viernes, 15 de julio de 2016

El 0.3 por ciento de los adultos mayores de Cochabamba vive en asilos

De los 159 mil adultos mayores que habitan en Cochabamba, aproximadamente el 0.3 por ciento vive en uno de los 12 centros de acogida que albergan a unas 500 personas.

En el departamento de Cochabamba, según datos del Instituto Nacional de Estadística (Censo 2012) hay 159.525 adultos mayores y en Cercado son 58.208.

Los asilos o centros geriátricos no son los únicos destinos de los adultos mayores, puesto que tienen dos opciones más: Permanecer con su familia o vivir en las calles.

El responsable de la Unidad de Discapacidad y Adulto Mayor del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), Juan Pablo Vargas, relata que conocieron casos de adultos mayores que pedían limosna en las calles, pero con el consentimiento de sus familiares. Considera que los municipios deben hacer un seguimiento e iniciar los procesos respectivos porque es un delito de trata y tráfico de personas con el fin de obtener un beneficio.

En 2014 había en Cochabamba 72 ancianos que vivían en situación de indigencia, en la calle. Muchos de ellos fueron acogidos en centros o reinsertados en sus familias.

Vargas recuerda el caso de un adulto mayor que volvió con su familia después de 22 años.

Los adultos mayores más afortunados viven arropados por sus familiares o pagan para permanecer en un centro geriátrico privado.

La residencia en un centro geriátrico privado tiene costos que oscilan entre 1.500 y 7.000 bolivianos, según Vargas.

HISTORIAS

María Hinojosa tiene 78 años y vive en su hogar en compañía de uno de sus tres hijos. Tras enviudar, hace un lustro, tenía la intención de ingresar a uno de los asilos que funcionan en el centro de la ciudad: San José o Buen Pastor, pero a último momento se desanimó y prefirió permanecer con su familia.

En el caso de Edmundo, un recolector de botellas y plásticos, la fortuna no le ha sonreído. Sus dos hijos migraron a la Argentina, hace una década y su único hermano falleció en 2014.

Este hombre, de contextura delgada, tez cobriza y de no más de 1.60 metros de estatura asegura que nunca pudo comprar una casa, por lo que siempre vivió en alquiler. Y desde que sus hijos migraron a la Argentina empezó a recoger plásticos y otros materiales reciclables para obtener ingresos.

Está a punto de cumplir 70 años y asegura que no se le pasó por la mente ingresar en un asilo, por lo menos no mientras tenga fuerzas para seguir trabajando. Cuando no consigue dinero para su manutención, a Edmundo no le queda más remedio que pedir “una colaboración” a los transeúntes que pasan por la calle Calama.

Yolanda de la Zerda ha tomado una decisión diferente, quiere pasar sus últimos años en el hogar de ancianos San José, donde vive desde hace tres años.

Esta persona de la tercera edad, que cumplirá 81 años el 22 de octubre próximo, afirma que se sintió como en su hogar desde el primer día que se trasladó a San José, especialmente después de conocer a la madre superiora que dirige el hogar, María Carmen Laguna.

UNA DOCENA

En Cochabamba funcionan 12 centros geriátricos que trabajan con el adulto mayor, legalmente establecidos, con autorización del Sedeges.

El número aproximado de adultos mayores que albergan los 12 centros es de 500, hombres y mujeres.

De los 12 centros de atención geriátrica, nueve son privados, dos de convenio y uno público administrado por la Gobernación de Cochabamba.

Los centros de convenio son los hogares San José y Buen Pastor, ubicados en el municipio de Cochabamba, el primero en la calle Tumusla, y el segundo en la Santiváñez.

CONTROLES

El Sedeges realiza controles a los centros geriátricos, públicos, de convenio y privados, mediante el área de acreditación y de supervisión.

El equipo técnico del Sedeges realiza inspecciones trimestrales a todos los centros que trabajan con adultos mayores.

En la inspección se revisa la documentación de los centros geriátricos, la alimentación que se brinda a los adultos mayores y qué tipo de atención se les proporciona.

