martes, 20 de agosto de 2013

REHABILITACIóN INFANTIL Centros que brindan una mano amiga

Ayuda profesional. A veces la situación requiere de una tercera persona, un profesional que sepa cómo encarar los desafíos de salud en los niños. Y es así que estos centros se convierten en aliados para sanar.

Susana y Pedro cumplieron el deseo de tener un hijo y en general las cosas fueron tal como lo habían planificado, empezando por un proceso de alumbramiento largo; pero, luego de horas de trabajo de parto su primogénito estaba ahí y no existían indicios para pensar que en adelante necesitarían un mano amiga que les brinde apoyo con su hijo.

En el examen médico (APGAR), en el cual se valoran cinco parámetros para saber qué tan bien toleró la “wawa” el proceso de nacimiento, el bebe salió con un promedio normal; pero al pasar los meses cuando los padres empezaron a estar conscientes de que su hijo tenía largos períodos de llanto, dormía mal y el único contacto que aceptaba eran ellos, comenzaron a preocuparse.

El pediatra del bebé le diagnosticó un déficit de integración sensorial; era hora de pedir apoyo profesional.

Andrea Tapia Salinas, fisioterapeuta kinesióloga y propietaria del “Centro Irradiando desde el corazón” es una de las profesionales que está tratando este tipo de diagnósticos. Los síntomas de esta afección son la hiperactividad y la distracción, deficiencias en el lenguaje y de comportamiento, ligeros impedimentos de coordinación y de control postural y problemas de aprendizaje (lectura, escritura, matemáticas).

Andrea Tapia asegura que la integración sensorial es una respuesta científica a múltiples y muy diversos problemas de aprendizaje, descoordinación motriz y comportamiento, tales como la hiperactividad y la mala inserción escolar.

“El sistema nervioso tiene la capacidad de interpretar y organizar toda la información que captan los órganos sensoriales del cuerpo; ésta es analizada y utilizada para poder entrar en contacto con nuestro ambiente y de esta manera responder adecuadamente”, asegura Tapia.

La integración sensorial trata de ayudar a niños sanos físicamente pero que requieren ayuda. Esta fisioterapeuta señala que los niños llegan hasta su consultorio con un diagnóstico y ella se encarga de elaborar rutinas de “educación”, las cuales se van practicando durante las sesiones. Se requiere un tiempo de tratamiento.

Estos niños son candidatos ideales al fracaso escolar y caen en la pérdida de la autoestima porque la información que llega a su cerebro no es bien procesada y son víctimas de esa desorganización.

“Se pueden tratar problemas de coordinación, enseñar a un bebé a gatear, la estimulación del esquema corporal, también se trabaja la fuerza en la musculatura o mejorar la concentración”, asegura Tapia.

Así mismo, esta terapia evalúa y trata particularmente las deficiencias asociadas a la torpeza porque existen niños normales, incluso con niveles de inteligencia superiores a la media, pero que no perciben el mundo que les rodea como los demás.

Fundación compartir

Existen situaciones más difíciles de tratar en los hogares, que también cuentan con el apoyo de organizaciones profesionales que se encargan de enseñarles habilidades básicas a los niños que nacen con problemas en el cerebro o derivadas de algún problema de parálisis cerebral, síndrome de down, retraso mental, autismo y otros.

Una de las muchas organizaciones que trabajan en Cochabamba es la “Fundación Compartir” que tiene el objetivo de generar e impulsar iniciativas en el ámbito de la educación alternativa, en las áreas de educación especial, generación de empleo y desarrollo de competencias.

Además del apoyo de diferentes profesionales, existen otros elementos que pueden facilitar el proceso educativo como los recursos tecnológicos y materiales para este tipo de educación.

Elke Berodt de Zegarra, directora del centro, señala que esta iniciativa brinda apoyo a los infantes entre 3 y 8 años de edad para lo cual el centro está equipado con el material y la metodología necesaria para trabajar con grupos de hasta ocho niños; un cifra por demás suficiente para poder desarrollar un trabajo individual y que cada uno tenga el apoyo que necesita.

Es así como cada mañana los niños llegan al centro para que aprendan a trabajar sobre su autonomía e independencia, tanto emocional como de socialización, de lenguaje y comunicación. De igual manera los profesionales de esta área se dedican a mejorar la motricidad fina y gruesa, identidad, percepción e intelecto.

“Si bien es cierto que en muchos casos no se llegará a la rehabilitación total; pero se enseña a los niños a tratar de valerse por si mismos”, señala Elke Berodt; pero también el Centro brinda otro tipo de ayuda, puesto que plantea la posibilidad de orientar y asesorar a los padres en cuanto a la aceptación, educación y el cuidado de sus hijos.

Otro aspecto fundamental es la familia y el apoyo que puedan entregar a los profesores en pro de beneficiar a sus hijos, esto sólo se puede lograr con un trabajo común, incorporando a padres y/o apoderados al trabajo escolar.

Berodt asegura que llama a los padres a entrevistas individuales, reuniones periódicas y procesos de capacitación; además se asesora para la integración social de los niños, ya sea en actividades deportivas o artísticas, o centros especializados o escuelas del sistema educativo regular. “Esta es una de las maneras para sensibilizar e informar a la población en general sobre la temática de la discapacidad y además una buena alternativa para enfrentarla.

Avanza

Es un centro de diagnóstico y aprendizaje donde los profesionales trabajan con temas de estimulación temprana, psicopedagogía, psicología, integración escolar, talleres, trastornos auditivos, problemas de conducta, fisioterapia y además trastornos del lenguaje.

De acuerdo a María Isabel Zamorano, educadora diferencial, encargada de esta área, el centro atiende a niños con diferentes problemas en torno al lenguaje, como ser la dislalia (que es cuando los niños no pronuncian bien las palabras), el problema madurativo, así como los niños que tienen síndrome de down.

María Isabel Zamorano considera que esta terapia es importante ya que el niño tiene la posibilidad de hablar perfectamente, con el apoyo de una buena terapia.

Además que representa un gran paso en su vida, puesto que se desarrolla en la sociedad de manera natural; de acuerdo a la profesional el lenguaje de señas es una alternativa pero no llegan a estar incluidos en la sociedad.

El centro cuenta con un ambiente de audiometría para realizar un adecuado diagnóstico del niño; algunas de sus aulas están aisladas de los sonidos; de esta manera los infantes pueden trabajar óptimamente.

Una de las mayores ventajas de este centro es que trabaja con las bases de la terapia auditivo verbal, que consiste en enseñar a un niño sordo el lenguaje, esto siempre y cuando el niño haya tenido la posibilidad de realizarse un buen implante coclear o tenga buenos audífonos.

“Estos niños pueden llegar a hablar tres idiomas, interpretan instrumentos musicales y mucho más; sólo que cuando se apaga el audífono ellos son sordos”, asegura Isabel Zamorano.

El trabajo o terapia que los profesionales siguen tienen los mismos procesos evolutivos del lenguaje natural; es decir, que se enseña al niño a escuchar y luego asociar el sonido con la imagen, de manera natural. Mientras más antes se realice la terapia es mejor.

Es así como algunos padres son orientados a enfrentar los desafios que se les vienen, por ejemplo: tener una rutina de estudio breve y precisa, o si tiene discapacidad intelectual las metodologías de trabajo deben ir apoyadas de elementos significativos, o si el menor tiene problemas de audición hay que ayudar con una buena técnica de lenguaje alternativo.


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