viernes, 11 de abril de 2014

Mejora la relación con tus padres

La relación que tenemos con nuestros padres muchas veces puede resultar desastrosa. Por eso, es importante saber cómo estamos actuando y qué debemos hacer para controlar y mejorar nuestra relación con ellos.

Dos profesionales en psicología, Pilar Gamboa (Máster en Neuropsicología y programación neurolingüística) y Gabriela Chacón (Máster en Psicoterapia Humanista), aportan con información necesaria desde una visión profesional. Es bueno saber qué nos depara esta etapa llamada adolescencia y cómo debemos tener control sobre ella en cuanto a la relación con nuestros padres.

Nadie me entiende

La frase “nadie me entiende”, es una de las más usadas cuando estamos en una etapa de crisis en la que ni nosotros nos entendemos. Esa etapa se llama adolescencia y es una etapa que tiene muchas características con las que muchos nos sentiremos identificados.

La adolescencia empieza cuando dejamos de ser niños y vamos camino a ser adultos. Esa etapa nos denomina “jóvenes que no son niños, ni adultos”. Entrar a esta fase no es nada fácil, ya que empezamos a ver la realidad desde un punto más crítico.

Queremos saber quiénes somos y qué vamos a hacer con nuestras vidas y es por eso que pretendemos experimentar lo que nos aconsejan o también lo que nos prohíben.

Gamboa, comenta que la adolescencia es una etapa donde se busca la identidad y el lugar de igualdad con los compañeros. Los padres frecuentemente relacionan sus experiencias negativas con las que nosotros podemos pasar, esta etapa deber ser tratada con más amor y menos temor.

Esta fase puede no ser dificultosa para todos, las personas que tienen una familia comprensible, que escuchen y brinden afecto, hacen que esta etapa pase como si nada. “La rebeldía es un estado que en realidad hace que el adolescente vaya formando su identidad para que en un futuro tenga iniciativa propia y empiece a tener control sobre sí mismo”, afirma Gamboa.

¿Qué tipo de padres tengo?

Por otro lado, los papás pueden ser muy incomprensibles en este periodo. Esto puede generar que nos volvamos más rebeldes y sintamos que nadie nos entiende.

Chacón, expresa: “podemos diferenciar los distintos tipos de padres que pueden existir, según su actitud ante distintos aspectos de la educación de los hijos y de la relación que tienen con ellos”. A partir de esta afirmación clasifica los tipos de padres de la siguiente forma:

• Controladores: Hay padres que quieren controlar todo lo que hacen los hijos e influir constantemente en el comportamiento, sin ofrecerles ninguna capacidad de realizar sus actividades solos. En el otro extremo de este tipo de padres, están los que no controlan lo que hacen sus hijos y no les interesa si están bien o mal.

• Comunicativos: Hay padres que hablan a menudo con sus hijos, dan explicaciones del porqué de los castigos, escuchan y piden opinión a sus hijos. Por otro lado, también hay padres poco comunicativos, raramente piden su opinión y tampoco dan explicaciones sobre su comportamiento con ellos.

• Exigentes: Existen padres que exigen a sus hijos en cuestión de formación y educación, entre otros aspectos. Por otro lado, hay padres que no exigen nada y no ponen retos a sus hijos para que se superen en un futuro.

• Cariñosos: Padres que expresan cariño, amor hacia sus hijos. El otro extremo son padres fríos que no expresan sentimientos de cariño.

Chacón comenta también que los padres ideales son los denominados democráticos. Estos son comunicativos, cariñosos, pero a la vez nos ponen límites y enseñan responsabilidad.

El comportamiento adecuado

Nuestro comportamiento con los padres se basa en cómo ellos son con nosotros. Gamboa expresa que no existe un modelo de comportamiento adecuado. Nosotros nos comportamos de acuerdo a lo que aprendimos de nuestros padres. Las conductas que tenemos son las que aprendemos en casa o son conductas que se rebelan contra las actitudes negativas de nuestros padres.

También expresa que si hay comprensión por parte de los padres, las crisis que tengamos serán manejadas fácilmente y éstas podrán ser lecciones para que nosotros podamos actuar con una madurez sana y equilibrada.

El comportamiento que tenemos es un reflejo de la educación y trato que nos brindan nuestros padres. Pero, no por tener padres fríos, nada exigentes y cero comunicativos, podemos comportarnos como queramos. Lo ideal es mantener un equilibrio, buscar una solución adecuada que nos ayude a crecer como personas y no desviarnos por caminos que nos perjudiquen en un futuro.

”Tips“ para mejorar la relación con los padres

Aunque parezca complicado, tratar de llevar una relación equilibrada con nuestros padres nos ayudará a quitarnos un gran peso de encima. La búsqueda de una buena solución puede hacer mucho, aquí Chacón nos aconseja lo siguiente:

• Obedecer la regla: “todo lo que se dice se cumple”.

• Ponernos en el lugar del otro.

• Escuchar con atención e interés.

• Crear un clima emocional que facilite la comunicación.

• Expresarse de una forma clara.

• Pedir consejos y opiniones de los demás.

• Expresar y compartir sentimientos.

• Ser claros a la hora de pedir algo.

Nunca está mal acercarnos a nuestros padres y pedirles un poco de su tiempo. Esto es importante para mejorar la relación, hablar sobre temas que nos molesta e impiden que sigamos adelante. Ellos tendrán algo qué decirnos y si no nos escuchan, otra forma factible de buscar una salida es contactar a alguien de mucha confianza que nos escuche y nos aconseje.

Los consejos positivos nunca están demás, nos sirven para resolver problemas. Los consejos negativos lo único que pueden ocasionar son más conflictos y nunca llegar a lo que planeamos.



Consejos útiles para los papás

Si bien nosotros tenemos que poner nuestra parte para obtener una mejor relación con nuestros padres, también ellos deben ayudar a que esto se pueda lograr. La meta será realizada si padres e hijos trabajamos ciertas actitudes.

Gamboa afirma en cuanto a los padres: “Es importante no descuidar la relación que se tiene y si no es una relación adecuada es importante hacer todo lo necesario para mejorarla. Es posible caer en el error de creer que como ya crecieron físicamente, ya no necesitan de los papás”. La etapa de la adolescencia es bastante importante, los hijos necesitan alguien que los guíe, es importante el cariño, afecto, diálogo y comprensión. Estás actitudes ayudarán a que los hijos no tomen caminos como agruparse en pandillas, malas amistades o inclinarse a adicciones.

Por otra parte, Chacón expresa que los padres no deben:

• Criticar demasiado y enfocarse en lo negativo que tienen los hijos.

• Decidir sobre algo y terminar haciendo lo contrario.

• Cambiar constantemente las reglas que se deben cumplir.

• Ignorar los comportamientos que observa en sus hijos, que no le interese si están bien o mal.

• Insultar, decir que no siente afecto por su hijo. Un “no te quiero” puede provocar muchas heridas sentimentales.

Ambas profesionales aconsejan que tanto los padres como los hijos deben iniciar el cambio de una manera adecuada. Con una gran comunicación, mucho cariño, afecto y educación se logrará romper una mala relación y se enfrentará la etapa difícil de la adolescencia que tanto afecta y que de alguna manera preocupa a los padres.

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