran factores emocionales de niños y adolescentes. Estos son algunos:

El desorden puede ser un medio para llamar la atención de los padres.

Cuando perciben dificultades en la relación de sus padres, a veces expresan lo que sienten y piensan a través del desorden.

Mediante el desorden pueden manifestar que son víctimas de acoso escolar.

Por el desorden se puede detectar un mal manejo de las emociones que no se reconocen como tales; por ejemplo, el enojo y la rabia.

La baja tolerancia de la frustración.


Anciana denuncia a su hijo por intento de despojo

Flora Guzmán, ciudadana de 70 años de edad, denunció a su hijo Richard R., por el supuesto intento de despojo de su propiedad ubicada en la zona Ciudad Satélite.

De acuerdo con el relato de la afectada, el acusado es uno de sus seis hijos, quien al tener un carácter muy agresivo amedrenta a todos los que viven en la casa de su madre. Asimismo, aseguró que, en muchas de las ocasiones intentó golpearla, pero las agresiones psicológicas son continuas por lo que el caso fue denunciado también a la Unidad de Protección al Adulto Mayor (UPAM) del Municipio.

“Soy agredida verbalmente de todo, incluso su mujer, que nada tiene que ver en este asunto, en muchas oportunidades intentó golpearme, por eso estoy haciendo esta denuncia ante los medios de comunicación porque ya no sé donde acudir porque este mi hijo Richard es policía, él trabaja en la UTOP de La Paz y por eso se aprovecha para amenazar y amedrentar”, dijo la afectada.

Asimismo, la anciana de 70 años de edad, recordó que el año 2014 lo denunció en la defensoría, pero, según declaraciones de su propio hijo, más valió la influencia que tiene en estas instancias y hasta el momento nada de esa denuncia tampoco prosperó.

De acuerdo con la anciana, uno de los principales objetivos de esta actitud de su hijo, es despojarla de su casa a como dé lugar, por lo que inclusive en muchas ocasiones ya intentó desalojarla a la fuerza, junto a las personas que viven en la casa de la mujer de 70 años.

“Tengo mucho miedo de que este mi hijo pueda fraguar algún documento de compra venta de mi casa, porque como es policía dice que tiene muchas influencias y siempre me ha amenazado con eso, porque esta mi casa no puedo dejarlo así, me costó muchos sacrificio conseguirla, por eso pido a las autoridades que me colaboren”, dijo Flora, quién se encuentran en silla de ruedas producto de una enfermedad que la aqueja.

UPAM

Por su parte, funcionarias de la Unidad de Protección al Adulto Mayor, donde también se efectuó la denuncia, señalaron que una vez conocido el hecho citaron al denunciado, pero no se pudo lograr ningún acercamiento ni solución entre ambas partes debido al carácter de agresivo que tiene el hijo de la afectada.

“Lamentablemente el denunciado tiene un carácter muy agresivo, es por eso que nosotros no podemos hacer mucho para brindarle un apoyo, pero lo que en estos casos se hace es una asistencia legal, tal como corresponde, y será mediante esta vía como la apoyaremos”, dijo una de las funcionarias de la instancia municipal.

domingo, 9 de octubre de 2016

WhatsApp y GPS ayudan cuando las tareas se multiplican

Todas coinciden en afirmar que el amor y estar cerca de los hijos es lo mejor, pero cuando no están en casa recurren a herramientas que otorga la tecnología.

Desde que las mujeres salieron a las calles a desarrollar otras labores que no son solo las domésticas, sus vidas se han complicado, por lo menos para una mayoría, porque además de desenvolverse en su trabajo, no han dejado de ocuparse de los hijos y de la administración de la casa, lo que a juicio de la terapeuta familiar Ruth Quintanilla es un desequilibrio frente al varón.

El 11 de octubre, en el Día de la Mujer Boliviana en homenaje de Adela Zamudio, un grupo de mujeres revela cómo combina la maternidad con ser profesionales. Las entrevistadas admiten que el tiempo que les queda para compartir con la familia es escaso, pero es valioso y lo aprovechan al máximo por la noche y los fines de semana. Aunque todas prefieren la relación directa y el diálogo, la restricción del tiempo les ha enseñado también a recurrir a otros mecanismos de supervisión para que todo en la casa vaya a la perfección y los hijos estén donde tienen que estar. Ahí aparece la tecnología y con ella, herramientas como el WhatsApp, Facebook, el celular y el GPS. Un mensaje, la ubicación por GPS o la llamada por celular permite dar tranquilidad.

El experto en tecnología y redes sociales Marcelo Durán se refiere incluso a una aplicación en la web que permite ver todo lo que está pasando en casa, Sin embargo, aclara que nada reemplaza a la presencia física de la mujer “ni siquiera el Skype”.

La psicóloga Ruth Quintanilla dice que para la mujer, el camino se hace cuesta arriba cuando la pareja no ha comprendido que cualquier carga llevada entre dos facilita el camino. “El marido debe saber que tiene corresponsabilidad con todo lo que pasa en la casa”, concluye.

“Prefiero las llamadas”



Roxana Neri, subalcadesa de la comuna Adela Zamudio, es madre de dos hijos, una de 30 y el varón de 29 años. Ella prefiere la presencia física, la relación cercana y el diálogo y a las llamadas por el celular, antes que el WhatsApp y otras aplicaciones.

Cuenta que desde inicio dejó claro que sus hijos pueden recurrir a ella en las buenas y en las malas y esa confianza ha generado una relación especial con ellos.

