miércoles, 18 de noviembre de 2015

Prevención y Consejos: Recomendaciones sencillas para que tu hijo no se estrese



La descarga biológica como reacción de defensa ante diversos problemas no es exclusiva de los adultos, pues los niños también son víctimas. La familia, la escuela, los amigos, la televisión y el internet son factores detonantes de este estado que ha existido desde siempre, pero que ahora lo podemos ver con mayor frecuencia e intensidad.


Preocupaciones
Ten cuidado de no compartir las preocupaciones familiares frente al pequeño. Cambios drásticos, como el deceso de un familiar, la noticia de una enfermedad grave, la separación de los padres, la exigencia de calificaciones altas, el hecho de querer definir el carácter de un infante, la violencia verbal o física, el alcoholismo y las drogas, etcétera, suelen ser las causas principales que pueden provocar un elevado índice de estrés.

La escuela
Allí se enfrentan a situaciones diferentes tanto en clase como en sus descansos: diferencias económicas y sociales, discriminación, abuso psicológico o físico de compañeros, burlas, críticas, fotografías que son exhibidas en clase, en las redes sociales y a las cuales se les agrega un mensaje dañino o llega a convertirse en un meme(se usa en internet para describir una idea, concepto, situación, expresión o pensamiento).
Incluso, la directora de la escuela, el personal administrativo o algún profesor, aunque no sea el titular de ese grupo, puede causar en el niño cierta presión por su altura, su imagen, su voz, su modo de vestir, su complexión, su rostro, hasta una simple risa puede llegar a impresionarlo.

Los amigos
Compañeros de batallas imaginarias, de travesuras graciosas, de mundos mágicos, de personajes e historias fantásticas, en ocasiones también llegan a convertirse en toda una pesadilla cuando esos pequeños proceden de una historia triste, dramática o violenta, lo cual puede ser una influencia negativa para nuestro hijo, o incluso ser víctima del bullying. Incluso la televisión y el Internet pueden erigirse como factores de presión cuando se les permite ver imágenes violentas o perturbadoras no propias para un pequeño.

1. Cuida lo que hablas
Debes ser muy cautelosa con los temas que tratas frente a tus hijos. Busca algún lugar para poder comentarlos con tu pareja, y muchas veces ni siquiera la misma casa es un lugar aconsejable, porque te puede escuchar o darse cuenta por tu rostro de que “algo” no está bien.

2. Ofrece explicaciones
Ante una mala noticia, algún problema o incluso hasta por tu visita al médico, busca el momento y lugar apropiados para explicarle el por qué suceden cosas no muy agradables o la importancia de la revisión médica. Háblale con sinceridad pero también trata de ser positiva.

3. Ajusta las expectativas
Ten cuidado de no exigirle más de su capacidad. Como padres de familia siempre idealizamos a nuestro hijo y queremos que sea el mejor en todo. Sin embargo, no siempre puede ser así, por lo que sí se vale que exijas, pero sin saturar y analizar sus alcances.

4. Indaga sobre escuela
Busca siempre un lugar y un momento en el cual puedas hacer que te platique sobre su estancia en la escuela. Te recomiendo que sea después de comer, cuando ya está más relajado y donde no tenga ningún distractor para que pueda darse una conversación tranquila. Interésate por todo lo que te platique para que te tenga confianza siempre.

5. Controla lo que ve
Con referencia a lo que es televisión e internet, trata de ver con él sus programas, e involúcrate en sus gustos. Trata de que analice contenidos para que elija él mismo sus programas.
No permitas que tu hijo desde temprana edad tenga conflictos emocionales que no le permitan vivir su infancia con la plenitud que debe vivirse, llena de mucho amor, imaginación, preparación y magia que solo en esos años se pueden vivir.

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