jueves, 27 de marzo de 2014

Cuando la maternidad tarda en llegar

Las mujeres hoy no solo buscamos ser madres, buscamos el éxito profesional y la realización personal, lo que retrasa la edad media en la que intentamos convertirnos en madres. Mientras nuestras abuelas tenían cuatro hijos a los 30 años, hoy muchas estamos solteras o recién nos casamos a esa edad.

¿Es esta la razón detrás de la infertilidad en la actualidad? “La edad de máxima reproducción para la mujer es de los 20 a los 25 años, luego empiezan a caer esas posibilidades de embarazo; la caída más potente es a partir de los 35 años y cae bruscamente a partir de los 40 años”, afirma la doctora Elena Carrillo de Albornoz, jefa de Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Ruber Internacional, a la agencia EFE.

“La infertilidad es un problema de edad ya que con los años la calidad del óvulo disminuye la probabilidad de embarazarse.

Antes, las mujeres se casaban a los 15 años y se embarazaban a los 19. Hoy, las parejas se casan en la década de los treinta y tienen hijos más tarde, por lo que es más difícil concebir”, explica el Dr. Carlos Füchtner Soruco, uno de los primeros especialistas en Reproducción Asistida en Latinoamérica.

Después de los 40 años la probabilidad de quedar embarazada mediante FIV son de entre 6% y 10%. El número desciende con cada intento fallido.

La infertilidad

“Por definición médica, es infértil la pareja que lleva un año teniendo una vida sexual activa y normal, y no consigue el embarazo”, dice Füchtner.

Dichas causas de infertilidad (muy aparte de la edad) son múltiples dado que existen condiciones patológicas que alteran la función reproductiva en la mujer y el hombre. “En el caso de la mujer, los problemas de infertilidad se deben a problemas en las trompas o por la baja producción de ovocitos; en el caso del hombre, se da por trastornos en la producción de espermatozoides o por obstrucciones anatómicas. Si el problema se da en pareja puede ser por problemas inmunológicos o por causa desconocida”, explica el experto.

Usando la ciencia para ser mamá

Después de inyecciones, histeroscopias, senos hinchados, repentinos cambios de humor, (por la sobre estimulación ovárica) un sin fin de tests de embarazo en la basura, esperanzas y desilusiones… muchas mujeres consiguen lo que tanto han estado buscando: un bebé. Pero la travesía no es fácil, es un camino largo, emocioal y costoso.

“Me hicieron varias estimulaciones ováricas, inseminación artificial, un par de extracciones de óvulos, varias transferencias de embriones y un sin fin de exámenes más. Estuve en esto durante años”, cuenta una entrevistada anónima a M.

“Las técnicas de fertilización asistida se pueden dividir en tres grandes grupos; la fecundación in vitro; la Micro Inyección de Esperma -conocida como ICSI- que consiste en colocar el espermatozoides directamente al citoplasma; y las transferencias de embriones congelados”, afirma Füchtner.

Inseminación artificial. La inseminación consiste en preparar la muestra de semen y en consulta introducirla dentro del útero de la mujer. Para ello necesitamos una muestra de semen apta para la inseminación y que las trompas estén permeables porque es allí donde se va a unir ese óvulo con el espermatozoide.

La tasa de embarazo es del 15% y se hace un máximo de dos o tres ciclos de inseminación. Si no se consigue el embarazo, la posibilidad de lograrlo con ciclos adicionales es menor, por lo que se recomienda acudir a otras técnicas de reproducción asistida, como la fecundación In Vitro.

Fecundación In Vitro. El otro gran grupo representa el 75 – 80% de las técnicas de reproducción asistida: La fecundación in vitro consiste en estimular la ovulación de la mujer para tener más de un folículo. Cuando éstos tienen el tamaño adecuado, se los extrae por vía vaginal y de ellos extraemos el líquido folicular.

