jueves, 18 de junio de 2015

Cómo explicar a tus hijos los problemas económicos

Aprovecha este momento para impartir ciertos valores en tus hijos y hacerle partícipe dentro de la familia

Cuando nos encontramos en la circunstancia no deseada de perder el trabajo, bien sea uno de los progenitores o los dos, los hijos acaban notando esta circunstancia ya que muy probablemente se verán afectados directa o, en el mejor de los casos, indirectamente por esos problemas económicos familiares.

¿Qué debemos hacer? ¿Se lo comunicamos a nuestros hijos? ¿Cómo lo hacemos? Éstas son algunas de las preguntas a las que nos enfrentamos los padres cuando nos vemos en esta situación.

El punto de partida para tratar de resolver esta cuestión es la honestidad. Debemos ser honestos con nuestros hijos y una circunstancia como la planteada lo merece. En este caso es importante que sean conscientes y conozcan que la nueva situación va a entrañar algunos cambios en su vida y en la vida de la familia. El nivel de conocimiento y el grado de conciencia del mismo, así como las alternativas de respuesta, van a estar determinadas por la edad de los hijos.

En edades tempranas no se precisan grandes explicaciones ya que los niños no entenderían los mecanismos del dinero y los efectos negativos de carecer del mismo. Ello no significa que no vayan a percibir cambios en algunos de los comportamientos de los padres. Por tanto, primer consejo para los hijos mayores: tratar de que las circunstancias no alteren los aspectos fundamentales de su desarrollo biopsicosocial.

En hijos de edades pre-adolescentes y adolescentes, dado el mayor nivel de madurez, conviene informarles de la nueva situación desde la confianza y siempre a través del diálogo. Este proceso implica ir incorporando los detalles que precisen según su grado de inquietud. El planteamiento de los adultos debe evitar posturas victimistas y dramatismos con el fin de no agravar la situación familiar. Es el momento de que se tome conciencia de la importancia de saber posponer o renunciar a determinados deseos materiales.

En cualquiera de los casos no es necesario entrar en detalles sobre problemas económicos concretos, o si se tiene o no se tiene dinero para cuestiones específicas, sino aprovechar la coyuntura para involucrarles en los asuntos económicos familiares que ya pueden ser de su incumbencia. Precisamente esta información y este cambio de actitud puede servir de mecanismo para que sientan la familia como un equipo, y no como un ámbito de disputas y presiones y así, conjuntamente poder superar cualquier inconveniente que vaya surgiendo por la falta de dinero.

La educación de los hijos en las sociedades actuales se enfrenta con estos dilemas: se está socializado a los hijos en el consumo constante, inmediato e irresponsable a través de estrategias poderosas de publicidad y marketing que dificultan notablemente una educación en valores. Saber posponer, compartir, ponerse en el lugar del otro, gestionar las emociones... constituyen dimensiones y habilidades que los adolescentes deber ir aplicando a su vida cotidiana. El aspecto económico, en su vertiente problemática, es una cuestión que deben entender, conocer y manejar con solvencia.

Para ello debemos hacer hincapié en lo realmente importante de la vida: los afectos, las relaciones y hacerles ver que se puede programar su vida intentando sustituir lo material por alternativas que no supongan necesariamente gastar dinero, por ejemplo el cine puede cambiarse por otro tipo de actividades igualmente placenteras: pasear, andar en bicicleta, ir a la montaña... Otro tipo de posibilidades es buscar actividades gratuitas organizadas por los ONG´s, etc. Si lo pensamos bien, lo realmente importante y bueno en la vida ni se compra, ni se vende, ni cuesta dinero...

Otra cuestión importante para afrontar el problema es hacerles partícipes del ahorro doméstico, que se sientan parte de una familia, que en este momento tiene que afrontar una circunstancia difícil y que entre todos se logrará superar, nos sorprenderá ver la positiva reacción de los niños, cómo aprenden en valores y lo generosos que pueden llegar a ser. En un gran número de ocasiones, circunstancias negativas pueden suponer otras muy positivas, y este puede ser el caso... Educando en valores: “ser” en lugar de “tener”.

Es fundamental que los niños tengan claro que no son los culpables, los niños suelen ser egocéntricos y piensan que todo gira en torno a ellos, y que tampoco otros miembros de la familia lo son, es la circunstancia adversa, no las personas, además de tratarse siempre de una circunstancia temporal, nada definitivo, mientras se encuentra otro trabajo, o cambie la circunstancia que nos ha llevado a esta situación de dificultad económica. Intentar manejar la situación desde la armonía familiar, no olvidemos que los adultos somos el ejemplo directo y principal de nuestros hijos, la forma en que nosotros hagamos frente a esta situación será una lección y un ejemplo muy importante para ellos.

Por último, María Isabel Fernández, psicóloga clínica y máster en asesoramiento educativo familiar, nos presenta algunas razones por lo que es aconsejable comunicar los problemas económicos a los hijos:

1.- Se trata de una realidad que les afecta o les va a afectar.

2.- Es probable que en algún momento las relaciones se puedan volver tensas y es oportuno que conozcan el motivo por el cual es así.

3.- Será necesario readecuar el presupuesto y tendrán que cambiar el estilo de vida, conocerán el motivo y no dará lugar a falsas interpretaciones.

4.- Buen momento para involucrarles en el ahorro.

5.- La vida es una acumulación de buenos y malos momentos, cuanto primero sean conscientes de ello, primero aprendan a gestionarlos favorablemente en el presente y en su vida adulta.

6. Es una oportunidad para que se solidaricen con la familia y le muestren amor.

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