También ayudó dejar claras las normas que rigen en la casa como el tema de respeto a los horarios, saber cumplir la palabra y decir siempre la verdad. “Luego de un tiempo se consigue un equilibrio de disciplina y mucho amor”.

El otro gran detalle es el diálogo. “Pero no se trata del solo discurso, sino la acción que es muy importante. Los papás y las mamás debemos ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Hay que predicar con el ejemplo”.

Encontró la forma de acercarse a sus hijos y convertirse en amigos de ellos. “Los invitaba a la casa, les preparaba algo, les hacía sentir parte de la familia. Sabía quiénes y cómo eran”.

En medio de todo aquello, la tecnología también tuvo su espacio. “No soy muy amiga del WhatsApp, la verdad, pero utilizo el celular para las llamadas entre nosotros. Mi hijo está en Santa Cruz y es necesario”.

“Hay conexión digital”



Pati Baldi es rectora de la Universidad de Negocios Nelson Mandela. Mantiene conexión permanente con sus dos hijos, uno adolescente y el otro universitario. “Estamos en línea no solo en la casa, sino también por WhatsApp y por teléfono”.

Pati especifica que la conexión no solo es digital, sino emocional. “Estamos siempre juntos. Coordinamos los horarios, las tareas, nuestros encuentros”.

La jornada de Pati empieza temprano. Luego de compartir el desayuno se va a la universidad hasta las 13 horas, momento en que recoge a su hijo de 16 años del colegio. Tras el almuerzo, vuelve al trabajo a las 3 de la tarde hasta las 7 de la noche.

Durante ese tiempo, la comunicación es permanente en la medida de la necesidad. Decir un “te quiero mucho”, es importante porque es la manera de decir “estoy aquí”. Las llamadas telefónicas son una constante, pero el mejor momento para compartir con la familia es cuando estamos en casa, cuando vamos a cenar o ir a ver una película. “Soy una mamá a la que le gusta la calidad de tiempo, más que la cantidad”.

“Es mejor hablar”

La subgerente regional de Tarjetas de Crédito del Banco Bisa S.A., de profesión ingeniera comercial, Sandra Coelho Nicolls dice tener controlado todo con la ayuda de su pareja y de la tecnología.

Revela que el secreto es organizar el tiempo y si se lo hace, el día alcanza para todas las actividades.

La organización es en casa y también en el trabajo. En cuanto llega al banco planifica sus reuniones para que todo marche perfectamente. “Es como si tuviera un cronómetro interno”, dice.

El horario continuo de su faena le permite a su esposo tomar las riendas de la casa en el día. Recoge a Isabela (de cinco años) del kindergarten. Alejandra (de 20 es universitaria), la mayor, ya es más independiente con su tiempo.

“Las mamás estamos siempre pendientes de los hijos. Llamo para saber cómo están cada uno de los integrantes de la casa, si tiene trabajos pendientes y otras obligaciones. Nos quedamos haciendo las tareas hasta las 11 de la noche y eso nos permite conversar siempre”.

La clave es equilibrar el tiempo con la profesión y la familia. Recomienda que ambas fases son importantes en el desarrollo de la persona.

Con Alejandra, su hija mayor, la comunicación es mediante el WhatsApp, vía telefónica o el Facebook.

“Las redes sociales en ese sentido tienen muchas ventajas cuando se tiene poco tiempo. Claro que lo mejor es hablar, pero como mamá moderna tengo que adecuarme”.

Los fines de semana también son espacios aprovechados por la familia de Sandra. Organizan actividades en conjunto desde ir al cine hasta ir de paseos en familia. Todo tiempo que les permite el día es aprovechado.

“Iba con mis niños”

María Esther Mercado Huerta es antropóloga. Tiene hijos y nietos. Recuerda que cuando sus hijos eran niños, la ONG para la que trabajaba, relacionada a equidad de género, le permitía llevar a sus hijos. Pero muchas tuvieron que contratar a trabajadoras del hogar o utilizar guarderías.

La educación que les das tiene que ver con las clases sociales. Mis amigas se preocupaban por el tema pedagógico y artístico: dibujo, musica, deporte.

Otros grupos entregan a sus hijos, celulares como a modo de deshacerse de sus responsabilidades y crean una adicción si no se controla adecuadamente.

Cuando la mujer sale a trabajar representa mucho esfuerzo. Llega a la casa y sigue trabajando con tantas cosas que hay que hacer, ocupándose de verificar que todo esté saliendo perfectamente. El hombre siempre confía en que ella lo resolverá todo. Debe haber un compromiso de apoyo mutuo.

“El GPS ayuda”

Hoy en día, las madres están obligadas a modernizarse afirma la abogada que trabaja en la Agencia Estatal de Vivienda Amalia Huanca.

Tiene dos hijos, de 16 que está en la prepromoción y de 26 años que trabaja en la Escuela Normal Simón Rodríguez.

Amalia está sola al frente de su hogar y para ella el teléfono juega un rol muy importante para cumplir el papel de padre y madre a la vez.

A veces, cuando su hijo menor va a una fiesta, el mayor lo lleva, pero ella debe recogerlo “así que como no conozco la dirección del salón de fiesta pido a mi hijo que me mande su ubicación con GPS o una foto de la dirección para dar con él”. Señala que es un medio de control cuando las mamás deben estar más de ocho horas fuera de la casa.

Trato de actualizarme en el manejo de la tecnología, el mismo sistema nos lo exige.