A las inspecciones se acude con un equipo de profesionales médicos, psicólogos, nutricionistas, trabajadores sociales y abogados. Se realizan entrevistas a los adultos mayores para indagar lo que piensan sobre el servicio que les brindan.

En los últimos controles realizados por el Sedeges no se descubrió nada extraordinario. Solo algunos alimentos vencidos o un adulto mayor que tenía un morete, consecuencia de las caídas que sufrió, según el certificado médico que se presentó.

REQUISITOS

Para que funcionen legalmente, a los centros privados se les exige el cumplimiento de varios requisitos. El primero es que cuenten con un terreno y la infraestructura adecuada, sin barreras arquitectónicas.

Si se trata de infraestructuras adaptadas (viviendas), los responsables del centro deben eliminar todas las barreras arquitectónicas.

El Sedeges exige a estos centros la personería jurídica, emitida por la Gobernación, reglamento interno, estatuto, papeles del terreno, y en caso de que esté en alquiler o anticrético la documentación que lo respalde.

Los centros geriátricos deben presentar también su registro en el Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (Vipfe), dependiente del Ministerio de Hacienda.

Otro requisito importante que deben cumplir estos centros es la valoración psicológica del personal que va a trabajar.

El Sedeges requiere a los centros que postulan para obtener la autorización contar con especialistas en las diferentes áreas de la medicina, pero no es necesario que haya un geriatra “porque eso se convierte en una limitante debido a que hay pocos especialistas en esa rama”.

El Sedeges sí exige personal básico como enfermeras, fisioterapeutas y educadoras que se ocupen de la terapia ocupacional.

BECAS ALIMENTICIAS

El Sedeges entrega becas alimenticias a los hogares de convenio, San José y Buen Pastor.

Para el hogar San José, que alberga a un poco más de 140 adultos mayores, la Gobernación entrega un presupuesto anual de aproximadamente medio millón de bolivianos.

Una de las condiciones que deben cumplir los hogares San José y Buen Pastor, a cambio de la beca alimenticia, es acoger a los adultos mayores abandonados, especialmente indigentes que no tienen posibilidades económicas de pagar un centro privado.

Vargas reconoce que el monto que otorga el Sedeges como beca alimenticia es insuficiente para cubrir todas las necesidades de los ancianos, por lo que los hogares de convenio piden donaciones y reciben adultos mayores que pagan, pero un monto menor al que cobran los centros geriátricos privados.

Los hogares de convenio cobran como promedio entre 500 y 1.500 bolivianos, de acuerdo a la situación económica de las familias de los adultos mayores.

Las administradoras de estos hogares acuden a la responsabilidad social de las empresas y gestionan recursos ante el Ministerio de la Presidencia y la Lotería Nacional.

Otros adultos mayores que se encuentran en los hogares San José y Buen Pastor pagan con parte de su Renta Dignidad.

SIN PROTECCIÓN

Los adultos mayores se sienten sin protección y abandonados a su suerte por las autoridades de turno, afirma el presidente de la Federación Departamental del Adulto Mayor de Cochabamba, Alberto Flores Belloni.

Señala que los planes, políticas y programas del Gobierno nacional están orientados más a la niñez y adultos que están en situación de producción, relegando a los adultos mayores por considerarlos improductivos.

Flores Belloni piensa que, al contrario, la sociedad debería aprovechar la experiencia que han adquirido los adultos mayores durante su vida productiva para fortalecer el desarrollo del país.

Según datos de esta Federación, solamente el 0.2 por ciento de los adultos mayores vive muy bien, el 15 por ciento bien, el 55 por ciento está en una situación regular, el 20 por ciento está mal y el 9 por ciento se encuentra en condiciones muy malas.

Flores Belloni puntualiza que los adultos mayores exigen un trato digno, techo, alimentación y recreación, tal como señalan la Constitución Política del Estado (CPE) y la Ley 369.

El representante de los adultos mayores recuerda que la CPE incorpora a este sector en los artículos 67, 68 y 69, señalando sus derechos y prohibiendo toda forma de maltrato.

El despojo de sus bienes es uno de los problemas más recurrentes en los adultos mayores.

