sábado, 24 de octubre de 2015

Enuresis ¿Otra vez se hizo pipí en la cama?

Mi hijo dejó los pañales a los dos años y tres meses. Sin embargo, una noche se hizo pis; no le di importancia pese a que tiene cuatro años, pero volvió a suceder. Entonces me pregunté: ¿será motivo para llevarlo al pediatra o al psicólogo?”, se pregunta una mamá.

El nombre médico que se da a la imposibilidad de controlar la orina es enuresis o micción nocturna y es común en los niños. Existen muchas causas para este problema, que se convierte en una disfunción cuando el pequeño ya controlaba sus esfínteres.

“La edad en la que el niño debería tener continencia total de la vejiga es a los cuatro años. Hasta esa edad se considera normal que el niño se haga pis en la cama. Pero, superado ese periodo puede haber inmadurez de la vejiga y hasta algunas malformaciones. También podría haber un déficit de la hormona antidiurética”, explica el urólogo y pediatra Ricardo Arteaga Michel.

“Hay que revisar si no se trata de una simple infección, lo que provoca una leve contracción de los esfínteres cuando duermen. Si no es nada físico, entonces hay que buscar el origen en lo emocional”, indica la psicopedagoga clínica Mónica Rossi.

Cuando los niños atraviesan un cambio drástico el hacerse pis en la cama es común, “puede ser al entrar al colegio o el cambio de domicilio, la muerte de un familiar muy cercano, el divorcio de los papás. Todos estos cambios son crisis para los niños y generan cambios en su comportamiento y hábitos.

“Si la enuresis nocturna es muy repetitiva no hay que descartar la posibilidad de que esté siendo víctima de algún tipo de violencia (física, psicológica o sexual), pero en estos casos no se da solo de noche”, alerta la psicóloga Pilar Manríquez.

Si el niño está experimentando un trance hay que decirle que la situación va a pasar y darle calma y seguridad. También deben ser partícipes en su higiene, tanto de su cuerpo como de su cama y alentarlo a evitar este problema, indica la psicopedagoga. Sin embargo, al sospechar una situación más complicada es fundamental conocer el motivo.

“Por lo general estas micciones no vienen solas, el niño deja de comer, o deja de hablar, lo cual es un indicador de que está atravesando un conflicto y que no lo va a decir abiertamente”, indica Manríquez, quien recomienda a los padres estar atentos para percibir estos factores e indagar, con comunicación asertiva y no así agresiva, qué está pasando con el pequeño.

Para solucionar este trastorno, Rossi aconseja que se visite a un terapeuta en el área de psicomotricidad y psicología para descubrir las causas desencadenantes.

También es importante modificar algunos hábitos, que el niño tome líquidos por lo menos dos horas antes de dormir. Que vaya al baño en periodos regulares y, en caso de presentar estreñimiento, empezar a corregir este mal, porque en muchos pacientes, el estreñimiento se presenta conjuntamente con la enuresis”, explica Arteaga.

Entre los análisis básicos para detectar esto se deben realizar ecografías de vejiga y riñones, examen general de orina y, de acuerdo con los resultados, se determinará si se requieren otros estudios.

Hábito

Haz que tu niño orine antes de ir a dormir. Así estará más tranquilo antes de acostarse.

Participación

El niño debe cambiarse su pijama y ayudar con las sábanas que ha mojado. Jamás como castigo, sino para que sea consciente del problema.

Alegría

Realiza un calendario en el que registres las noches secas y las húmedas, donde tu hijo vea sus logros.

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