A veces recurro también a las videollamadas. Confío en ellos y saben muy bien que los quiero. Sé que no es el hogar ideal ni el clásico el que les di, pero es lo que les puedo ofrecer y ellos lo saben y responden.

Amalia cuenta que su hijo mayor se ha convertido en una gran ayuda en el hogar porque coordinan tareas para las actividades del hijo menor.

Pese a las dificultades que le significa hacer triple trabajo, Amalia se siente muy satisfecha por la respuesta de sus hijos que entienden la situación y siempre están prestos para colaborar en todo momento. “Eso es de gran ayuda y yo siempre lo valoro”.

“Soy mamá gallina”

Paula Muñoz se considera una mamá moderna y tecnologizada. Conoce de aplicaciones para el celular y la computadora, pero no las utiliza para monitorear a sus tres hijos que van desde los 10 a los 13 años.

Su relación con ellos está basada en el respeto mutuo. Conoce la clave del Facebook de su hijo mayor, también la del correo electrónico, pero aclara que sus hijos también saben la contraseña del celular de ella, porque no hay nada que ocultar. Algunas veces se comunican por un chat de familia, pero ella prefiere una relación a la antigua: es decir, en vez de enviar un mensaje por el móvil prefiere dejar una nota cariñosa en papel.

“Es posible que siendo mis niños aún pequeños, no necesiten más control que eso. Quizá dentro de dos años, cuando mi hijo mayor ya empiece a salir con sus amigos, lo necesite, no sé, por ahora no soy fanática de la fórmula del monitoreo del otro”.

Paula es directora de Comunicación Corporativa y Relaciones Públicas de la Universidad del Valle (Univalle). Dice que su horario le permite dedicarle más atención a sus hijos que permanecen en la escuela hasta las 4 de la tarde y ella, felizmente, trabaja en horario continuo hasta las 5 de la tarde. “Es decir, están solos algo más de una hora y media”.

Algunas veces y muy disimuladamente, ingresa al Facebook para ver en qué y con quién anda el hijo mayor, porque los menores aún no tienen cuenta. Pero a todos les recomienda tener cuidado siempre con la gente que se les acerca.

Advierte que marcó bien los límites en el uso de la tecnología y en la familia.

La aplicación Qustodio vigila a los hijos y es gratuita

Marcelo Durán

Experto en redes sociales

Hay una aplicación puntual que se llama Qustodio. Es multiplataforma y gratuita.

Esa aplicación www.qustodio.com permite crear una cuenta como padres e instalarla en el móvil de sus hijos, en las tabletas o en la computadora. Sirve para controlar que los menores no ingresen a páginas de pornografía o hagan búsquedas peligrosas en Google. También deja ver con quién habla más el hijo o la hija. Es bastante buena la aplicación, además es gratuita y puede hacer cosas interesantes. Ahora, la aplicacion no es la solución al problema, sino una ayuda.

Al margen de las aplicaciones en el teléfono móvil o las tabletas, las industrias le han dedicado atención a las cámaras web instaladas en los hogares y sirven para vigilar a los niños más pequeños y sobre todo si se contrata a alguien como una niñera. Controla el movimiento en la casa.

En muchas ocasiones han servido para hacer denuncias sobre el maltrato a niños y a los adultos mayores. Algunos colegios también han visto esta opción y es bueno para aquellos padres que se sienten inseguros por la integridad de sus hijos.

No reemplaza el diálogo o la presencia física de los padres, no es la situacion ideal, pero ayuda.

Ahora, uno de los grandes problemas de los padres viene también de la tecnología porque resulta que entregan dispositivos a los hijos sin ninguna responsabilidad ni instrucción y a nombre del derecho a la privacidad no conocen sus contraseñas. Me da la impresión que los padres ponen ese derecho por encima del deber, de la obligación, de la responsabilidad. Desde inicio hay que decir a los niños que ese celular es de todos, como el teléfono colectivo de la casa.

La relación es desigual y nada cambiará si la pareja no ayuda

Ruth Quintanilla

Terapeuta familiar

Esta problemática es muy compleja y no es bueno simplificarla.

El tema es que las mujeres han salido a trabajar y eso es un avance social muy importante, pero ha generado conflictos para ellas y también para la sociedad porque no ha cambiado la relación entre la pareja. Sigue siendo desigual.

Las mujeres aparecen solas frente a la responsabilidad de la educación y el control de los hijos. Subsiste el matrimonio patriarcal. El hombre puede llegar cansado a la casa y se queda en la cama, en tanto que la mujer debe seguir viendo todo los demás “deberes”. Por eso, para ellas, las jornadas son extenuantes.

Ahora, la tecnología auxilia a la mujer para que no haya una ruptura total durante las horas que no se ven con los hijos.

Son medios auxiliares, pero nunca van a poder sustituir la relación directa con los hijos. No es lo mismo una madre que busca aquella cercanía y tiempo de calidad que una que se aleja y pretende monitorear a su hijo por una máquina. Ni siquiera el Skype consigue sustituir y eso lo tienen que saber los padres que se van al exterior.

Se debe propiciar una corresponsabilidad con la pareja. El pensamiento patriarcal todavía insiste en que la mujer es la columna de la familia. Pero eso la convierte en sojuzgada, cuando las leyes hablan de derechos y responsabilidades entre el papá y la mamá de manera igualitaria.

El varón debe ayudar y no es solo ¡qué viva el WhatsApp!