En base a estadísticas de casos atendidos en la Federación del Adulto Mayor, asegura que de cada diez adultos mayores, al menos cuatro sufren despojo de sus viviendas.

“Por la falta de trabajo los hijos están a la pesca de nuestros bienes. Nos hacen firmar papeles para heredar en vida y una vez que logran este objetivo nos dejan en la calle o en un asilo. Eso nos preocupa”, afirma.

Añade que cuatro de diez adultos mayores viven en situación de violencia psicológica, física o institucional. En las entidades públicas no son atendidos con preferencia.

CARAMARCA

El centro de acogida del adulto mayor “Caramarca” está situado en el municipio de Sipe Sipe y es el único público que alberga a los ancianos en situación de abandono, indigencia o que viven en la calle.

El responsable de la unidad de Discapacidad y Adulto Mayor del Sedeges, Juan Pablo Vargas, explica que en Caramarca hay tres tipos de ingreso: temporal, transitorio y permanente.

El ingreso transitorio se da cuando los municipios derivan a los abuelitos extraviados y el centro los alberga hasta que aparezcan sus familiares. Esta etapa dura como promedio entre una y dos semanas.

La acogida temporal es para los adultos mayores que sufren violencia en sus hogares. En esos casos, las defensorías que funcionan en los diferentes municipios solicitan al centro Caramarca el alojamiento por unos tres meses, hasta que la situación se restablezca en la familia de origen del afectado.

La acogida permanente es para los ancianos que no tienen familiares y se quedan en el centro hasta fallecer. La capacidad de Caramarca es para 72 personas. En este momento hay unos 45 que están internados en sus ambientes.

En Caramarca se atiende a los adultos mayores con sesiones de fisioterapia, médicos geriatras, enfermeras, pedagogos, psicólogos y especialistas en terapia ocupacional.

El centro dispone de medicamentos, alimentación, residencia y un entierro digno cuando los adultos mayores fallecen, concluye Vargas.

Sus derechos

* La Ley General de las Personas Adultas Mayores (369) regula los derechos, garantías y deberes de los mayores de 60 años, o más, en todo el territorio nacional.

* Esta norma busca proteger al adulto mayor, que no sea víctima de discriminación ni de violencia y que se estimule su participación efectiva en los ámbitos social, económico, político y cultural.

* El artículo 5 de la Ley 369 garantiza al adulto mayor una vejez digna con una renta universal, el acceso a la vivienda de interés social, la provisión de alimentos suficientes, la práctica de actividades recreativas, la incorporación al desarrollo económico productivo, de acuerdo a sus capacidades y posibilidades y la promoción de la formación técnica.

Estadísticas

* Los adultos mayores en Cochabamba (de 60 años o más) representan aproximadamente el 8 por ciento del total de la población (Censo 2001). El Instituto Nacional de Estadística señala que en Cochabamba hay 159.525 personas mayores de 60 años y en Cercado 58.028.

* Los datos que maneja la Federación Departamental del Adulto Mayor de Cochabamba dan cuenta que en Cercado (en 2016) hay 75 mil adultos mayores, de los cuales solo 20 mil son jubilados y 55 mil no lo son.

* Según los datos de esta Federación, solamente el 0.2 por ciento de los adultos mayores vive muy bien, el 15 por ciento vive bien, el 55 por ciento está en una situación regular, el 20 por ciento vive mal y el 9 por ciento se encuentra en condiciones muy malas.

Hospital geriátrico

* La Federación Departamental del Adulto Mayor de Cochabamba considera que se debe implementar, a la brevedad posible, un hospital geriátrico con todas las especialidades.

* Para este efecto, el presidente de esta Federación, Alberto Flores Belloni, asegura que ya se tiene la maqueta y la Facultad de Arquitectura de la Universidad Mayor de San Simón elabora el proyecto a diseño final.

* Flores Belloni citó que los adultos mayores sufren afecciones crónicas como la diabetes, la insuficiencia renal y las enfermedades cardiovasculares.

* Los adultos mayores consideran que los centros de salud y hospitales no están bien equipados.


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