miércoles, 9 de octubre de 2013

El sexo casual ya no es tabú en Tarija

Cada vez existen más testimonios de mujeres y hombres que asumen su vida sexual libremente alejándose de compromisos formales, el matrimonio hoy en día es una cuestión de decisión más que una condición para llegar al fin único del sexo.

El recato, las buenas costumbres y el apego a la reputación reprimiéndose a la tentación de la carne pasó a ser sólo un antecedente de costumbres conservadoras ya que ahora vivimos en un tiempo de consumismo y derroche que bien puede hacer descartable un electrodoméstico como una relación de amistad o de pareja.
Al menos así se resume el pensamiento de una gran mayoría de personas que aseguran que hace 40 años en Tarija se vivían tiempos mejores, donde se tenía más en claro la diferencia entre lo bueno y lo malo y se separaba la rectitud del libertinaje.
La modernidad y la sociedad globalizada son algunas explicaciones, pero la que más subraya el motivo es que las mujeres dejaron de ser recatadas para imitar el comportamiento relajado de los hombres.
Aún así llama la atención el comentario de un grupo de señoras de la tercera edad que aseguran que en estos tiempos también se redujo significativamente la cantidad de “locas” refiriéndose a las de atar y no a las de alegre vida, ya que según comentan antes muchas mujeres se desquiciaban por seguir esas estrictas normas de rectitud moral, eran tildadas de locas por no conocer hombre y recluidas en sus hogares o llevadas al manicomio en la ciudad de Sucre.
Lo cierto es que en estos tiempos las relaciones casuales y el convenio de “amigos con derecho” es algo más frecuente; sin embargo aún cuando la sociedad parece haberse apegado a un estilo de vida más moderno la soledad se mantiene como un gran problema, más aún cuando el ejercicio libre del comportamiento sexual recae en un relajamiento que dificulta el enamorarse y encontrar a esa “media naranja” que para muchos sigue perdida.

Combatiendo la soledad
La soledad no es un estilo de vida que se desee mantener por mucho tiempo, en algún momento surge la tendencia de establecerse, formar un hogar, tener hijos y construir una vida en común. Este anhelo no distingue hombres de mujeres, pues todos, aún aquellos que se apeguen a su estilo de vida sin compromiso, al final del trayecto esperan ese final feliz de enamoramiento.
Pero el relajarse demasiado compromete más la posibilidad de esa conclusión de cuento de hadas y cuando los años pasan las exigencias parecen disminuir, así le sucedió a Lorena, de 41 años, que se siente sola pues no encuentra esa pareja adecuada y siente que el tren se le pasa dejándola sola en la estación.
En su desesperación recurrió a las relaciones casuales esperando, en algún momento ser reconocida por la persona adecuada, mientras busca refugio en diferentes brazos, sin discriminar elecciones, con el fin único de hacerle un amague a los solitarios días que la atormentan.
Este fenómeno aparentemente es muy frecuente, según asegura la psicóloga, Katia Oporto Navajas, este tipo de relaciones que motiva la soledad hacen que la persona pretenda alcanzar una compañía a toda costa con la necesidad de un instante de compensación a través del placer.
Combatir la soledad y el vacío de no tener alguien con quien compartir sentimientos constructivos de amor mutuo, hace que se recurra al método de complacer con el sexo, pensando de manera inconsciente que de esta forma se podrá retener a esa pareja por más tiempo.
“Uno de los rasgos importantes de estas personas es la impulsividad ya que no pueden frenar sus deseos, tampoco hay una clara imagen de lo que desean y por ello pueden tener relaciones con todo tipo de personas”, aclara la entendida.

Consecuencias casuales
Es muy grande la cantidad de personas que me preguntan sobre ello, comenta la psicóloga, “tuve pacientes como Laura, nombre ficticio, quien reportó una adicción al sexo por parte de su primera pareja, en el sentido de que él le era infiel con varias personas y ella terminó aceptando eso, es decir tenía una relación con él basada sólo en el sexo pues a él no le importaba ella más que para tener relaciones, como Laura estaba enamorada lo aceptó así, pero de igual manera él se fue de su vida”, cuenta.
Quedó desolada y a causa de eso decidió dar rienda suelta a su libertad sexual, no le importaban las consecuencias, terminó estando con amigos y desconocidos, pero llegó un momento en que por su vida habían pasado muchos hombres dejándola sola y que no había conseguido nada con tener relaciones sexuales, con el único efecto de que se encontró con una enfermedad venérea.
Otro fue el caso de Rita, añade Oporto Navajas, esta paciente decidió probar tener relaciones sexuales con desconocidos, era tímida y le ayudó que muchos hombres se fijaran en ella lo que le permitió mejorar su autoestima y la motivó a tener más relaciones casuales. Le gustó, siguió aventurándose pero no se cuidó y terminó siendo VIH positivo.
“En terapia se trabaja de distinta manera cada caso, pese a que son similares, en su mayoría los que sufren una adicción al sexo o tienen una vida con libertad sexual, buscan compañía muy a pesar de que pongan barreras emocionales para no sentir. Todos llegan a confesar la absoluta soledad que después razonan, pero además se sienten rechazados cuando quieren cambiar, pues su reputación también termina siendo una dificultad”, puntualiza.
Sin compromiso
¿En estos tiempos la gente se conforma con este tipo de relación casual? Consultamos a la entendida: Si en el sentido de que es más fácil tener sexo que tener un compromiso o la gamofobia (miedo a tener una relación de pareja) los lleva a querer satisfacer una necesidad básica o no, porque también hay un porcentaje que desea salir de ese círculo vicioso por el hecho de que ven que sus relaciones se convierten en peligrosas o que no llegan a nada.
Series televisivas como “Sexo en la ciudad” han demostrado que las mujeres tienen la libertad de poder también demostrar y vivir su sexualidad sin ningún miedo o tabú, agrega, en tanto en los hombres no hay la necesidad del compromiso más aún cuando coinciden con mujeres con la misma intención de relación casual.
“Social y culturalmente el hombre tiene y ha tenido más libertad que la mujer, sólo que ahora hay una permisividad de parte de las mujeres ya que este baile se realiza entre dos”, agrega a tiempo de reiterar que según las terapias que realiza, pasada la euforia del momento muchos hablan nuevamente de la soledad que sienten.
“Con las personas con la que trabajé siempre veo en sus ojos que buscan amor y es también interesante que muchas parejas a través de de tener el primer encuentro de relación sexual acaban siendo parejas, dato interesante para comprender de que estamos hechos piel y corazón”, concluye la psicóloga, Katia Oporto Navajas.

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