viernes, 30 de diciembre de 2016

Los niños deben hablar de sus sentimientos

La salud mental infantil es un área cada vez más preocupante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que a nivel global el suicidio es la segunda causa principal de mortalidad entre las mujeres y la tercera entre los varones de 10 a 24 años. "El suicidio juvenil es un importante problema de salud pública mundial", declara la OMS.

Aunque es muy difícil saber cómo evitarlo, lo mejor es empezar a ayudarles lo más pronto posible. La BBC visitó una escuela primaria en el sur de Londres donde están implementando un esquema que a través de juegos les enseña a los niños a expresarse.

Los niños se despegan de sus sillas, agitando sus manos en el aire y chocando las rodillas con emoción, para pedir la palabra. La señora sonriente al frente de la clase repite su pregunta: "¿Puedo ver tus pensamientos? ¿Puedo olerlos o tocarlos?".

La doctora Anna Redfern es una comunicadora y una psicóloga clínica talentosa. No todo el mundo puede persuadir a niños de ocho y nuevo años de edad para que hablen de sus más íntimos sentimientos frente a sus compañeros de clase. Aquí están los niños de la clase 4S en la escuela primaria Oliver Goldsmith admitiendo abiertamente que ellos tienen días en los que se sienten poco motivados, furiosos o sencillamente muy tristes. "Nadie puede ver nuestros pensamientos", dice una niña con confianza.

Redfern y su colega Debbie Plant están llevando a cabo un nuevo programa llamado Cues-Ed. El programa le enseña a los niños a reconocer las señales de que las cosas no están bien y algunas técnicas de comportamiento para ayudarles a manejar el mal humor. "Todos tenemos sentimientos. Y todos tenemos dificultades en nuestras vidas, las cuales nos harán sentir y pensar que la vida es un poco difícil", dice Redfern.

""En lugar de que teman hablar sobre esas cosas, queremos que los niños tengan el vocabulario que les permita buscar la ayuda correcta y decir: ´En realidad, así es como me estoy sintiendo, estas son las cosas que estoy pensando y necesito un poco de ayuda extra´", añade.

Todo el programa está cuidadosamente concebido para ser divertido y amigable. Palabras adultas como "depresión" nunca se usan.

"¿Alguna vez has tenido uno de esos días realmente malos, cuando todo parece estar en tu contra?", pregunta Redfern con una gran sonrisa. "¿Uno de esos días en los que bajas las escaleras para desayunar y el cereal que te gusta se acabó?".

La clase se horroriza y empiezan a hablar entre ellos sobre sus malos días.

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