De dicho líquido, las biólogas seleccionan los óvulos y los clasifican. Se le pide al hombre la muestra de semen o el semen de donante y en el laboratorio se une los óvulos con los espermatozoides, así se consiguen embriones: al tercer o quinto día se pasa esos embriones al interior del útero.

La tasa de embarazo depende de la edad, pero la media es de 52%, explica la Dra. Albornoz a EFE.

“El otro gran proceso es el de la donación de óvulos. Se hace también por fecundación in vitro lo que ocurre es que los óvulos son de una donante joven menor de 35 años, normalmente son menores de 30 y la tasa de embarazo es del 63%”, informa la experta.

ICSI. La Microinyección Intracitoplásmica de Espermatozoides es similar a la fecundación In Vitro convencional, pero más compleja. La diferencia radica en que la inseminación de los ovocitos se realiza mediante la introducción, de manera artificial y con un micromanipulador, de un espermatozoide en cada uno de los óvulos maduros obtenidos. Por ello, se han implementado modificaciones en el procedimiento de la ICSI y hoy existe la súper ICSI, “Inyección intracitoplasmática de espermatozoides morfológicamente seleccionados”. /

Para muchas mujeres tener un bebé no es tan fácil como creían. La ciencia hoy nos ayuda a convertirnos en mamás, el deseo de muchas mujeres, aunque muchas veces uno postergado. Te damos una guía a la fertilidad femenina y a las técnicas de reproducción asistida que nos acercan cada vez más a cumplir el sueño de la maternidad.



Un camino largo y emocional

“Me embaracé de manera natural, pero lo perdí y luego de eso no pude volver a embarazarme”, cuenta la entrevistada. “Ya son dos años que estoy intentando tener bebé con técnicas de reproducción asistida… y nada. Esperaré un tiempito más antes de volver a intentarlo. Estoy segura que seré mamá. Aunque hay días positivos y otros negativos nunca pierdo la esperanza de tener mi bebé. Tengo un maravilloso esposo a mi lado y él es el mejor apoyo”, asegura la entrevistada.

Por otro lado, otra encuestada que tuvo mellizas gracias a los tratamientos de reproducción asistida asegura que, luego de siete años intentando embarazarse con varios tratamientos (su infertilidad era por causa desconocida), dio luz a sus bellas mellizas. “Nunca perdí la esperanza, hubo momentos difíciles, pero hay que seguir intentándolo. Yo sabía que sería mamá, solo era cuestión de tiempo y mucha fortaleza y fe algo que toda mujer tiene cuando quiere ser mamá”.

Para Mariel, que tuvo su primer bebé fue con FIV, concibió su segundo bebé de manera natural.

“Pensé que solo tendría un bebé, pues el primero fue muy difícil. Pero no fue así, mi siguiente embarazo fue natural, inesperado (al poco tiempo del primero) y nada problemático”, cuenta Mariel.

Y esta situación más común de lo que crees. Un estudio francés, publicado en Fertility and Sterility, analizó la posibilidad de un embarazo natural luego de uno con reproducción asistida, y concluyó que 17% de las mujeres que tuvieron un bebé con FIV se embarazaron en los siguientes seis años de manera natural. Entre las parejas con una FIV fallida, la posibilidad de embarazo era incluso más alta: 24% de las mujeres se embarazó naturalmente luego del tratamiento.

Asimismo, un estudio alemán encontró que 20% de las parejas que concibieron un hijo por ICSI y que luego trataron de embarazarse naturalmente, tuvieron éxito.



QUICKIE

Un estudio de la Universidad de Harvard reveló un vinculo entre la disminución de la ansiedad y mejores posibilidades de embarazo entre mujeres que intentaban concebir con tratamiento.

En ciclos donde se transfieren dos embriones, la probabilidad de un embarazo gemelar es de 6%; si se transfieren tres embriones la probabilidad de un embarazo gemelar es del 12% y de un embarazo triple es del 3%.

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