jueves, 19 de mayo de 2016

Los hijos son una bendición

La importancia de cultivar la sinceridad con los hijos y la importancia de darles siempre el trato más amoroso posible es crucial en el mundo de los resultados relacionales. Sí querido amigo, sí querida amiga, existen los resultados relacionales y los vamos viviendo y experimentando a diario y cuando, en algún momento de nuestra vida recibimos la grata sorpresa de que todo lo bueno que sembramos en los hijos se convirtió en un hijo- bendición o en una hija-bendición, quedamos en la actitud de agradecimiento al poder infinito, que siempre está obrando en su universo, lo admitamos o no.

Cuando las relaciones que tenemos con nuestros hijos no son las mejores y peor aún, cuando se portan como verdaderos tiranos con sus salidas o fiestas nocturnas, podemos siempre, en el marco de la paz interna y de la sinceridad personal, conversar con ellos para hacerles entender que esas conductas traen negatividad, inarmonía, descontento al resto de la familia.

Cuando esas conductas no se arreglan y cuando las personas persisten en esas actividades, la desdicha llega a la familia de una u otra manera, pues de los momentos de borrachera y de juerga irresponsable, no pueden salir relaciones felices ni decisiones correctas.

Las leyes de la vida no tienen nada que ver con la moda de los tiempos, lo correcto en los comportamientos y en las actitudes sigue siendo el mismo; lo incorrecto, por más justificativos que podamos ponerle, sigue siendo lo incorrecto.

La conducta beber cuando se vuelve habitual y cuando el autoanálisis de nuestra vida no se produce, simplemente vamos coqueteando con el peligro del alcoholismo y del fracaso personal y relacional y en este caso son las mujeres las que más tienen que perder.

Cada hijo en este mundo, tiene el deber de hacer un balance de su vida, un inventario de sus posesiones reales y un autoanálisis para saber dónde está parado, qué es lo que está haciendo con el hogar que le cobija y con las personas que le dan su amor y su apoyo y cuáles son sus metas escritas con toda sinceridad.

Si se hace este trabajo, aunque sea mal hecho o regularmente hecho, la persona que esté haciendo el papel de hijo o de hija, podrá darse cuenta de su verdadera realidad y en tiempo presente podrá tomar todas las decisiones necesarias para dejar de jugar “al irresponsable” o “a la irresponsable” y tomar la decisión de comportarse con el máximo de su inteligencia, con la luz adecuada de su conciencia y con el increíble poder de tomar decisiones correctas y razonables y quedar en el punto donde tendrá que elegir el bien o el mal, lo negativo o lo positivo de la vida.

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