jueves, 5 de febrero de 2015

No dejes que tu hijo coma tierra

Los infantes que tienen entre 1 y 3 años suelen consumir tierra, ya que utilizan los sentidos del gusto y olfato para descubrir su entorno. Por lo tanto, es un comportamiento normal provocado por la alta curiosidad que presentan.

Sin embargo, la tierra comporta distintos riesgos porque puede estar contaminada por productos químicos, bacterias y parásitos, los cuales acarrean trastornos gastrointestinales como estreñimiento o diarrea, dolores abdominales, vómitos y pérdida del apetito. Se sugiere que los padres reduzcan los contaminantes en su jardín y alejen a los pequeños de los mismos. Si tu hijo expone alguna molestia después de haber ingerido tierra, debes acudir con urgencia a un médico para empezar un tratamiento y disminuir las eventuales complicaciones. Asimismo, es importante explicar a los menores que esta conducta puede ser nociva para ellos.

Usuales causantes análisis y cultivos

QUÍMICOS

Los suelos pueden contener diferentes químicos, particularmente si vives a proximidad de una gasolinera o industria. El plomo es una toxina poderosa que suele dañar el sistema nervioso de los infantes. Por otro lado, es posible encontrar arsénico en la tierra. Una exposición continua a esta sustancia incrementa los riesgos de cáncer de la piel, pulmón, vejiga, riñón e hígado. Los primeros síntomas de una intoxicación por químicos consisten en el insomnio, estreñimiento, pérdida del apetito, dolores abdominales y cefaleas. Toma en cuenta que puedes hallar otros componentes nocivos en la tierra según la zona donde vives.

Bacterias

La tierra es llena de bacterias. Algunas no son nocivas para los seres humanos, mientras que otras provocan infecciones. Debido a que el sistema inmunitario de los niños es débil, son más propicios a enfermarse. De esta manera, si observas algunos síntomas como vómitos, náuseas, fiebre, dolores abdominales y diarrea, no dudes en consultar a un médico.

Nematodos

Son gusanos redondos que atacan las larvas de insectos y protegen los suelos de los agricultores. Sin embargo, sus huevos pueden ser ingeridos por los niños cuando comen tierra, los cuales no son destruidos por el ácido gástrico de los pequeños y se desarrollan en el intestino. Pueden provocar diferentes enfermedades como la anisakiasis, anquilostomiasis, ascariasis, dracunculiasis, enterobiasis, entre otras. Las principales manifestaciones clínicas de estas afecciones consisten en dolores abdominales agudos, náuseas, vómitos, fiebre y diarrea.

Laboratorio

Los diferentes contaminantes que se encuentran en la tierra (químicos, bacterias y nematodos) provocan infecciones que tienen síntomas parecidos. Por lo tanto, es fundamental acudir a un médico y que el niño se realice exámenes de laboratorio. Generalmente, se efectúan cultivos de sangre, heces y orina. Éstos permiten determinar la fuente de contaminación exacta y proponer un tratamiento adaptado para acelerar la curación del infante. En algunos casos, es necesario administrar antibióticos.


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