domingo, 23 de marzo de 2014

Educación familiar Fortalecer la autoestima en los adolescentes

Las amistades y la familia pueden ayudar a la adolescente a pensar y confrontar sus ideas sobre el entorno. Todo esto puede estimular el proceso de desarrollo de la identidad y contribuir a que exprese sus propias ideas, crezca y sea ella misma.

Además, la joven suele aprovechar la autonomía para elegir a sus amigos y a las personas con las que quiere relacionarse. Hasta ese momento, todo le había sido impuesto: la familia, los compañeros de la escuela, etc.

LA IMPORTANCIA

DE LA CONVERSACIÓN

La palabra es el modo de relacionarnos y la conversación es la manera de intercambiar opiniones con las otras personas para enriquecernos. En muchas familias, la adolescente no dispone de mucha credibilidad para sus padres. Además, se conversa poco y solo se utiliza el lenguaje como herramienta para imponer, ordenar, castigar y corregir actitudes.

INTRODUCCIÓN A LA CONFIANZA

La confianza debe ser recíproca y nunca se consigue por una orden. Es preciso saber respetar algunos silencios y quizá lo más difícil consista en saber escuchar y quedar disponible, saber dar el tiempo necesario, o estar atento en los momentos espontáneos en que la joven quiera hablar, preguntar, contrastar o, simplemente, dar su opinión.

FORTALECER LA AUTOESTIMA

El afecto es una necesidad básica para el desarrollo físico, psicológico y social de las adolescentes. Las manifestaciones de afecto pueden fortalecer la autoestima en un período de dudas, cambios e inseguridades. Por tanto, son de gran importancia los detalles, los gestos, las caricias, el contacto físico, el diálogo y la comunicación no verbal.

EL ENTORNO

En situaciones de cambios y dudas, el entorno debería favorecer el diálogo. Las relaciones interpersonales que establezcan las chicas pueden realzar su singularidad y autonomía, y ofrecer un espacio de entendimiento y crecimiento personal. Para ello es necesario que tanto el entorno familiar como el social sean favorables a la afectividad. Esto se consigue demostrando interés por las inquietudes y las actividades de la joven y estableciendo relaciones basadas en el respeto y la confianza.

La adolescente busca en sus amigas un espejo en el cual afirmar su propia identidad y su imagen, pero también busca un espacio y una tribuna donde expresarse y liberar sus tensiones emocionales.

El ámbito familiar puede contribuir a evitar las conductas de riesgo, favorecer el proceso de socialización y desarrollar la autoestima y autonomía de las jóvenes. De modo que resultan de especial importancia los vínculos y los lazos sociales. Es fundamental aprender a dar y a recibir expresiones de afecto para poder evitar los prejuicios y temores a la vez que potenciar una buena comunicación afectiva.

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