miércoles, 20 de agosto de 2014

¿Premiar? motivalos  pero con cierta medida

Le regalás Bs 100 si traigo buenas notas este bimestre? Esta pregunta no es tan desconocida para muchos padres.

Ahora los hijos a cualquier edad ‘negocian’ con el objetivo de conseguir algún premio material a cambio de mostrar una libreta ‘bonita’.

“Si bien es su obligación, siempre es bueno que sepan que reconocemos el trabajo y sacrificio que hacen”, comenta la comunicadora Arminda Dávalos, mientras que la pastelera Fátima Füchtner cree que es parte de sus responsabilidades estudiar y responder positivamente.

Saber qué dar
La sicóloga y terapeuta familiar Rosa Lenny Caballero explica que si bien existen varias teorías sobre la premiación a los hijos, hace notar a los padres que la motivación es clave para el desarrollo en el niño.

“No siempre el premio tiene que ser palpable o económico porque cuando no se llega al objetivo existe un doble castigo, el de la escuela y el no recibirlo”, explica la sicóloga.

Si bien la motivación debe ser acorde a la edad y a la necesidad del infante, hay valores como el amor, el tiempo o la relación padre-hijo que son importantes a la hora de estimularlos.

Si es un padre o madre que trabaja todo el día, Caballero aconseja que se le diga al niño que si obtiene buenas calificaciones o cumple con ciertas tareas asignadas en el hogar, él o ella lo llevará a pasear al parque y tomarán un helado allí. “Tiene que ser algo afectivo, que no genere una mentalidad materialista”.

La sicóloga y consultora de Unicef Bolivia, Marisol Echalar, explicó que no existe premio alguno que alcance, así sea material o afectivo, habrá siempre un quiero más sin límites.

“A veces entendemos el amor a nuestros hijos como un dar y dar, este es un amor que hace daño tanto al bondadoso que otorga como al niño que recibe”, dice.

No hay que comprarlos

“Si damos dinero como premio, es como si estuviéramos comprando la nota, eso no se debe hacer”, aconseja la pedagoga Jackeline Lara.

La también docente, explica que en el aula el maestro realiza manifestaciones de motivación, pero es a través del reconocimiento del esfuerzo de los alumnos. “Aplaudimos y nombramos los mejores trabajos de las tareas”, cuenta.

Esta situación se presenta sobre todo cuando algún estudiante ha atravesado por problemas de aprendizaje y cuando logra superarlos, la mejor manera para el educador de seguir estimulándolo, es a través del reconocimiento del esfuerzo.

“Los padres se preocupan o están pendientes solo en la edad pre escolar y en la primaria. Llega la secundaria y los dejan solos”, cuenta la pedagoga.

Para esta etapa, recomienda que como el joven ya tiene, en teoría, un hábito de estudio, solo se le haga un seguimiento mediante las calificaciones que son dadas mensualmente, además de no dejar de revisar o preguntar siempre por las tareas.

No es obligación premiarlos
Muchas veces lo que nuestro hijo necesita tan solo es una palmada. Este tipo de reconocimiento, el emocional, es el que generará confianza en ellos.

Las especialistas concuerdan que el reconocimiento no debe ser continuo, sino por cada meta lograda, ya sea bimestral o anual. “A veces también se puede generar competencia insana entre los hijos o entre los compañeros, solo ganar por ganar y no por aprender”, dice Lara.
Nunca olvidés que el mejor estímulo para tu hijo es el que vos como madre podés darle con tan solo un abrazo, y no pensar en que lo material lo hará mejor persona en un futuro

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