El Código Niña, Niño y Adolescente también amplía la tarea a la familia extendida, es decir la tía, el tío y otros que deben ayudar cuando hay sobrecarga.

El vínculo afectivo es de persona a persona y eso puede existir si la pareja se pone de acuerdo y se empiezan a compartir todas las responsabilidades, sin ninguna excepción.



sábado, 8 de octubre de 2016

Descubre por qué tu hijo adolescente está triste

La tristeza es un sentimiento de aflicción que todos padecemos alguna vez. Hay personas que la sufren más a menudo y otras que rara vez la padecen. Pero hay una edad en la que la mayoría de los seres humanos se sienten tristes con mucha más frecuencia, es la adolescencia.

No es raro ver a adolescentes tristes. Quizá no les veamos llorar o nos cueste darnos cuenta de su tristeza porque la pueden ocultar con la ira, el enfado, la rebeldía o la apatía, pero ahí está. La mayoría de los adolescentes pasan por ello y muy a menudo se sienten tristes o melancólicos.

¿Por qué está triste?

Muchos padres y madres se preguntan por qué les ocurre eso a sus hijos. Son chicos sanos que no tienen graves problemas, a los que la vida les sonríe y sin embargo, muchas veces los observan tristes.

No deben preocuparse por ello porque la tristeza es un sentimiento habitual durante la adolescencia que aparece por variadas razones, casi siempre unidas a los procesos de cambio tremendos que viven los adolescentes tanto en el plano físico como en el psicológico y el social.

Las causas más frecuentes de su tristeza:

1. Frustración. Es muy habitual que las cosas no sean tal y como el adolescente esperaba. Eso que es un hecho que todos los adultos saben y asumen, es más difícil de sobrellevar en la adolescencia. Lo primero porque, en general, educamos poco a los hijos para que aprendan a enfrentarse a los fracasos y no les damos recursos suficientes para tolerar la frustración. Y, lo segundo, porque en la época de cambios que viven, las cosas no son casi nunca como ellos esperan.

2. Susceptibilidad. Es otras de las características más unidas a la adolescencia. Los chicos y chicas a esa edad son muy susceptibles. Y esa susceptibilidad les surge porque no están demasiado seguros de sí mismos. Están creciendo muy deprisa, viven cambios físicos que los desconciertan, están comenzando a entrar en el mundo de los adultos pero ellos aún no lo son aunque tampoco son ya niños. Todo eso provoca inseguridad y la inseguridad hace que se sientan enfadados o heridos con frecuencia.

3. Sensación de pérdida. La mayoría de los chicos y las chicas adolescentes abandonan la niñez felices, les gusta sentirse mayores y hacen intentos por convertirse rápidamente en adultos, o al menos por parecer adultos. Pero eso no quiere decir que no sufran por abandonar la niñez, que no tengan sensación de pérdida. La entrada en el mundo de los adultos aunque es progresiva tiene muchas dificultades por lo que los adolescentes sienten que han perdido ese colchón de protección en el que vivieron en su niñez. A veces también temen haber perdido el cariño de sus padres aunque eso no sea cierto. Pero el cambio en el tipo de relación que mantienen con ellos e incluso su intransigencia o su rebeldía que pueden hacer que las relaciones entre padres e hijos sean mucho más tensas en esos momentos hace que todo sea diferente. Y en cierto modo, los adolescentes pierden a los padres que tenían cuando eran niños o, en la mayoría de las veces, piensan que los han perdido.

Emociones exageradas. Si hay una característica que defina la adolescencia esa es la de que chicos y chicas siente todo de forma mucho más dramática. La alegría, la amistad, el amor y también la tristeza. Una parte de la culpa de que eso ocurra la tienen sus hormonas que están actuando de manera acelerada y otra parte es debida a los cambios que los chicos viven a esta edad.

¿Cuándo deja de ser normal la tristeza de un adolescente?

Aunque es normal que los adolescentes estén tristes, sus padres deberán preocuparse si los periodos de tristeza son muy largos o esta es muy profunda o si produce en sus hijos pensamientos suicidas o provoca que asuman actitudes de riesgo. En esos casos, los padres deben buscar ayuda profesional inmediatamente. Lo más recomendable es hablar primero con el doctor del adolescente porque él sabrá cómo orientarlos.

viernes, 7 de octubre de 2016

¿Crianza moderna en crisis? el reto de educar en la actualidad



Héctor es el primer hijo de un matrimonio joven, tiene siete años y ha concluido que es feo, ya que nadie lo soporta. Todos los días en vez de esperar a su padre, sentado en el pasillo del colegio como todos los niños, sale a la calle principal de su escuela a jugar al oficial de tránsito, metiéndose entre los autos para intentar hacerlos parar.

