viernes, 20 de febrero de 2015

Mi hijo no quiere comer



¡No me gusta!, ¡está feo! Este tipo de expresiones suelen ser muy usadas por tus hijos a la hora de comer, sin contar con que algunos hacen berrinches con tal de no llevarse nada a la boca. Primero debes armarte de paciencia, sin dejar de lado la rigurosidad, y segundo, averiguar el porqué del rechazo a alimentarse.

Los niños pueden perder el apetito por distintas razones. Algo muy común es que una enfermedad o una molestia física disminuyan sus ganas de comer, por tanto lo recomendable es llevar a tu hijo a un especialista (puede ser el pediatra) para que lo evalúe y te dé un diagnóstico.

Pero hay factores de orden social, asociados a costumbres y malos hábitos, que también pueden afectarle. La psicóloga Pilar Manríquez advierte que a veces ocurre que los padres dan raciones de comida muy abundantes a los niños —más de la que necesita para su edad— y los presionan para que la terminen. Esto, añade, crea un ambiente tenso en el que la madre grita y se enoja generando angustia en el niño. De allí que se relacione la hora de comer con una especie de ataque.

Asimismo, Manríquez hace énfasis en la importancia de generar hábitos. “De pronto queremos que coman cuando ni siquiera nosotros tenemos reglas ni horarios para la comida. Es importante fijar estos parámetros y ver que se cumplan. Jamás se debe generar tensión en la mesa ya que ésta puede derivar en un trastorno alimenticio o en aversión por la comida, tanto en niños como en adolescentes. Comer juntos tiene que ser un momento armonioso”. La especialista recomienda integrar a los niños en la elección del menú y la preparación de los alimentos, cuidando siempre los nutrientes.

La nutricionista Mónica Barreda incide en la importancia de crear el hábito de las cuatro comidas (desayuno, almuerzo, té y cena), y en el caso de que el niño no quiera comer se debe añadir meriendas adicionales (una en la mañana y otra por la tarde) para fraccionar la cantidad de nutrientes que deben recibir.

“Se deben hacer preparaciones apetecibles, coloridas y divertidas, ya que a todos la comida nos entra primero por los ojos, si ésta se ve desagradable no vamos a querer comerla” afirma y agrega que es vital probar con sabores intensos que despierten su apetito. Lo que no está permitido es la comida chatarra porque es muy dañina y siempre se impone a lo nutritivo.

Forma

Dispón los alimentos en el plato armando figuras, compra recipientes con dibujos en el fondo e invita a tu hijo a descubrirlas.

Gustos

Prueba mezclar varios tipos de verduras y frutas picadas y así lo sacarás de la rutina e irás conociendo sus gustos culinarios.

Cansancio

Evita que el niño llegue a la hora de cenar con cansancio y sueño, ya que este factor suele interferir en su apetito.

Fuente: Pilar Manríquez (psicóloga) joapilar@hotmail.com / 73262228; Mónica Barreda (nutricionista) 70188894 / Av. 6 de Agosto edif. Los Jardines, piso 2, of. C. Fotos: http://4.bp.blogssAAAAAAsads/2014/11/image250.jpg.


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