martes, 16 de septiembre de 2014

La felicidad de los recién casados se agota a los dos años, según experta

Las personas felices son más creativas, ricas y sanas que las que no lo son, pero la felicidad por acontecimientos como contraer matrimonio o recibir un aumento salarial tiene fecha de caducidad, máximo dos años, aseguró en Buenos Aires la psicóloga social Sonja Lyubomirsky.

Según Lyubomirsky, los seres humanos tenemos una gran capacidad de "adaptación hedonista", que consiste en acostumbrarse a todo lo positivo que nos ocurre.

"La felicidad provocada por estos eventos suele expandirse por algún tiempo, la ciencia calcula un máximo de dos años, después la felicidad disminuye y se tiene que buscar otro estímulo que vuelva a dispararla", afirmó durante el Simposio Vida Activa y Saludable de la Serie Científica Latinoamericana.

Esa adaptación permite explicar también, según Lyubomirsky, los resultados de un estudio que reveló que las personas que expresan agradecimiento una vez a la semana son más felices que las que dan las gracias frecuentemente.

"Cuando se agradece tantas veces a la semana parece que se vuelve un hábito y entonces ya no te sientes tan feliz", dijo la experta.

Lyubomirsky, autora de los libros "La ciencia de la felicidad" y "Los mitos de la felicidad" interrogó al auditorio: "¿Cuántos de nosotros no quisiéramos ser más felices? Ser feliz es algo así como un deseo universal".

La especialista, que se desempeña como profesora de Psicología en la Universidad de California, defendió que la felicidad tiene grandes beneficios para la salud, entre ellos la mejora del sistema inmunológico y una mayor resistencia hacia el estrés y el trauma.

"Las personas más felices tienen menos riesgos de padecer ataques cardiovasculares o infartos, además de tener menos posibilidades de morir de distintas causas que van desde lo orgánico hasta accidentes de autos", agregó.

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