lunes, 26 de agosto de 2013

Señales para alejarte de él



Valeria no quería admitir que su novio tenía signos de ser un hombre violento y agresivo. Siempre decía que era un poco machista y celoso y por eso tenía ciertas reacciones que le molestaban. Le levantaba la voz, trataba de controlar todo lo que hacía. Cuando se peleaban, él siempre le hacía creer que ella lo provocaba.
“Un día tuvimos una discusión y para evitar seguir peleando, me quise ir, pero él me agarró tan fuerte por el brazo que me dejó moretones y me metió a empujones a su casa. Luego me dijo que yo era la culpable de su comportamiento y que me merecía ese trato. Eso me hizo abrir los ojos. Me di cuenta de que estaba frente a un hombre agresivo y que si no le ponía un alto, podría ser peor. Por eso terminé mi relación”, cuenta esta joven de 20 años.

Una dolorosa historia
María dice que de la puerta para afuera su marido es pura amabilidad, dulzura y cortesía. Las personas que dicen conocerlo no pueden creer cuando les comenta los episodios de violencia que surgen de la nada en su casa.
Lo más grave es que cuando eran novios él ya mostraba algunas señales de ser una persona agresiva, pero María pensaba que escuchar gritos o que la jaloneen del brazo o que la intimiden y la inculpen no era violencia. Ella más bien se sentía responsable de la actitud de su enamorado.
“En su momento debí terminar con ese noviazgo, pero no pensé que esos episodios me estaban mostrando que a mi lado tenía a un hombre violento y agresivo porque en realidad nunca llegó a golpearme. Después de casarnos todo fue dolor. Los golpes se convirtieron en algo rutinario. Ahora quiero juntar fuerzas para poder alejarme y criar sola a mi hijo de cuatro años”, relata esta acongojada mujer de 25 años.

Empieza en el noviazgo
En criterio de la sicóloga Nadia Rocabado, todas las personas tienen un cierto grado de violencia, ya que es parte del instinto de supervivencia. Sin embargo, se vuelve un problema cuando se desborda y no se puede controlar o se la usa para intimidar a otros sin ninguna razón que la provoque y cuando se convierte en un hábito y puede ser verbal o física.
“Para nadie es secreto el elevado índice de violencia doméstica que se da entre cónyuges, pero al indagar en consulta, en la mayoría de los casos esta comienza en el noviazgo. Generalmente las chicas no perciben los indicadores de agresividad o bien piensan que en el matrimonio su pareja cambiará, cuando lo más probable es que suceda todo lo contrario y el nivel de violencia sea mayor”, resalta.

Hay que estar alertas
La sicoanalista Liliana Zabala dice que hay que abrir bien los ojos durante el noviazgo y analizar con detenimiento la personalidad de su pareja y el ambiente en el que vivió.
Señala que un niño criado con bueno valores, con normas, en ambiente familiar ameno, lleno de amor, afecto y comprensión, de seguro será un buen novio y más adelante un excelente esposo.
“Los hombres violentos generalmente son sujetos que arrastran cadenas de amargura desde su infancia y normalmente tienen una doble fachada: en público son seductores, simpáticos y amables, pero en la intimidad de su hogar pueden llegar a ser muy agresivos. Además, tienen baja autoestima, son inseguros, emocionalmente inestables, vulnerables ante todo lo que les rodea, ven su entorno con menosprecio y se sienten únicos y narcisistas. Frecuentemente sufren estados depresivos”, detalla.

¿Dónde y cómo se esconde una persona agresiva?
La sicóloga Ingrid Saavedra remarca que se puede reconocer a un hombre violento a través del estrés cotidiano, manifiesto y persistente, o de la no aceptación de desafíos, sintiéndose en desventaja con relación a otros y trata de resolver todo con violencia.
Asimismo, tiene reacciones basadas en la humillación y desacreditación de otros, no solo de su pareja, no tiene empatía en las relaciones y alimenta una autoestima exagerada y vanagloria que denotan un bajo autoconcepto de sí mismo e inseguridad.
“En el noviazgo la violencia es muy sutil y va creciendo poco a poco. De hecho las personas sin darse cuenta y al vivir en un entorno violento, frecuentemente aprenden a relacionarse de esta manera. Siempre se está a tiempo, hagan un alto y busquen entender lo que está pasando, tomen las decisiones necesarias de cómo alejarte, pedir ayuda a un profesional especializado y denunciar. Eviten pensar que con el matrimonio todo se solucionará”, afirma.