En otras dos ocasiones, cuando su padre lo fue a recoger, lo encontró en el bote de basura, intentando pillar algo “interesante”. De inmediato y de un jalón de orejas lo sacó de ahí. El niño no entiende de “buenos modales” y menos quiere escuchar a sus padres.
En clase hace aviones de papel, no acepta hablar con las niñas y se molesta si no se hace lo que él quiere. Incluso, lo trataron de expulsar del colegio hace un par de años, pero al final conmovió a los maestros y logró quedarse.
Pese a todas esas experiencias, él sigue igual. Llora y hace berrinche por todo. Héctor tiene dos hermanos menores (un varón y una mujer), ellos no se tiran al suelo por un capricho, escuchan a sus padres y son niños aplicados en la escuela.
Mauricio e Isabella, son los padres, ellos creen que son los culpables del comportamiento de su hijo, pues cuentan que como fue el primero, estuvieron solos con él por casi cuatro años y lo consentían en todo.
“Siempre tenía lo que quería. Lo alzábamos para dormir desde bebé, si se antojaba algo se lo comprábamos, pasábamos casi todo el día con él, jugando y atendiéndolo, siempre a su disposición, pero hablándole, porque creíamos que si actuábamos así sería lo mejor”, explica Isabella.
Primero se pensó que el niño tenía un problema de hiperactividad, es decir, un trastorno de la conducta, que lo orillaba a desarrollar una intensa actividad motora, traducida en el moverse continuamente, sin que toda esta actividad tenga un propósito.
Sin embargo, luego de algunas revisiones y charlas con psicólogos se llegó a la conclusión de que Héctor había sido muy mimado y no tuvo reglas ni límites claros durante sus primeros años de vida. Esto desencadenó en que asuma tal comportamiento.

Los errores y la
educación hoy
Javier Urry, pedagogo y psicólogo, explica que los padres en la actualidad, sobre todo los primerizos, tienen muchas inseguridades y angustias al momento de cuidar y educar a sus hijos. Por lo general, estos problemas son transmitidos a los menores y ocasionan que éstos adquieran comportamientos no deseados. Sobre todo, que se pongan en una posición de dar órdenes en vez de obedecer.
Aclara que no existen fórmulas ni reglas establecidas e infalibles para educar a los niños; sin embargo, identifica algunos errores que son usualmente cometidos y que ocasionan malos hábitos y comportamientos en los menores.
De tal manera, asegura que “la sobreprotección” es uno de ellos. Según dice, los padres asumen muchas tareas de los hijos, estudian con ellos, les disculpan ante el profesor, intervienen antes de verles sufrir las consecuencias de una mala decisión, les dicen constantemente lo que han de hacer, organizan toda la vida familiar a su alrededor a fin de evitarles disgustos.
“Esta sobreprotección resulta muy perniciosa porque forma ciudadanos dependientes y a veces muy tiránicos, porque crecen pensando que el mundo gira a su alrededor, que son los reyes de la casa, no uno más de la familia”, advierte.
Añade que esto además se traduce en personas inseguras, incapaces de tomar decisiones y de enfrentar las dificultades y contratiempos diarios, seres que no saben asumir las consecuencias de sus actos y con problemas de autoestima.
Victoria Gómez es orientadora familiar y explica que otra de las grandes fallas al momento de educar es la “falta de unidad de criterio” entre las figuras de autoridad, ya que si el niño recibe de entrada mensajes contradictorios, es decir, si sus progenitores se desautorizan entre ellos, el menor no sabrá a quién hacer caso y se sentirá perdido, sin referencias claras.
Así, a medida que crezca, aprenderá a utilizar esas discrepancias o diferencias de criterio para hacer lo que quiera. “Siempre es mejor equivocarse juntos que acertar por separado”, añade.
En otro error, cita la falta de continuidad como otro fallo habitual de los padres, quienes se dejan llevar por su estado de ánimo a la hora de educar, de modo que permiten o no determinadas conductas en función de que estén más o menos cansados, contentos o enfadados. “Hay que tener conciencia de que estamos educando siempre, no en momentos concretos”, señala Gómez.
Dice también que otro de los errores continuos en los que muchos padres caen es el de “castigar mal” o poner sanciones desproporcionadas y sin lógica, imponer castigos imposibles, hacer promesas inalcanzables o que no se cumplen.
Si los castigos no se aplican por imposibles o por dejadez, los padres pierden autoridad y transmiten la idea de que sus normas pueden quebrantarse fácilmente. Por eso el psicólogo Julio Fernández recomienda “ser moderado en el castigo y llevarlo a la práctica. En lugar de castigar al adolescente sin salir todo un mes o exigirle que estudie cinco horas diarias, limitarle a una hora la conexión a las redes sociales”.
Finalmente, prometer y no cumplir; las comparaciones entre hermanos; no poner límites ni poner normas mínimas; ser malos ejemplos y estar constantemente negativos, son otros de los errores que también se cometen usualmente en la actualidad.

¿A la antigua, lo mejor?
Para Fernando, quien tiene 59 años de edad y es padre de tres hijos- todos profesionales- las familias jóvenes de hoy transitan por un abanico de consejos y estudios sobre cómo educar a los niños, que a su entender, en vez de ayudarlos los confunden.
Dice que le ha tocado ver a muchos hijos de sus familiares y amigos que se levantan tarde de la cama, que hay que llamarlos varias veces para que vayan a desayunar o ir al colegio. “No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos, ayudan a poner orden en su hogar. Se levantan irritados, pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono, viendo tele o conectados al Internet”, añade.
Uno de los peores defectos que ha visto en los menores y adolescentes de hoy es que “sacan pecho” por sus amigos y viven poniéndoles “defectos” a sus padres, a quienes además los acusan de “sus traumas”. “No hay quién les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo”, explica.
Por todo esto, Fernando cree que los métodos de hoy no son positivos ni buenos para las familias de la actualidad, ya que no forman personas con carácter y los hace desobedientes.
Recuerda que los horarios estrictos eran una regla inquebrantable en su hogar. Habían horas establecidas para levantarse de la cama, desayunar, ir al colegio, retornar de clases, almorzar, hacer las tareas, jugar, ver tele y dormir.
Del mismo modo, era prohibido levantar la voz o cuestionar las decisiones de los padres, puesto que en caso de hacerlo, el castigo no era tan solo una prohibición. De hecho, los chicotazos eran el principal temor y básicamente era lo que obligaba a los hijos de su época a pensar más de tres veces antes de cometer alguna travesura.
Fernando cuenta que así fue criado y agradece a sus padres por aquello, ya que según dice, gracias a esa forma de educar que asumieron sus padres él pudo ser un hombre de bien, lograr una profesión, pero sobre todo, tuvo un buen modelo a seguir para poder criar y educar a sus tres hijos.
Empero, reconoce que la dureza y restricciones para con sus hijos bajaron de tono, en relación a lo que él tuvo que pasar durante toda su infancia, sin embargo, asegura que siguió el modelo que conocía y por ello, recomienda a las familias de hoy aplicar el mismo.

