miércoles, 4 de diciembre de 2013

El sexo en exceso puede causar saturación, mejor evitá una ‘sobredosis’

Tema. Nadie duda que el aspecto sexual es fundamental en la vida, dicen los sexólogos, pero cuando se sale de los marcos normales trae riesgos físicos y mentales que se pueden evitar

ualquier cosa hecha en exceso puede causar saturación y el sexo, por más bueno que sea, no es la excepción, es uno de los consejos que suele dar la sexóloga clínica puertorriqueña Alessandra Rampolla, que aborda el tema en su libro Sexo... ¡¿y ahora qué hago?!

La sexóloga cruceña Liliana Rossy Zabala destaca que el sexo es bueno para la salud, tanto física como mentalmente, y que de eso no hay ninguna duda. Pero como casi todo en la vida, si se lo practica en exceso puede tener consecuencias negativas.

Pero en el criterio de 10 jóvenes, chicos y chicas, consultados por PARA ELLAS, carece de asidero eso de que el sexo en sobredosis es dañino, pues en general se dice que es bueno para la salud. En síntesis, no creen que sea así.

En torno a este particular, Rampolla dice: “Te hago un cuento: como parte de mis estudios en Sexología tuve que mirar y revisar alrededor de 200 horas de material pornográfico en video. De más está decirte que al finalizar el trabajo, las escenas eróticas que alguna vez pudieron causarme gran placer ya no me hacían ni fu ni fa. Para mí fue una absoluta saturación de estímulo visual erótico y estuve como dos años sin poder mirar una película porno por placer. Por fortuna, no me duró toda la vida. En temas de sexualidad, generalmente funciona así. Tras una fuerte saturación o sobredosis de práctica, estímulo o exposición, algunas personas le pierden interés. Para algunos, por ejemplo, tener relaciones sexuales muy frecuentemente podría resultar en una saturación del sexo en pareja (y ni hablar de la monotonía de caer en la rutina), y tras periodos muy activos, tienen otros de mucho menos actividad. En esos casos, es prudente dar un tiempo y espacio para luego exponerse nuevamente desde otra perspectiva a manejar la sexualidad. Pero para evitar que eso suceda de entrada, lo mejor es, sencillamente, mantener un buen balance dentro de lo que es normal para cada uno de nosotros”.



Como para no creer

Algo más grave parece la relación que se hace en un artículo publicado en British Journal of Urology (BJU) International, entre la elevada actividad sexual en los varones de entre 20 y 40 años y el cáncer de próstata. Estos datos se los encuentran en http:///www.critica.com.pa/notas/

El informe revela que los investigadores de la Universidad de Nottingham realizaron un estudio en 800 hombres y establecieron que el 59% que padecía la enfermedad se había masturbado o había mantenido relaciones sexuales varias veces al día desde los 20 años hasta los 30.

Otras teorías dicen que el exceso de relaciones sexuales puede hacer que las erecciones pierdan firmeza o que acabe con la reserva seminal (y el hombre solo eyacule líquido prostático). Asimismo, también existe la creencia de que las mujeres pueden sufrir irritación vaginal o falta de lubricación derivada del exceso de sexo, sin embargo, estas teorías aún no han sido comprobadas científicamente, añade el informe.



Se pierde el encanto

Mucho sexo, dice Liliana Zabala, puede ser perjudicial tanto para la salud física en los genitales y sus implicancias como también en la salud mental, ya que puede convertirse en una adicción que repercute en la relación de pareja, lo cual se vuelve una monotonía y por puro placer genital.

“Aunque muchos no lo crean, la sobredosis de sexo y amor pueden hacer que la relación de pareja acabe en una rutina aburrida y tediosa, puede perderse el encanto de la atracción donde nadie extraña a nadie. ¿Saben por qué? Porque como toda acción de las personas, igual la relación de pareja necesita una válvula de escape, un alto, un respiro para darnos cuenta de que nos extrañamos”, agrega.



Algo anda mal

La sexóloga cruceña Carolina Rivero dice que cuando se cae en ‘sobredosis’, eso es una evidencia de que algo ha salido fuera de control y que se debe analizar la situación.

“Acá tenemos el primer síntoma de que algo no funciona bien: la expectativa sexual de la persona no se llena, es alguien que no se siente conforme con su sexualidad. Entonces, busca maneras de aumentar su placer, pero como lo que procuras ‘no tiene profundidad’, no tiene ‘alma’, no llegará a la mayor satisfacción salvo como dice Erich Fromm, en un "sentido orgiástico y transitorio". Entonces entra en un círculo vicioso, cada vez quiere más, pero rápidamente entra en un estado de ‘tolerancia’, tiene la sensación de que "siempre falta algo".



¿Cuándo se da?

Cuando la persona utiliza el sexo únicamente como fuente de placer, pero de un placer egoísta, no compartido. Cuando el sexo es la válvula de escape de los problemas emocionales que no se los sabe manejar.



¿Qué hacer?

Lo mismo que cuando se ha entrado en adicciones, dice Carolina Rivero, o sea, buscar las verdaderas respuestas que llenen ese vacío que se siente y que se trata de llenar solo con el sexo.

“El problema es que el primer paso es el más complicado: darse cuenta de que se ha entrado en una vorágine insaciable para poder buscar las respuestas correctas. La sexualidad debe ser humanizante y plena, no lo contrario. Las respuestas están en lo más profundo de nosotros mismos, no hay que buscar en tips baratos de ‘performance sexual’ que solo empeoraran la situación

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