El contexto familiar
Saavedra expresa que los varones agresivos han sido niños maltratados, que sufrieron abusos físicos o sexuales en su familia de origen o que han sido testigos de violencia de su padre hacia la madre.
Además, agrega, provienen de una estructura patriarcal rígida con exigencias severas para adaptarse al estereotipo masculino tradicional y machista, cuyo entorno familiar los ha alentado a resolver los problemas por medio de la fuerza y han experimentado carencias afectivas, abandono emocional y no se los valoró; al contrario, se los llenó de culpa, ofensas y menosprecio, comparándolos siempre con otros.
“Quizá fueron niños con padres no les demostraron sus emociones y eran poco comunicativos, exigentes e inaccesibles o fue rechazados con brutalidad, burlas cada vez que buscaron afecto o cercanía”, remarca la especialista.
Otra característica del entorno familiar de los agresores es que fueron objeto de una crianza con mimos excesivos de parte de una madre que, asumiendo un papel servil, los liberó de toda responsabilidad y colaboración en el hogar, estimulando su egocentrismo o, por el contrario, fueron niños parentales obligados a asumir responsabilidades excesivas respecto a su familia, trabajo o estudio.

¿Qué hacer?
Si una mujer está viviendo una situación de violencia en el noviazgo Liliana Zabala recomienda darse cuenta a tiempo del tipo de hombre con el que está ‘noviando’, ya que dan pautas desde que son cortejos. Añade que lo ideal es buscar ayuda en la familia, puesto que esta será una gran aliada si decide romper con esa relación tormentosa.
“No hay que esperar que ocurra algo peligroso y que atente contra tu integridad. Por salud e higiene mental no se puede tener al lado a un hombre que no te valora y tampoco te respeta ni te da tu espacio como persona y menos camina contigo en tus metas y proyectos de vida”, apunta la terapeuta.
Saavedra explica que el problema de un hombre violento es estrictamente de él y tiene que ver con su historia personal y no con lo que su pareja haga o deje de hacer.

Soluciones
Rocabado aconseja vencer el miedo, amarse a sí misma y terminar inmediatamente la relación de raíz, sin retorno. No dar esperanza de volver, eso puede ser peligroso para la integridad, recuerden que el hombre se sulfura de todo, más aún si siente que lo están engañando o jugando con él.
“No es fácil terminar con un hombre así, porque pedirá mil veces perdón y bajará el cielo y las estrellas mostrando arrepentimiento. ¿Pero cuánto tiempo dura su arrepentimiento? El problema que tiene este sujeto no lo resolverá la pareja, debe recurrir a sicólogos o siquiatras”, asegura.
Hay que dejar de ser víctimas, tomar el control de la vida, las emociones y decisiones, aconseja Saavedra y agrega que hay que abandonar la idea de adicción al sufrimiento, recuperar el poder y control sobre la felicidad, sentirse merecedores de grandes cosas, buscar ayuda profesional y ambientes saludables que fortalezcan pensamientos positivos y comenzar a cuidar la salud emocional y corporal

Características

Algunas reacciones durante el noviazgo

Para no terminar al lado de un hombre violento, la sicóloga Nadia Rocabado recomienda conocer a su familia y su dinámica, ver la relación de los padres y si hay antecedentes de violencia intrafamiliar.
Indica algunas pautas que pueden denotar agresividad en los hombres.
• Cuál es la opinión de él ante la violencia de pareja, dice estar en contra, empero hay casos en que la justifica. Si se contradice solo, busca esconder su violencia.
•A la menor provocación, se sulfura o reacciona violentamente contra otra persona.
• Cuando está violento le cuesta calmarse o no razona.
• Cuando discute con su pareja le grita palabras soeces o denigrantes.
• La hace callar delante de otras personas o en privado.
• Constantemente le da órdenes.
• Cuando discuten, le toquetea las partes íntimas.
• Golpea o patea paredes y destruye o lanza objetos cuando está enojado, justificando que lo hace para no tener que golpear a su pareja.
• Constantemente usa un lenguaje bastante soez.
• Usa calificativos contra su pareja nada cariñosos y más bien denigrantes.
• Hace gala de su hombría, sintiéndose el más fuerte y el mejor sobre todos los hombres.
• Abuso de alcohol o drogas.

Algunos signos que denotan agresividad
Las sicólogas Ingrid Saavedra y Liliana Zabala coinciden en señalar algunas características de los agresores:
Celos. Ante familiares, amigos y toda persona que tenga influencia sobre su pareja.
Maneja el tiempo del otro. Desde un inicio de la relación, se observan pequeñas muestras de control y obsesión por saber todo lo que hace.
Cambios bruscos de ánimo. Son pequeños signos que alertan sobre su autocontrol, tendencia a reaccionar y manejo de emociones.
Hipersensibilidad. Es una señal que advierte acerca de sus emociones incontroladas.
Antecedentes de violencia familiar. Al conocer la vida de la pareja, es importante tomar en cuenta sus historias familiares y antecedentes de agresión. Generalmente detrás de un hombre violento hay una historia similar.
Busca aislar. Encierra a su víctima alejándola de personas importantes en su vida.
Culpadores. Tienden a responsabilizar a otros de sus fracasos, escondiendo su baja autoestima, desacreditando a los otros.
Dependencia emocional. Tienen historias familiares donde existe carencia afectiva y va-cíos emocionales sin resolver.
Chantaje. Manipulan a su pareja con amenazas de suicidio.
Usa el sexo como señal de poder y el dinero como manipulación para obtener lo que necesitan.
Espionaje. Algunos recurren a la persecución de sus parejas.

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