Un nuevo punto de vista
La tendencia en la educación actual es dejar que los chicos exploren y desarrollen todo su potencial, sin restricciones, para que en un futuro sean adultos exitosos. Muchos padres dejan la educación en manos de los docentes, porque el trabajo y las actividades no les dejan tiempo para ocuparse de los niños, pero se refugian en “estamos tranquilos porque va una de las mejores escuelas del país”, ¡gran error!
Por otro lado están las viejas enseñanzas, en las cuales las mamás “acosaban” a sus hijos para que cumplieran con sus tareas, revisaban cada aspecto de la vida de sus hijos (sus cuadernos, sus amistades, qué programas ve en la televisión, qué busca en Internet, etc) y los mantenían muy bien guardaditos en su casa para que no se “juntaran” con las malas amistades. Si llegaban a desobedecer se les daban unos buenos chicotazos para que “aprendieran” disciplina.
Para la psicóloga, Carla Tapia, ni lo uno ni lo otro es lo adecuado. El dejar crecer a los pequeños con tantas libertades, permisos, sin una orientación adecuada ni el fomento de valores, sólo ocasionará que se convierta en un monstruo, pues no conoce de límites, no sabe lo que es el respeto ni por él ni por los demás.
Según afirma, se puede crear un nuevo modelo de educación, al aplicar inteligentemente las viejas usanzas con las actuales. Por ejemplo: estar al pendiente de lo que al pequeño le ocurre en la escuela, revisar sus tareas y trabajos escolares, platicar ¡sin gritar! para saber si se encuentra bien o algo le preocupa.

Cinco debilidades al
criar a los niños de hoy

1. Tenemos miedo de
nuestros hijos
“Acostumbro hacer una prueba en la que observo cómo los padres sirven el desayuno a sus hijos en la mañana. Si el niño dice: ‘¡quiero la taza rosa, no la azul!’, aunque la madre ya haya vaciado la leche en la azul, la cambia por temor al berrinche”.

2. Hemos bajado las expectativas
“Cuando los niños se portan mal, ya sea en público o en privado, los padres sólo se encogen de hombros, como si dijeran: ‘así son los niños”‘. Te aseguro que no debe ser de esa forma. Los niños son capaces de mucho más de lo que los padres generalmente esperan de ellos en cuanto a sus modales.

3. Hemos perdido las
costumbres locales
Hace tiempo se acostumbraba que los maestros y otros padres de familia tuvieran carta abierta para corregir a los niños maleducados. Eran los ojos y oídos de los padres cuando los niños se portaban mal, hoy no aceptan que maestros u otras personas hablen de sus hijos y menos que los corrijan.
4. Nos apoyamos en los atajos
Creo que es maravilloso que los padres tengan todo tipo de aparatos electrónicos para ayudarlos durante los vuelos o los largos recorridos para ir al consultorio del médico. Pero los atajos también pueden ser un terreno resbaladizo.
Ellos deben aprender a entretenerse por su cuenta. Los bebés deben aprender a tranquilizarse solos en lugar de sentarlos en una silla vibradora cada vez que estén de mal humor.

5. Los padres ponen las
necesidades de los hijos
por encima de las suyas
De manera natural, los padres tienden a cuidar a sus hijos primero, y eso es bueno para la evolución. Pero los padres de ahora han ido muy lejos, sometiendo completamente sus propias necesidades y salud mental a la de sus hijos. Así, es frecuente ver a muchas madres levantarse una y otra vez de la cama para satisfacer los caprichos del niño, o padres que dejan todo y corren de extremo a extremo del zoológico para traer una bebida a su hija.

martes, 4 de octubre de 2016

Adolescencia, período vital de formación

La adolescencia es un período del desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad. Es una etapa de cambio, entre la pubertad y la edad adulta, su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, generalmente se enmarca su inicio entre los 10 y 12 años de edad, y su finalización a los 19 o 24.

Anteriormente, la Organización Mundial de la Salud consideraba a adolescencia como el período comprendido entre los 10 y 19 años, comprendida dentro del período de la juventud —entre los 10 y los 24 años—. La pubertad o adolescencia inicial es la primera fase, comienza normalmente a los 10 años en las niñas y a los 11 en los niños, y llega hasta los 14 y 15 años. La adolescencia media y tardía se extiende, hasta los 19 años. A la adolescencia le sigue la juventud plena, desde los 20 hasta los 24 años.

ADOLESCENCIA

La adolescencia es principalmente una época de cambios. Es la etapa que marca el proceso de transformación del niño en adulto, es un período de transición que tiene características peculiares. Se llama adolescencia, porque sus protagonistas son jóvenes que aún no son adultos, pero que ya no son niños. Es una etapa de descubrimiento de la propia identidad (identidad psicológica, identidad sexual...) así como la de autonomía individual.

En el aspecto emocional, la llegada de la adolescencia significa la eclosión de la capacidad afectiva para sentir y desarrollar emociones que se identifican o tiene relación con el amor. El adolescente puede hacer uso de su autonomía y comenzar a elegir a sus amigos y a las personas que va a querer. Hasta entonces no ha escogido a sus seres queridos. Al nacer conoció a sus padres y tal vez a algunos hermanos y el resto de sus familiares.

Después, de alguna manera, sus padres fueron eligiendo sus compañeros de clase y amigos. Pero al llegar a la adolescencia, puede hacer uso de cierta capacidad de elección, para poner en marcha uno de los mecanismos más significativos de esta etapa. Llevando implícita la capacidad para discriminar sus afectos: querer de diferente manera a cada persona que le rodea y personalizar sus afectos. Esto debido a la llegada del pensamiento abstracto que le permite desarrollar su capacidad para relativizar.

La discriminación de afectos, a través del establecimiento de diferencias en el tipo y la profundidad de sentimientos, le permite la personalización de sus afectos. El adolescente está en un camino medio entre la edad adulta y la infancia, en lo que hace referencia a la vivencia de sus emociones, estando presente una mezcla singular de sus comportamientos. Todavía tiene una forma de manifestar sus deseos mediante una emotividad exacerbada o con la espontaneidad propia de la infancia, pero ya empieza a actuar de una manera sutil en las interacciones, o con una cierta represión relativa de sus emociones, tal como hace el adulto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada cinco personas en el mundo es adolescente, 85 por ciento de ellos vive en países pobres o de ingresos medios, y alrededor de 1,7 millones de ellos mueren cada año.

CARACTERÍSTICAS

La adolescencia se caracteriza por el crecimiento físico y desarrollo psicológico, y es la fase del desarrollo humano situada entre la infancia y la edad adulta. Esta transición debe considerarse un fenómeno biológico, cultural y social.

Muchas culturas difieren respecto a cuál es la edad en la que las personas llegan a ser adultas. En diversas regiones, el paso de la adolescencia a la edad adulta va unido a ceremonias y/o fiestas, como por ejemplo en el Benei Mitzvá, que se celebra a los 12 años para las niñas y 13 años para los niños.

Aunque no existe un consenso sobre la edad en la que termina la adolescencia, psicólogos como Erik Erikson consideran que la adolescencia abarca desde los doce o trece años hasta los veinte o veintiún años.

CAMBIOS EN LA MUJER

En la adolescencia temprana y para ambos sexos, no se manifiestan grandes desarrollos de los caracteres sexuales secundarios, pero suceden cambios hormonales a nivel de la hipófisis, como el aumento en la concentración de gonadotropinas (hormona folículoestimulante) y de esteroides sexuales. Seguidamente aparecen cambios físicos, sobre todo cambios observados en la glándula mamaria de las niñas, los cambios genitales de los varones y el vello pubiano en ambos sexos.

El primer cambio identificable en la mayoría de las mujeres es la aparición del botón mamario. La adolescencia en las mujeres comienza a los 10 o 12 años.

Se caracteriza por un agrandamiento en el tejido glandular por debajo de la areola, consecuencia de la acción de los estrógenos producidos por el ovario. La edad de aparición es después de los 8 años. Al avanzar la adolescencia, el desarrollo mamario, además de ser cuantitativo, es cualitativo: la areola se hace más oscura y más grande, y sobresale del tejido circundante, aumenta el tejido glandular, se adquiere la forma definitiva, generalmente cónica, y se desarrollan los canalículos.

El vello púbico, bajo la acción de los andrógenos adrenales y ováricos, es fino, escaso y aparece inicialmente a lo largo de los labios mayores, y luego se va expandiendo. El vello púbico en algunos casos coincide con el desarrollo mamario y en otros puede ser el primer indicio puberal. Suele comenzar a notarse a los 9 o 10 años de edad. El vello axilar y el vello corporal aparecen más tarde.

Los genitales y las gónadas cambian de aspecto y configuración. Los labios mayores aumentan de vascularización y aumenta la cantidad de folículos pilosos, hay estrogenización inicial de la mucosa vaginal, los ovarios y el cuerpo del útero aumentan en tamaño. Las trompas de Falopio aumentan después de tamaño, y aumenta el número de pliegues en su mucosa. Los labios menores se desarrollan, los labios mayores se vuelven luego delgados y se pigmentan y crecen, para cubrir el introito.

Se desarrollan las glándulas de Bartolino, aumentan las secreciones vaginales, la flora microbiana cambia (aparece el bacilo de Doderlein), la vulva sufre modificaciones en su espesor y coloración. Por último, en las mujeres que nacen con himen, este se engrosa y su diámetro alcanza 1 cm.

CAMBIOS EN LOS VARONES

Los testículos prepuberianos tienen un diámetro aproximado de 2,5 a 3 cm, el cual aumenta por la proliferación de los túbulos seminíferos. El agrandamiento del epidídimo, las vesículas seminales y la próstata coinciden con el crecimiento testicular, pero no es apreciable externamente. En el escroto se observa un aumento en la vascularización, adelgazamiento de la piel y desarrollo de los folículos pilosos.

La espermatogénesis —es decir, la producción de espermatozoides— se detecta histológicamente entre los 11 y 15 años de edad, y la edad para la primera eyaculación o espermarquia es entre los 12 y los 16 años. El pene comienza a crecer en longitud y también a ensancharse aproximadamente un año después de que los testículos aumentan de tamaño. Las erecciones son más frecuentes y aparecen las emisiones nocturnas.

El vello sexual aparece y se propaga hasta el pubis, donde se aprecia más grueso y rizado. Puede comenzar a aparecer el vello axilar y, en ocasiones, en el labio superior (bigote). El vello en los brazos y en las piernas se torna más grueso y abundante entre los 13 y 14 años. Aumenta la actividad apocrina —es decir, de la secreción de las glándulas suprarrenales— con la aparición de humedad y olor axilares.

CRECIMIENTO Y DESARROLLO

Desde el punto de vista práctico, los cambios habituales del crecimiento tienen tres grandes características: Se realizan en forma secuencial, es decir, unas características aparecen antes de que aparezcan otras, como es el caso del crecimiento de las mamas antes de la aparición de la menstruación (o regla o periodo), el vello púbico antes que el axilar, los miembros inferiores crecen primero que el tronco, los testículos se incrementan antes que el pene, etc.

El tiempo de comienzo, la magnitud y la velocidad de cada evento es considerablemente variable entre las edades y los sexos. Cada evento del crecimiento sigue la ley de la variabilidad individual del desarrollo. Cada individuo tiene una propia manera de ser y la conserva a través de los años de la adolescencia, y en ella influyen diversos factores, como su origen étnico, su constitución genética o familiar, nutrición, funcionamiento endocrino y ambiente sociocultural.

Crecer es una característica destacada de la pubertad, el brote o estirón de la pubertad es una de las características fundamentales de la adolescencia. Tiene una duración de 3 a 4 años, con un promedio de 24 a 36 meses. Está caracterizado por un rápido crecimiento del esqueleto, llamado punto de velocidad máxima (PVM), que se manifiesta por un aumento rápido de la talla o crecimiento lineal.

Como se puede advertir el crecimiento corporal no es homogéneo, por lo general se aprecia una gradiente distal proximal, es decir, los pies y las manos crecen antes que las piernas y los antebrazos, y éstos lo hacen antes que los muslos y los brazos. La cadera crece antes que los hombros y el tronco, el cual se acompaña de una epífisis vertebral transitoria. Todos los órganos participan en el estirón del crecimiento, a excepción de la cabeza, el timo, el tejido linfático y la grasa subcutánea. El inicio del estirón es variable en edad, por lo que los padres o el adolescente pueden manifestar preocupación por una supuesta precocidad o retardo en el crecimiento.

ATENCIÓN DEL ADOLESCENTE

En los adolescentes, en la medida que aumenta la edad, se incrementa la mortalidad. La prevención y factores generales específicos de protección evitan y controlan los trastornos en la salud del adolescente. Algunos de estos factores de protección incluyen la educación, la nutrición, las inmunizaciones, el ejercicio físico, el tiempo libre, las actividades con la familia, la atención al desarrollo emocional, las oportunidades de trabajo y el desarrollo de cambios en las legislaciones favorables, para el niño y el adolescente.

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo se presentan en las alteraciones en el desarrollo puberal Menarquía precoz, discapacidad o retraso mental. Desatención y otros problemas en la relación familiar; también se exteriorizan por los trastornos de la conducta alimentaria, hipertensión arterial, arteriosclerosis, diabetes y enfermedades crónicas.

Entre los factores de riesgo también se encuentran los riesgos intelectuales, como el analfabetismo, bajo rendimiento y/o deserción escolar, crisis de autoridad, tiempo libre mal utilizado y segregación grupal.

También están presentes los factores biológicos, como el tabaquismo, alcoholismo y otras drogas; los factores sexuales, que representan embarazos a temprana edad y enfermedades de transmisión sexual; y los factores sociales, con problemas como el aislamiento, depresión, gestos suicidas, conductas delictivas y/o agresivas, nomadismo.

AGENTES DE SOCIALIZACIÓN

El incrementado del uso de los medios de comunicación así como su importancia en el mundo actual ha hecho que estos se conviertan en el tercer agente de social después del grupo de pares y la familia en la socialización de los adolescentes.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) forman una escolarización paralela a la educación formal, ya que culturizan a los jóvenes con la diversa información a la que se tiene acceso. El consumo que los jóvenes hacen de estas, en especial del internet, está transformando el ocio y las formas de interacción de los adolescentes con su entorno y a la sociedad en su conjunto.

DISPOSITIVOS TECNOLÓGICOS

La consecuencia psicosocial principal que perjudica a los adolescentes es la adicción al celular, internet o juegos de video. Esta adicción es denominada como “comportamental”, es decir que es una adicción sin el consumo de sustancias que produce los mismos síntomas que las adicciones que sí incluyen sustancias en el adicto como la ansiedad.

Sin embargo, no todos los adolescentes caen en la adicción, los más propensos a caer son aquellos que tienen una personalidad vulnerable, una estructura familiar débil y relaciones sociales pobres.

También el abuso de las redes sociales y de los videojuegos puede llegar a aprisionar a los adolescentes, ya que el mundo virtual contribuye a que se cree una identidad falsa y a la vez distanciar al individuo de la realidad. Cuando un joven es adicto a cualquier TIC, siente que solo va a sentirse feliz y bien al utilizar dicho dispositivo, sin embargo luego se sentirá solo y su satisfacción al usar aquello que le causa adicción disminuirá (Echeburúa y De Corral 2010).